Henry Nanne y Alejandro Pacheco se conocen desde jóvenes, pues fueron compañeros de secundaria, y aunque luego cada uno siguió su propia profesión y carreras laborales distintas mantuvieron la amistad.
Ahora son los socios fundadores de Tilo.cr, un servicio que ofrece a las empresas el desarrollo de su propia tienda en línea y la asesoría para que sea un éxito.
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En la iniciativa ambos aprovechan su formación y la experiencia acumulada.
Henry es informático y había sido cofundador de la agencia digital Double Digit, la cual fue comprada en 2017 por la firma estadounidense Creative Drive.
Se mantuvo como empleado varios años con esta misma compañía y luego se pasó a tiempo completo al proyecto de Tilo.
Alejandro es administrador de empresas, con una maestría de negocios en el Incae.
Había trabajado como gerente comercial de Cuestamoras Urbanismo y, al igual que Henry, salió a mediados del año anterior para dedicarse completamente al proyecto desde inicio.
La idea de una plataforma y un servicio en comercio electrónico la venían amasando desde hace tiempo, pero empezaron a darle forma a mediados del 2019 aprovechando el crecimiento de las ventas en línea.
Durante los últimos años para ellos no pasó desapercibido ni el crecimiento de la oferta de plataformas ni del interés y la demanda de servicios.
A Alejandro y a Henry les recordó la época cuando las empresas se empezaron a plantear la necesidad de tener un sitio web de presentación.
Ahora las compañías estaban dando un paso adicional hacia las tiendas en lìnea.
“Anticipamos lo que se venía”, dice Henry.
Pero no se trataba de brindar solamente la plataforma o el servicio de desarrollo de las tiendas web.
La venta en línea hay que gestionarla, promocionarla, garantizar la logística de la entrega de pedidos. El principal fallo que ellos advierten es que, como hay poco conocimiento de cómo gestionar una tienda web, las empresas no obtienen la rentabilidad que esperan.
La experiencia, la experiencia, la experiencia.
Si la experiencia es deficiente, el cliente no vuelve.
Por eso el proyecto fue complementar el servicio propiamente tecnológico con el acompañamiento y el asesoramiento estratégico.
“Al entrar en ecommerce se entra en problemas nuevos y se requieren capacidades que no se tenían porque no eran necesarias”, dice Alejandro.
Y agrega: “Debe existir cierto conocimiento que no tienen necesariamente las empresas tradicionales. La tecnología es un commodity: cualquier persona puede hacer una página en Internet, pero hay que resolver toda la cadena de valor”.
La propuesta de Tilo es que las empresas tengan su tienda en línea y todo lo que se requiere para que el proyecto sea un éxito: gestión de pedidos, de inventario, de bodega y de promoción.
Todo ese proceso es automatizado con la plataforma, para la cual se utiliza la infraestructura tecnológica del servicio de Amazon Web Service y las funcionalidades de Woo Commerce.
La tienda cuenta con pasarle de pagos Greenpay que usa el Banco Nacional, para tarjetas Visa y Master Card, y permite cancelar a otros bancos. La liquidación se hace mediante la cuenta Iban.
El sistema notifica a cada empresa las compras en línea de los clientes, mediante la respectiva orden, y sigue todo el proceso: desalmacenaje, empaque y envío.
En el caso de la bodega el cliente decide utilizar su propia instalación o, si requiere, se brinda la opción de tener un espacio en Overseas Logistics Operations (OLO), firma que se encarga de la bodega, el alistado de pedidos y la entrega en la Gran Área Metropolitana en un máximo de 48 horas.
Fuera de la GAM las entregas se realizan mediante Correos de Costa Rica.
Las empresas también pueden optar por el servicio de entregas que prefieran.
La plataforma es transaccional e integra soluciones de compra que ofrecen Instagram y Facebook para aprovecha la presencia de cada empresa en redes sociales.
En el acompañamiento al comercio se configuran las métricas para medir conversiones y otros indicadores que son usuales, de acuerdo a las buenas prácticas a nivel global.
Para cada empresa se realiza un proceso de ajuste de la solución y de los servicios según las necesidades, pero se puede empezar a vender entre 10 y 15 días.
La asesoría incluye la documentación legal y el cumplimiento de las regulaciones sobre comercio, garantía y protección de datos, políticas de devolución, y términos y condiciones.
“Todo esto es lo que tendría que hacer una empresa si se encargara ella sola de instalar una tienda en línea”, dice Henry. “La solución está en menos de cuatro días, pero hay un proceso de ajuste (fotos, orden de productos, detalles) que dependen de cada cliente”.
Para que el cliente sienta que está apostando a un proyecto seguro, Tilo tiene un costo de $500 como servicio base para la configuración y lanzamiento.
Posteriormente se cobra una comisión (desde 10%) que se negocia con cada empresa. Si no se vende, Tilo no gana nada; si se vende, ambos ganan.
“El mensaje principal es que, si no hacemos bien el trabajo, el cliente no vende y no nosotros tampoco. Es una forma de filtrar y asegurar que la iniciativa realmente le quiere apostar”, explica Alejandro.
El servicio y la plataforma se empezaron a comercializar en noviembre del 2019.
Para echar a andar el proyecto, Henry y Alejandro se apoyaron en recursos propios y en el apoyo de la familia y amigos.
Alejandro y Henry tienen claro que el crecimiento de los negocios ya no es cantidad de tiendas en diferentes lugares del país, sino que es con una sola plataforma que puede llegarle a clientes en lugares lejanos del país.
Actualmente la plataforma es utilizada por 10 comercios, entre los que se encuentran Hijadetigre.com, una tienda de ropa, y bhbhcostarica.com, de suplementos nutricionales deportivos.
La primera tenía dos puntos de venta físicos y durante este tiempo pudo seguir obteniendo ingresos mediante la tienda en línea, mientras que el segundo sólo vende en mendiante su tienda digital.
Con la emergencia sanitaria el interés por las tiendas en línea aumentó. Henry y Alejandro cuentan que se han acercado desde negocios de golosinas, tiendas de moda, artesanías, abarrotes, motocicletas y accesorios, inmobiliario, distribuidores hoteles y restaurantes.
También un banco que quiere ofrecer una solución de marketplace para sus pymes afiliados o clientes.
Ambos tienen la visión de construir una empresa a largo plazo. La pandemia sólo está acelerando el proceso tanto a nivel de comercios como en los hábitos de los consumidores.
“Los consumidores aprendieron y las empresas tienen que entender que los clientes somos mitad físico y mitad digitales”, recalca Alejandro.