Aislados de internet, varios jóvenes cubanos conectaron en sigilo miles de computadoras a una red secreta que se extiende por varios kilómetros a lo largo y ancho de La Habana, y ahora pueden chatear con amigos, jugar y descargar películas en una mini réplica del mundo en línea al que la mayoría de los cubanos no puede tener acceso.
Las conexiones caseras a Internet están prohibidas para todos excepto para unos cuantos cubanos y el gobierno cobra el equivalente a un cuarto del salario mensual de la isla por conectarse a la red global por una hora, bien sea en los hoteles gestionados por el estado o en cafés Internet.
Como resultado, la mayoría de los habitantes de la isla viven sin Internet y se quejan de la falta de acceso a la información y de no poderse conectar con sus amigos y familiares que viven en el extranjero.
Una pequeña minoría, no obstante, logró diseñar de forma secreta una solución parcial, al reunir dinero y crear una red privada que conecta a más de 9.000 computadores con antenas ocultas de Wi-Fi, pequeñas, baratas pero poderosas, y con cables de Ethernet que cuelgan sobre las calles y tejados por toda la ciudad.
Desconectada de la verdadera Internet, la red sólo es local y limitada. Fue construida con equipos que están disponibles públicamente en todo el mundo, pero sin ayuda de ningún gobierno extranjero, dicen sus gestores.
Cientos de jóvenes conectados a esta red, en cualquier momento, juegan a ser orcos o soldados de Estados Unidos en juegos que admiten varios participantes en línea como "World of Warcraft" o "Call of Duty". También se cuentan chistes o intercambian fotos en salas de chat y organizan eventos como fiestas o paseos a la playa.
"Realmente necesitamos internet porque hay mucha información en línea, pero al menos esto satisface un poco porque es sentirse como 'estoy conectado con un montón de gente, hablando con ellos, compartiendo archivos''', dijo Rafael Antonio Broche Moreno, un ingeniero eléctrico de 22 años, que ayudó a construir esta red conocida como SNet, abreviatura de StreetNet (Red callejera).
¿Cambio a la vista?
El hecho de que Cuba sea uno de los países menos interconectados del mundo es un tema de capital importancia para la relación que Washington quiere forjar con La Habana. Como parte de una nueva política que busca más acercamiento entre ambos países, el gobierno del presidente Barack Obama espera que si se promueven más ventas de tecnología estadounidense en la isla, aumentará el acceso a internet y habría menos dependencia del Estado por parte de los cubanos y se sentarán las bases para una reforma política.
Los funcionarios cubanos dicen que el acceso a internet es limitado en gran parte debido a que el embargo comercial de Estados Unidos, que evitó la llegada a Cuba de tecnología avanzada de Estados Unidos y dejó al gobierno cubano con poco dinero para comprar equipos a otras naciones.
Sin embargo, el gobierno de la isla ha dicho que, si bien está abierto a la compra de equipos de telecomunicaciones de Estados Unidos, no ve ninguna posibilidad de cambiar su sistema en general a cambio de normalizar las relaciones con Estados Unidos.
Observadores externos y muchos cubanos dicen que la falta de internet es culpa del gobierno, de su deseo de controlar a la población y de cobrar tarifas desproporcionadamente altas de telefonía móvil y de internet como fuente de dinero para otras agencias gubernamentales.
Cuba prohíbe el uso de equipo Wi-Fi sin una licencia del Ministerio de Comunicaciones, lo que hace que SNet sea técnicamente ilegal. Broche dijo que cree que la ley otorga a las autoridades una libertad de acción para permitir que operen redes como SNet.
Él describió que existe una especie de acuerdo tácito con los funcionarios públicos que permite que SNet opere sin interferencias siempre y cuando respete la ley cubana: que sus cientos de nodos sean monitoreados informalmente por administradores voluntarios que se aseguran que los usuarios no compartan pornografía, hablen sobre política, ni vinculen SNet con conexiones ilícitas al internet real.
"No estamos en el anonimato porque el país tiene que saber que existe este tipo de red. Claro, ellos tienen que proteger el país y saben que son 9.000 usuarios que podrían prestarse para lo que sea", dijo. "Nosotros no nos metemos con nadie. No queremos hacer nada más que jugar, compartir ideas sanas. Es todo un funcionamiento sano que no se compromete, no influencia, ni el gobierno ni lo que sucede en Cuba... Mientras nos mantengamos haciendo lo correcto, ellos nos dejan seguir".
