En el 2005 conocí todo lo que tenía que ver con las páginas web, trabajando con Arweb –dedicaba a sitios electrónicos– en el área de ventas. Mi especialidad era en mercadeo.
Después, con unos amigos, creamos una empresa que se llamó Desarrollo Creativo, siempre en el campo de las páginas electrónicas.
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Yo siempre había visto en el comercio electrónico una oportunidad. Me preguntaba cómo era posible que la gente no lo usara.
Ahí empecé hace diez años con mi primer emprendimiento, el cual se llamó Mall506.com, un mall virtual. ¡Fue un dulce fracaso! Creó las bases para hacer Nidux.
¿Por qué fue un fracaso?
Si hasta ahorita se está hablando de comercio electrónico, hace diez años –luchando por todo esto– comenzamos a incorporar empresas con un concepto muy Amazon, el gran marketplace donde cada empresa colocaba sus productos.
Pasé por muchas situaciones. Por ejemplo, alguien compraba controles para videoconsolas de Wii (de Nintendo), llamábamos al proveedor y éste decía que ese modelo ya no lo tenía o que valía más del precio indicado en la página.
Entonces salía por los diferentes centros comerciales para conseguirlo, poniendo plata de mi bolsa para que a esa persona le llegara el producto y que no sintiera la mala experiencia.
Todas esas cosas hubo que hacerlas, porque si no la gente no iba a sentir confianza.
Mall506 duró poco. Fueron unos años de estar dandole y dandole. Las empresas no entraban. Llegamos a tener como 15 empresas. La gente no compraba. Era muy complicado.
Fueron épocas muy duras, de muchas dificultades, donde fue fundamental el apoyo de la familia y de mi esposa, pasando limitados y muchos sacrificios aunque nunca nos faltó nada.
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Entonces dijimos que teníamos que hacer una solución donde cada empresa tenga su propia tienda virtual, su propio dominio (la dirección de las páginas web) y se hagan responsables porque ahí está la marca.
Nidux nació hace ocho años de estar constituida, aunque la solución tiene más tiempo de desarrollo.
Mucha gente me dijo: “Jeffrey deja eso. Buscáte otra cosa. Eso de comercio electrónico no sirve; Amazon va a seguir liderando…”
Pero yo respondía que también había un comercio electrónico grande a nivel local. Teniendo un poco de visión ese comercio en algún momento va a llegar.
Es lo que está pasando en este momento.
¿Qué aprendí?
La principal lección que tuve fue no echarme para atrás, que hay que reinventarse. Aceptar en algún momento que fracasé, pero eso no quiere decir que morí.
Puede ser que Mall506 vuelva a revivir, con un nuevo concepto de negocio tal vez a futuro, pero que aquel no era su momento.
De hecho, es posible que eso ya se pueda dar. Tenemos más de 600 empresas usando la plataforma de Nidux, con productos vendiéndose en Internet y con pago en línea.
Al estar todas esas empresas en la nube de Nidux, podemos hacer muchas cosas en interacciones entre ellas.
Incluso hace unas semanas tuvimos el Nidux Bootcamp con más de 170 empresas que van a empezar con su tienda en línea.
Al final es seguir un sueño y no darse por vencido. No todos los sueños se pueden lograr. Hay cosas donde uno debe decir que no sirvió y donde hay que decidir qué hacer diferente.
No en todos los negocios se puede llegar hasta morir con ellos.
En esta nueva economía todos son potencialmente exponenciales. Crecen, pero si no te reinventas te lo copian o mure, porque ya hay alguien que te está “uberizando”, como les pasó a los taxistas.
Una de las cosas que hace Nidux es reinventarnos constantemente, generando nuevas opciones.