Desde el parque de senderismo y restaurante El Iral Bosque Nuboso, en Cascajal, usted puede ver un paisaje inigualable: a lo lejos un pedazo del mar Caribe, más cerca el volcán Turrialba y casi encima el bosque, en las faldas del Irazú. La belleza escénica le devolverá el ánimo y la admiración por la naturaleza.
El parque ocupa una propiedad cubierta en el 80% por bosque primario, con robles centenarios, que se extiende desde los linderos de Prusia, en las laderas del Irazú, hasta el río Sucio y el borde del parque nacional Braulio Carrillo.
Tiene más de 50 kilómetros de senderos que incluyen recorridos para principiantes y familias ytambién para expertos en montañismo, en algunos puntos de los cuales se tiene una vista del Valle Central. Y está a media hora de San Isidro de Coronado, en la frontera este de San José.
“Nuestro pilar es la conservación del bosque primario”, recalca Sofía Macaya, gerente de El Iral Bosque Nuboso, inaugurado el pasado 26 de diciembre.
La sostenibilidad se convirtió en un pilar de los negocios que comprenden que se requiere un equilibrio ambiental. “Son muchas las iniciativas innovadoras que aglutinan aquellas empresas cuyo propósito pasa por construir una economía más inclusiva en clave sostenible”, dice Elena Morettini, líder de sustentabilidad de Globant, una firma global en el campo digital con sede en Costa Rica.
De hecho la Agencia de Cooperación Alemana al Desarrollo GIZ y la iniciativa Horizonte Positivo anunciaron la integración de BAC Credomatic, Aeris Holding Costa Rica, Grupo Purdy y Philips al proyecto Ecosistema IPMe, creado con la Universidad de Oxford en 2017, para impulsar acciones climáticas. “El sector privado juega un rol protagónico para la creación de puestos de trabajo, la conservación y regeneración de los ecosistemas”, resalta Andreas Villar, director residente de la GIZ.
“Las empresas son parte de la solución gracias al poder de los negocios para transformar el mundo”, afirma Mariola Montero, directora ejecutiva interina de Horizonte Positivo.
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A nivel emprendedor también se realizan esfuerzos en ese sentido, como en el caso de El Iral Bosque Nuboso, que lo hace por su propia iniciativa y en forma indepeniente a los programas existentes de distintas firmas o instituciones
La idea la tenían Sofía, su esposo Alberto Mora y su padre Bernardo Macaya desde hace años, la concretaron en 2020 y encontraron financiamiento justo a tiempo, antes de los problemas de logística global que causaron el aumento de costos y las dificultades de abastecimiento de materiales de construcción. Ahora se enfocan en darlo a conocer y ya piensan en nuevos servicios.
No es difícil de llegar. Se ubica a menos de cinco kilómetros de la última parada de autobuses en Cascajal, en un finca de 1.200 hectáreas propiedad de Bernardo, un empresario productor de leche, quien fue presidente de la Cooperativa de Productores de Leche Dos Pinos y es un gran enamorado de la montaña y de la naturaleza. Él tenía la visión de diversificar la actividad y de aprovechar el potencial turístico, así como compartir, la belleza del paisaje y del bosque. Entre los tres concretaron la idea.
Sofía es ingeniera agrónoma, especializada en zootecnia, graduada en 2006 de la Universidad de Costa Rica (UCR), muy involucrada en la producción de leche; también trabajó en multinacionales y ahora es consultora en nutrición animal. Alberto es ingeniero industrial, graduado de la UCR en ese mismo año, y tiene una maestría en finanzas, experiencia en este campo y contactos con empresas de turismo por su trabajo en un fondo de inversión. Ambos son, además, practicantes del ciclismo de montaña y del senderismo.
La combinación de amor a la naturaleza, conocimiento, experiencia y conocidos fue perfecta para diseñar un negocio de alto atractivo. Conversaron con empresarios y consultores de turismo y de construcción, armaron una visión estratégica e hicieron números en el primer semestre del 2020. El siguiente paso era llevarla a cabo, lo que implicaba cumplir los trámites y buscar financiamiento.
Tocaron las puertas de los bancos, incluyendo entidades que brindan recursos de Banca para el Desarrollo. Pero eran inflexibles en las garantías y en que el negocio debía tener completos los trámites, que aún estaban en proceso.
La opción fue un crédito de la Fundecooperación para el Desarrollo Sostenible. “Realizamos un análisis de crédito basado en proyecciones y supuestos de ingresos y gastos, así como estudios de mercado, pues al ser un emprendimiento no existía un historial”, explica Kattia Rojas, coordinadora de mercadeo de Fundecooperación.
