Esteban Pacheco andaba en Miami, Florida, y se topó una máquina en un pasillo de un centro comercial, en las cuales el público imprimía las fotografías digitales, por lo que pensó en traerla a Costa Rica.
Ya tiene nueve kioscos instalados y tiene vistos dónde colocar más.
“Me pareció que era un servicio innovador”, dice Esteban.
De inmediato, en julio del 2017, se puso en contacto con los fabricantes, cuya sede se ubica en Rusia, y fundó Boft junto con su hermana, Silvia.
Empezaron a funcionar y comercializar el servicio en febrero del 2018, apoyados en una inversión inicial con fondos propios y luego con financiamiento de Banca para el Desarrollo para aumentar la cantidad de puntos.
La empresa opera sin empleados y mientras ellos siguen en sus trabajos habituales: ella como arquitecta, él como director financiero de una firma representante de una reconocida marca de automóviles de lujo.
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El mercado de impresión de fotografías ha venido creciendo con varias servicios disponibles a nivel local como Kodak, que tiene ocho puntos de impresión; Printea (del Grupo Nación, al cual pertenece EF) y Life Photo.
Lo que a Silvia y Esteban les llamó la atención es que el equipo permite al cliente imprimir fotografías y hasta tarjetas de regalo como un autoservicio.
De esa forma pueden crear respaldos o tener las fotografías -que toman y llevan en sus teléfonos celulares- en sus escritorios, en estantes y en otros sitios.
Esteban explicó que para imprimir el usuario transmite el archivo digital de la fotografía desde su celular, mediante tecnología inalámbrica de corto alcance Bluetooth.
Puede ser una foto que está publicada en redes sociales y que el usuario desea tener en formato físico de papel.
Otra forma es ingresar al sitio web de Boft, subir la foto para imprimirla en el quiosco de elección del cliente, trasladarse al punto de impresión y activar el código recibido.
Esta modalidad está dirigida a personas que valoran la privacidad, ahorrar tiempo y realizar el pago en línea.
El costo es de ¢500 por fotografía y se puede pagar en efectivo en el quiosco o mediante tarjeta de débito o de crédito.
“Es muy expedito”, afirma. “Como en las máquinas de autoservicio de snacks”.
La compañía también implementa estrategias de mercadeo, pues el cliente puede recibir un cupón para regalar a un familiar o amistad, quien también lo usa imprimiendo la fotografía que desee.
Actualmente los quioscos están ubicados en los centros comerciales Multiplaza Escazú y Multiplaza Este (Curridabat); Oxígeno y Paseo de las Flores, en Heredia; City Mall, en Alajuela; Plaza Lincoln, Moravia; y Plaza Tempo, Escazú.
En el futuro inmediato se dispondrá de otros dos quioscos, que se ubicarán también en centros comerciales, y uno móvil para eventos corporativos y bodas.
Esteban explica que los quioscos operan solos y que realizan la gestión en forma remota mediante un software en línea que les brinda datos de cantidad de clientes y fotografías impresas, disponibilidad de papel y de dinero, y de posibles fallas.
Incluso pueden saber las denominaciones, las monedas y las cantidades existentes de cada una.
Para el mantenimiento y reposición de insumos utilizan servicios contratados a una empresa local, mediante tercerización o outsourcing.
Incluso han utilizado estrategias de influenciadores para darse a conocer y llegar al público joven, altamente digitalizado.
La empresa contratada se encarga de la limpieza de los quioscos e incluso de los depósitos bancarios, todo lo cual es monitoreado a través de Internet.
El mercadeo digital lo realiza también un servicio de gestión de comunicación que contrataron aparte.
Eso les permite a Esteban y a Silvia mantenerse sus actividades profesionales.
Suena fácil, pero no lo fue. Cuando realizaron los trámites de registro del emprendimiento se toparon con la sorpresa que los funcionarios públicos en municipalidades y en otras entidades no entendían como una pequeña empresa puede operar sin empleados.
“Es irónico”, dice Esteban. “Hay que meterse uno mismo como empleado, pagar la Caja y el seguro de riesgos del trabajo. No es real. Son exigencias y trámites que encarecen un negocio”.
Actualmente los siete quioscos imprimen un promedio de 6.300 fotos por mes.
Junto al crecimiento local, Esteban y Silvia planean introducir el servicio en otros países.
En Panamá ya tienen un socio local que se encargará del negocio, utilizando el mismo modelo de operación, y esperan ingresar en Guatemala a mediados del 2020.