Crear un negocio con lo que le apasiona a Usted es una ventaja y crearlo porque a los demás les apasiona lo que Usted hace es doble sello de garantía. Sólo así se puede explicar el rápido crecimiento de Hohm Sweet. Por eso y por el esfuerzo y la visión de las personas que trabajan en el emprendimiento.
A Daniela Obando le encanta la decoración de interiores, si bien su trabajo es de diseñadora gráfica. Cada semana, ella iba acompañada de Pamela Orlich, también diseñadora, a los sitios donde venden muebles y accesorios para el hogar. Ambas trabajan en firmas externas de servicios.
El buen gusto lo aplicaba en el apartamento de ambas. Cuando las amistades las visitaban no dejaban de admirar los muebles, la decoración y la organización.
—¿Por qué no abres una cuenta en Instagram para dar tips y darse a conocer?— casi que la retó Carolina, una hermana de Daniela, cuenta Pamela.
Daniela lo hizo y fue descubriendo un nicho al que le encanta tanto la decoración, los muebles y los accesorios de hogar como ella misma.
En diciembre de 2019 Pamela y Daniela viajaron a Nueva Orleans, Estados Unidos, a visitar a una tía de Pamela. Un día entraron a una tienda de decoración y quedaron casi deslumbradas con un espejo en forma de un ojo. “Le dije que habíamos gastado mucho. Al final, lo compramos”, recuerda Pamela.
Y compartieron una foto en Instagram. Cuando llegaron a Costa Rica, la tía les avisó que el adorno se había quedado allá. Calcularon cuánto les costaba traerlo. Imposible.
Los conocidos les preguntaban por el espejo y cómo conseguirlo. ¿Por qué no lo encargan a alguien para que lo hiciera y ellas lo vendían? Encontraron a un señor que hacía la estructura del ojo. El espejo lo pegaban ellas.
Así crearon su primer producto: Golden Eye. Y empezaron a colocar espejos. Luego Pamela y Daniela pensaron en producir muebles y accesorios con precios al alcance de todas las personas. Para ellas, decorar la casa no tiene que ser caro.
Les recomendaron un ebanista, que en ese momento solo trabajaba media jornada en un taller, para hacer las mesas Cocoa, el producto estrella: un cubo de madera con patas diseñadas de metal. El ebanista les hizo tres o cuatro y se las dejó a un buen precio. Pero al ebanista le dijeron en el trabajo que tenía que volver a tiempo completo. Ahora ellas tenían que buscar a otro.
Los que encontraban les cobraban caro. Ellas tenían comprometidos varios pedidos a un precio menor. Hallaron a uno en Cartago, que trabajaba en las madrugadas en una gasolinera, salía a las seis de mañana y se ponía a hacer las mesas. Los pedidos aumentaron y al crecer se hizo necesario asumir la producción y el control de la producción directamente. Con el capital generado abrieron el taller en Guachipelín, Escazú, en mayo pasado.
Pamela calcula que han invertido $20.000 en la empresa. Hohm Sweet había empezado el 25 de marzo de 2020 con ¢35.000.
No tenían experiencia en manejo ni de planilla ni de un taller. Poco a poco lo fueron organizando y el negocio tomó forma. Hohm Sweet fabrica y comercializa muebles personalizados y de medidas estándar. También, adornos.
Los muebles (mesas de comedor, cómodas, roperos, camas, consolas de televisión estilo nórdico) son de maderas como pino, laurel, melina, teca. También hay en vidrio, con estructuras de hierro: espejos, bares, estantería, mesas y recibidores. El listado incluye mesas de noche, mesitas de café, mesas de centro, sillas y bancas. Además, se brinda asesoría en decoración del hogar.
Daniela realiza una visita y le entrega al cliente una propuesta. El costo del servicio es entre $70 y $300 dependiendo de la vivienda. El servicio es especialmente atractivo para jóvenes que acaban de comprar apartamento.
Con tal cantidad de productos y servicios, así como el crecimiento de la demanda, surgió otra urgencia. Las entregas de los productos las hacían en el apartamento de Daniela y Pamela, que quedaba en el tercer piso de un edificio en condominio. Subir o bajar los muebles se volvió incómodo. Además, los clientes querían ver los muebles.
Se hizo necesario buscar un sitio que sirviera de sala de exhibición o show room. El problema es que, pese a la desocupación de locales comerciales desde el año 2018 por la llamada crisis fiscal y en 2020 por la pandemia, los precios no habían bajado: los locales eran pequeños y caros. Hasta que encontraron una casa con espacio suficiente y a la que ellas también podían trasladarse a vivir.
Para su sorpresa, el negocio había crecido tanto que el contador les dijo que Hohm Sweet podía asumir el alquiler. La casa, además, tiene un amplio jardín en cuyo centro hay un árbol de jícaro. El nuevo sitio, ubicado en la entrada de Salitral, en Santa Ana, les dio un impulso adicional.
El crecimiento llevó a incorporar a familiares de ambas en la empresa: a la mamá de Daniela, Kitty; y a un cuñado (Andrey) y a un hermano (Alejandro) de Pamela.
Kitty le da seguimiento a los clientes y junto con Kimberly, la encargada de redes sociales. Ellas son la cara de la empresa. Alejando se encarga del taller y Andrey de la contabilidad: son el cerebro, junto con Pamela. Daniela es el corazón, con su presencia y empatía en las redes sociales.
Los colaboradores son la fuerza. Pamela y Daniela procuran aplicar lo que aprendido en las empresas externas donde trabajan, creando un ambiente abierto sin olvidar el calor familiar.
Todo este crecimiento se generó de forma natural, lo que llaman crecimiento orgánico. Instagram es la principal plataforma.
Daniela y Pamela tienen buen ojo al respecto. De acuerdo con la firma Statista, en abril de 2021 más de un tercio de la audiencia global de Instagram (de 1.287 millones de suscriptores) tenía entre 25 y 34 años y más de dos tercios de sus audiencias totales tenían 34 años o menos, lo que hace que la plataforma sea particularmente atractiva para el mercadeo de productos y servicios.
Hohm Sweet supera los 29.000 seguidores en esa red. La idea es atenderlos de forma directa y personal, por lo que no se ha querido incorporar chatbots. El crecimiento se explica porque han logrado empatar con un nicho de alta demanda y con el que Daniela tiene una alta empatía por sus mutuos intereses en la decoración y los muebles para el hogar.
No se descuidan otras posibilidades de generación de negocios, pues incluso ya generaron otra marca: Baby Hohm, de muebles para bebé.
—¿Cuáles planes tienen hacia adelante?
—Estamos tratando de salir del día a día para pensar más en las novedades del negocio— responde Pamela, pues Daniela tuvo que ir a ayudar a atender clientes en la sala de exhibición.
Ambas piensan en nuevos mercados, como hoteles boutique y restaurantes en zonas lejanas a los que les es difícil conseguir mobiliario y servicios de decoración de interiores. Además, Hohm Sweet pronto tendrá su tienda web. El rápido crecimiento no le había dado tiempo y con Instagram, hasta el momento, no se hacía necesario. El futuro lo exigirá más; los nuevos mercados potenciales, también.