Mientras iban saliendo los permisos, Fundecooperación realizó los desembolsos. “Fue más expedito, en unos pocos meses, y con la flexibilidad en el momento en el cual necesitábamos el financiamiento para empezar”, dice Alberto.
Ayudó que los permisos se fueron obteniendo más pronto de los esperado. Al interés de la municipalidad, para que en la zona se reactivaran los negocios, se sumó que el Ministerio de Salud y la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) resolvieron sin mayor dificultad, probablemente porque pocas empresas invertían en ese tiempo.
La construcción de las primeras etapas del proyecto, incluyendo los senderos y el restaurante, empezó a inicios de 2021. Abrieron el 26 de diciembre de ese mismo año para aprovechar que muchas personas buscaban lugares de paseo en esa época y el clima de verano.
Hasta el momento, El Iral Bosque Nuboso recibe familias y visitantes costarricenses, pero se trabaja en atraer turistas internacionales pues los atractivos son múltiples. Junto a los exuberantes paisajes, el parque está inmerso en un majestuoso bosque nuboso, parte de un corredor biológico que va desde el Braulio Carrillo hasta el Volcán Irazú, con cerca de 90 tipos de aves (como quetzales y la Zeledonia Coronata) y una amplia fauna, como manigordos, dantas y pumas.
Para disfrutar de estos atractivos se diseñaron tours que, además, incentivan el aprendizaje, la recreación y el montañismo de forma segura y responsable, a través de senderos inmersos en la naturaleza, que permiten observar cataratas y llegar a la Laguna de Colores, formada naturalmente con aguas de origen volcánico.
Al ingresar las personas descargan una app con un mapa de toda el área, la cual —por medio de sistema de posicionamiento satelital o GPS— indica el punto exacto en el que se encuentran en cada momento. Actualmente se reciben visitantes de jueves a domingo de 7 a.m. a 3 p.m. Hay dos tipos de tours.
El primer tipo de tours por senderos demarcados o con señalización para caminatas, que se realiza por cuenta propia, para familias con menores de edad (de 12 años en adelante), adultos mayores y principiantes, que pueden hacer el recorrido incluso con las mascotas (deben llevar puesta su correa y se debe portar bolsas para los desechos). También hay refugios para casos de cualquier eventualidad.
El segundo tipo de tours son de caminatas guiadas a los lugares más lejanos de la propiedad, que se adentran en la montaña y tienen un nivel mayor de dificultad, por lo que son más exigentes en preparación y experiencia.
El restaurante fue diseñado con una estructura sostenible y una arquitectura moderna. Ofrece desayunos o almuerzos con un menú contemporáneo y una amplia variedad de platillos de ingredientes naturales, frescos y de calidad. Aquí también se puede tomar un café o disfrutar una copa de vino mientras se disfruta del paisaje.
El lugar es óptimo para organizar fiestas privadas, eventos empresariales, bodas y actividades deportivas. De hecho, antes de la apertura, se realizó una competencia de trail running con 120 personas.
El restaurante tiene capacidad para 60 comensales y en el parque se han recibido grupos de hasta 200 visitantes, pero Alberto dice que la capacidad es mayor.
Si los visitantes únicamente van al restaurante no hay costo de ingreso. En el caso de querer disfrutar los tours se cancela ¢6.000 por persona para la caminata autoguiada y de ¢20.000 a ¢25.000 en la caminata con guía. En este caso, el costo depende del sendero elegido, pues algunos requieren equipo de seguridad y alimentación, ya que tienen una duración de hasta nueve horas.
Lo recomendable es utilizar zapatos de senderismo o botas de hule y capas y, si desea trotar, zapatillas de trail running.
El Iral Bosque Nuboso se desarrolló a partir de un concepto de finca y parque, combinando una propuesta de desarrollo agropecuario, turístico y ambiental, con la idea de que sea una fuente de empleo (cuenta con 15 colaboradores directos de la comunidad) y de generación de actividades en una zona tradicionalmente lechera.
“Está cambiando la calidad del empleo aquí”, afirma Alberto. “Las familias se están entrenando en atención al cliente y como guías. Con la atracción del turismo surgirán diferentes actividades”.
Los proyectos a futuro son varios. Además de renovar los productos o servicios, ya se piensa en crear un hotel boutique y ofrecer hospedajes tipo glamping (camping de lujo) de montaña, campamentos para grupos y abrir el restaurante en horario nocturno. “Depende de la aceptación del público”, recalca Sofía.