Los usuarios que violan las reglas pueden ser bloqueados de la red por sus colegas durante un día por infracciones menores como crear demoras en SNet al compartir archivos fuera de los horarios prescritos, mientras que las expulsiones de por vida se dan por violaciones al acuerdo como distribuir pornografía.
"Los usuarios lo respetan mucho para conservar la red, porque es lo único que tienen", dijo Broche. "Tanto yo como los demás administradores seguimos la red para que ésta siga su fin".
El gobierno cubano no respondió a una solicitud de comentario con respecto a la red.
Punto de tensión
Antes del anuncio del presidente estadounidense Barack Obama de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, Estados Unidos intentó varias veces usar tecnología de comunicaciones para socavar al gobierno cubano. El contratista Alan Gross fue sentenciado a 15 años de prisión después de que una empresa contratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus iniciales en inglés) lo enviara a Cuba a establecer conexiones satelitales a internet.
Gross fue liberado el mes pasado después de cinco años preso como parte de un acuerdo que allanó el camino a la nueva política de Obama hacia la isla.
Otro contratista de USAID trató de construir una red social basada en mensajes de texto llamada Zunzuneo, cuya breve existencia fue revelada el año pasado por una investigación de The Associated Press.
Unirse a SNet requiere recursos fuera del alcance de mucha gente en un país donde el salario promedio es de aproximadamente $25 mensuales.
Humberto Vinas, de 25 años, estudiaba tecnología médica y contabilidad antes de encontrar un empleo relativamente bien pagado en la cocina de un bar. Él y nueve amigos compartieron el gasto por un nodo de SNet durante varios meses, y extendieron cientos de metros de cable Ethernet sobre los techos de sus vecinos, hasta que uno de ellos exigió que lo retiraran, lo que provocó su desconexión de la mayor parte de la red.
"Se extraña Snet, se extraña mucho", dijo. "Te enteras de muchas cosas, como por ejemplo los resultados del fútbol, muchas cosas que se hacen desde la comodidad de la casa".
Los cubanos tienen, en promedio, uno de los niveles de educación más altos del hemisferio y años de práctica improvisando soluciones ante la escasez de bienes y servicios, lo que permite a muchos tener acceso y compartir información a pesar de enormes barreras. Por un dólar a la semana, o menos, muchos cubanos reciben lo que es conocido como "el paquete": entregas semanales de programas de televisión pirateados, así como de películas, revistas, textos y videos instructivos guardados en dispositivos de memoria USB.
No existen indicios obvios de que Estados Unidos o cualquier otro gobierno extranjero o grupo hayan tenido algo que ver con la creación de SNet, lo que le convierte, por mucho, en el más impresionante ejemplo de ingeniería en telecomunicaciones improvisada de Cuba.
La red está constituida una serie de nodos conectados, poderosas computadoras caseras con antenas Wi-Fi extra potentes, que se comunican entre sí pese a la distancia, relativamente largas, y distribuyen señales a una red más pequeña de, quizá, una decena de otras computadoras en la cercanía.
SNet inició alrededor de 2001 con un puñado de usuarios y se mantuvo así durante una década. Se han sumado más de 9.000 computadoras en los últimos cinco años y, en un día promedio, se conectan aproximadamente unos 2.000 usuarios.
Muchos utilizan SNet para tener acceso a programas de televisión populares y a películas. El sistema tiene almacenada además una copia de Wikipedia. No está del todo actualizada, pero es refrescada frecuentemente por usuarios con acceso al internet real. Existe también una versión realizada en la isla de una red social que funciona de manera similar a Facebook.
Debido a que en SNet los datos pasan de computadora a computadora, todo ocurre mucho más rápido que en las lentas y costosas conexiones disponibles de los servidores del gobierno, que pasan toda la información a través de puntos centrales.
Broche Moreno calculó que cuesta alrededor de $200 equipar un grupo de computadoras con las antenas y cables necesarios para hacer parte y convertirse en un nuevo nodo, lo que significa que el costo de colocar en red todas las computadoras con SNet podría ser de tan sólo $200.000. En otras ciudades y provincias de Cuba existen redes similares pero más pequeñas.
"Lo que existe es una prueba de lo que se puede hacer", dijo Alien Garcia, un ingeniero en sistemas de 30 años, que publica una revista de tecnología de la información que es distribuida a través de correo electrónico y dispositivos de almacenamiento. "Si yo como particular, con ingresos inferiores a los de un gobierno, puedo montar una red, creo entonces que un país lo debería poder hacer ¿no?".