A punto de iniciar un nuevo año laboral y cuando todavía algunos se preguntan qué salió mal y por qué, se está en el momento ideal de desarrollar un plan estratégico para su pyme.
Un planteamiento estratégico, a nivel de administración de empresas, se refiere al proceso de definir las metas a corto y largo plazo de un negocio, al mismo tiempo en que se trazan los pasos y mecanismos de medición de resultados para alcanzarlas gradualmente en un tiempo estimado.
"Lo ideal es realizar el planteamiento estratégico anualmente e ir midiendo los avances de forma mensual, para tener suficiente tiempo de corregir y/o hacer adaptaciones en el camino, que permitan tomar oportunamente las decisiones y asignación de recursos necesarios para asegurar el logro de los objetivos planteados. Es importante señalar que no se trata de un proceso estático sino en constante revisión y adecuación, pues debe contemplar tanto el entorno externo como el contexto interno de la organización", explicó Irene Fariña, fundadora de Philantropics, una firma boutique de consultoría y capacitación especializada en temas de desarrollo social y estratégico.
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Comenzar el año con esta planificación permitirá dimensionar a dónde quiere y puede llegar, con qué recursos y capacidades cuenta para hacerlo y cuáles tiene que desarrollar, así como qué rutas debe seguir para alcanzar ese plan en un tiempo determinado.
"El planeamiento es importante para inspirar y motivar al capital humano. Un equipo que no conoce ni entiende para dónde va la organización ni por qué se toman determinadas decisiones, va ineludiblemente a ir dando tumbos de ciego, e incluso, puede ponerse en peligro la cultura organizacional de la empresa. Adicionalmente, el proceso bien liderado, da sentido de propósito a la organización, y de proyección a todos sus integrantes, lo cual fomenta la lealtad y satisfacción del colaborador con la empresa, así como la atracción de talento adecuado, y la optimización de la productividad y eficiencia", agregó Fariña.
Haga su propio plan estratégico
¿Cómo hacer su propio proyecto? Es importante que la pyme se concentre en realizar el ejercicio de forma periódica contemplando su estructura, capacidades y tamaño. Esta herramienta debe servir como guía para orientar el trabajo de toda la empresa. De poco sirve plantearse una aplicación sumamente sofisticada si no se cuenta con el equipo humano, recursos o tiempo como para estar cumpliendo con un plan demasiado ambicioso.
"Si para poder cumplir con las tareas del planteamiento, la empresa tiene que dedicarse casi a esa tarea, ese formato de plan no es el adecuado. No se trata de que las acciones señaladas en el plan se conviertan en una carga adicional para el personal, sino que le faciliten la ejecución de sus tareas y fomenten la eficiencia orientada al logro", explicó la consultora.
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En términos generales, algunos pasos recomendados son:
- Hacer un análisis FODA.
- Revisar el organigrama de la empresa, de acuerdo a la definición de funciones y resultados obtenidos de cada área, así como las capacidades organizacionales en términos de personal, presupuesto, producción, etc.
- Asignar metas y acciones para cada área que, a su vez, ésta debe desmenuzar entre sus distintos puestos en plazos determinados. Cada meta debe conllevar indicadores de éxito, que serán medidos a lo largo del camino. Es importante incluir períodos de revisión de las metas, para dar un sentido de urgencia al ejercicio.
"De forma simple podemos decir que la misión es la razón de ser de la empresa, y la visión es cómo se ve la empresa a futuro; ¿a dónde quiere llegar? ¿en qué se quiere convertir?. Los valores son los activos tangibles e intangibles que caracterizan a la organización y a su propósito. Una manera sencilla para definirlas, es hacer un ejercicio de 'lluvia de ideas', imaginándose a la empresa como una persona y empezar a analizar ¿cómo la definiría si la conociera? ¿cómo quisiéramos que otros la vean?, todo esto junto a los colaboradores", explicó Fariña.
Como recomendación, es importante usar un lenguaje fácil de entender. El utilizar palabras muy rebuscadas y complicadas, y el utilizar descripciones muy largas, lejos de lograr identificación y posicionamiento, genera confusión y poca recordación tanto en los grupos de interés internos como externos.
Finalmente, no olvide que un plan estratégico conlleva indicadores de desempeño y plazos para cada acción. Dependiendo de lo acordado, pueden medirse de forma mensual, bi-mensual, trimestral, semestral y anual. Lo importante es la periodicidad de la medición.