Cada vez más centros médicos proponen ir más allá de la suma de opciones en un mismo edificio para dar un giro a servicios con una visión común de la atención y de la salud, como el caso de Hope 360 Health Center, ubicado en San Rafael de Escazú.
“Hay clínicas donde se alquilan consultorios, pero no trabajan para objetivos comunes. Aquí trabajamos con una sola visión”, dijo Jean Carlo Gamboa, director de operaciones de Hope 360, un proyecto muy ambicioso por los planes a futuro tanto como por su propuesta de salud integral, cambio de estilo de vida y prevención.
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Los pacientes reciben programas de asesoría médica, nutrición y prescripción individualizada de ejercicio, así como abordaje en aspectos físico-estéticos, con un enfoque personalizado para la prevención en salud y rehabilitación física.
La Clínica HOPE cuenta con ocho consultorios y abarca áreas como cardiología, medicina física, nutrición, psicología, medicina general, dermatología, ginecología, terapeutas respiratorios, gerontología y estética.
En cardiología, por ejemplo, se realizan diagnósticos y análisis de capacidades cardiopulmonares (Holter, MAPA, pruebas de esfuerzo, exploración vascular, entre otras) y fisioterapia para la rehabilitación de lesiones deportivas y generales, incluyendo masajes.
En dermatología y fisioterapia dermatofuncional para abordajes estéticos y de salud, que ayuden a afianzar los resultados a nivel físico obtenidos por medio del cambio de estilo de vida. Se incluye recuperación de la piel (servicios de eliminación de tatuajes, depilación láser, procedimientos vasculares) y trabajo con fisioterapeutas.
Se cuenta, además, con un pequeño gimnasio donde se desarrollan planes personalizados enfocados en salud, rehabilitación cardiaca y post-covid19, con acompañamiento. Si el paciente lo prefiere, se le diseña el plan para que lo cumpla aparte.
El apoyo psicológico se enfoca en el desarrollo de las capacidades para afrontar los desafíos propios del proceso y entrar en un mind-set consolidado para mantener cambios permanentes.
Jean Carlo dice que por los costos son competitivos y se dirigen a un segmento de mercado de ingresos medio y alto.
Él es promotor de salud física. Estudió en la sede de la Universidad Nacional (UNA) en Lagunilla. Ahí mismo trabajó en rehabilitación cardiaca y obtuvo la maestría en salud integral y movimiento humano en 2018. Simultáneamente trabajó en una empresa de equipos médicos.
Desde que estudiaba Jean Carlo vio la necesidad en el mercado de clínicas que trabajaran la salud de forma integral. “Normalmente cuesta mucho que diferentes profesionales trabajen juntos en función de un mismo objetivo”, reitera.
Es usual que muchas personas tengan una idea de negocio y no pasen del proyecto. Jean Carlo empezó a conversar con inversionistas y como conocía el mercado, pese a la crisis de 2020, iniciaron las gestiones para crear y ubicar la clínica. Paralelamente fue sondeando profesionales de diferentes áreas, para ver quiénes podían acompañarlos, y gestionando los equipos, que normalmente hay que importarlos desde Estados Unidos y Europa.
A principios de este 2021 se logró la inscripción de Hope 360. La inversión realizada supera los $375.000.
El modelo es sencillo. Los profesionales trabajan por un porcentaje establecido en su propio horario y la clínica se enfoca en la administración, el mercadeo, el equipamiento, la información y de los paquetes para los pacientes de acuerdo a sus necesidades. Se cuenta con un médico de planta a tiempo completo, además.
El rápido avance de la tecnología obliga a integraciones de este tipo, con las cuales se pueden valorar diferentes mecanismos de financiamiento (como el arrendamiento). La integración, además de facilitar el acceso a la tecnología, también permite a los médicos y personal de salud ordenar sus finanzas. Pero estos no son los principales desafíos que se enfrentan.
Jean Carlo apunta que en el mercado y entre los pacientes predomina el esquema curativo de salud de diagnóstico, vigilancia y tratamiento de enfermedades, por lo que el reto es la educación de las personas para la atención de la prevención y apoyo para cambios duraderos de estilo de vida, que realicen ejercicio y se hagan chequeos.
“El sistema de salud en Costa Rica es bien robusto”, dice Jean Carlo. “Incluso en los países desarrollados se tiene el mismo problema. Es más barato prevenir que curar. La clínica se plantea como un puente entre los profesionales y los pacientes”.
La tendencia es creciente a nivel global. Las firmas indican un crecimiento en la preocupación al bienestar físico y mental aumentó con el covid-19 abarcando desde los tipos de dieta (Global Data, una plataforma de análisis de redes sociales), salud mental, el bienestar y el equilibrio entre la vida laboral y personal (PwC), y el ejercicio para un estilo de trabajo saludable y flexible (Deloitte), entre otras.
La propuesta estratégica de Hope 360 es cubrir la necesidad de atención primaria con un enfoque personalizado, pero se ofrecen también programas de prevención secundaria que pueden incluir desde ejercicios para rehabilitación cardiaca, músculos respiratorios y para mejorar la capacidad física-funcional hasta mejoramiento de los hábitos alimenticios, soporte psicológico y emocional.
Hacia futuro la idea es crecer y que la clínica se replique. Lo primero es proyectarse como un centro de excelencia y crecer para llevar el servicio a otras zonas como San Carlos, Liberia y Limón. Jean Carlo dice que la expansión podría ser en unos tres años.