El ecosistema financiero todavía se encuentra en sus etapas iniciales en materia de diálogo con las fintech o por lo menos así lo percibe el 76% de estos emprendimientos. Por su parte, el 14% de ellos considera que no existe ningún tipo de conversación y tan solo el 10% sí cree que existe una fuerte disposición del regulador a dialogar.
Así lo determinó el estudio Fintech en Costa Rica, hacia una Evolución de los Servicios Financieros del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Finnovista.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) anunció que trabaja en la posibilidad de conectar las fintech con el Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe).
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Como casi todo lo relacionado con la disrupción tecnológica, el mundo de las fintech no está regulado, y el Banco Central no ve con buenos ojos que existan dos mundos en el mercado financiero: uno formal y otro informal.
La conexión de los emprendimientos tecnológicos con giro financiero al Sinpe es una manera de obligarlos a cumplir con las reglas del Central. También motivaría la competencia en un sistema tradicionalmente dominado por los bancos.
No obstante, estas acciones todavía no son suficientes para que los emprendedores consideren que los reguladores están abiertos a incorporarlos de lleno al sistema financiero.
Mientas tanto, las fintech toman mayor fuerza en el país. En el 2017 se registraron tan solo cinco; hoy esa cifra asciende a 25.
Cerrar brechas
La innovación tecnológica en la industria financiera se presenta como una oportunidad para digitalizar y formalizar diferentes negocios en Costa Rica, así como para ampliar el acceso a una parte de la población que hasta el momento se encuentra desatendida.
El 33% de las fintech costarricenses se enfoca exclusivamente en clientes no bancarizados, subservidos por la banca o de la base de la pirámide, lo que promueve la inclusión financiera, según indica el estudio mencionado. El 38% de ellas tiene soluciones que han sido pensadas indistintamente para clientes bancarizados y no bancarizados.
Aunque el potencial de las fintech para generar inclusión financiera es prometedor, los reguladores cuentan con el reto de garantizar seguridad en las transacciones que se llevan a cabo en estas empresas, ya que se podría prestar para actividades ilícitas.
Estos beneficios y conflictos tienen que ser atendidos con prioridad, puesto que la fuerza de estos negocios no se detendrá. En los últimos años, la actividad emprendedora ha cobrado especial importancia gracias al papel de las incubadoras, aceleradoras y programas enfocados en innovación.
Según el índice global de emprendimiento de 2018 del Instituto de Emprendimiento y Desarrollo Global (GEDI por sus siglas en inglés), Costa Rica es el país centroamericano con más oportunidad de crecimiento en el área emprendedora. Además, ocupa el sexto lugar en Latinoamérica por detrás de Chile, Puerto Rico, Colombia, Uruguay y Barbados.
En América Latina se contabilizan más de 1.300 fintech. Del total regional, Costa Rica posee 25, es decir, un 2%.
La lista es liderada por México, que tiene 394 de estas empresas (30%).
Radiografía de innovación financiera
Los datos del estudio del BID y de Finnovista se basan en las respuestas de 21 de los 25 emprendimientos identificados por las instituciones.
El criterio de selección de las firmas fue su origen. Es decir, las empresas debían haber sido fundadas en Costa Rica, o por nacionales; estar en una etapa madura, con soluciones o productos desarrollados; y ser start-ups.
Entre los resultados destaca el hecho de que el 52% de las fintech considera que actualmente no existe una regulación específica para ellas, aunque sí la consideran necesaria.
Una de las razones que explicaría la percepción de las start-ups sobre la necesidad de regulación podría ser la búsqueda de certidumbre. Es decir, contar con un marco legal que se ajuste al modo de operación y procesos en los cuales la digitalización juega un rol importante, especifica la investigación.
“El marco regulatorio debe proteger a los usuarios para que el mercado siga apoyando a las empresas que hacen innovación e introducen modelos nuevos. Sin embargo, debe protegerlos con esquemas creativos que den a las fintech campo para innovar. Se debe tener una mente abierta y ser pragmático", señaló Mario Hernández, CEO de Impesa.
El estudio señala a San José como la provincia con mayor número de fintech constituidas (90% del total). Le siguen Heredia y Cartago, cada una con el 5%.
Costa Rica presenta una dualidad en la que el acceso a financiamiento, incubadoras e incluso formación académica se concentra en el área central; en las costas se presenta un desarrollo menor y aislado.
Respecto a los procesos de internacionalización, el 57% de los emprendimientos encuestados dijo operar solo en Costa Rica, mientras que el 43% ya tiene negocios fuera de nuestras fronteras.
“Esta tasa de internacionalización es mucho mayor a la tasa identificada en otros países de la región, como México, donde solo el 17% de las start-ups afirmaron estar operando fuera del país”, indica la investigación.
Si bien es cierto que una tasa elevada de internacionalización simboliza madurez por parte de los emprendimientos, también puede ser un reflejo de la necesidad de encontrar mayores cuotas de mercado, dadas las limitaciones en el territorio nacional.
El 89% de las fintech que hacen negocios internacionales lo hacen dentro de América Latina, principalmente en Guatemala y Panamá. El 11% tienen operaciones en Estados Unidos.
"Muchas start-ups tratan de crecer en Centroamérica, lo que es un error para muchos segmentos porque son mercados complejos y sin mucha escala”, señaló Hernández.
Costa Rica cuenta con las condiciones para crear un hub de este tipo de emprendimiento, aseguró Christian Schneider, investigador del BID que participó en el estudio.
Capital humano, alta penetración de Internet, avances en inclusión financiera y una de las mayores tasas de adultos que han tomado un préstamo, ahorros en una institución financiera y que poseen tarjetas de débito y crédito son características que hacen de Costa Rica uno de los mejores lugares para desarrollar las fintech.
Los ajustes en la regulación, la conformación de equipos multidisciplinarios y la creación de ambientes sandbox en los que se pueda experimentar estas nuevas soluciones son parte de las alternativas que tiene el país para colocarse a la vanguardia en innovación financiera.