El ingeniero en construcción Fabián Pérez creció en la ciudad de Medellín, Colombia, desde donde se empezó a manifestar su interés por el diseño y la edificación.
Con el apoyo de cajas de cartón construía maquetas de edificios, casas, castillos y hasta ciudades, a las que les incorporaba caminos, carritos y pequeños muñecos.
Solía participar en las ferias científicas de su escuela y le encantaba crear volcanes en los que empleaba pastillas efervescentes que simulaban la lava.
A punto de cumplir los 15 años, emigró a Costa Rica junto a su madre y hermano.
Querían empezar desde cero y dejar atrás los problemas familiares y la violencia social del lugar en el que vivían.
Se fueron a vivir a Osa con familiares, quienes igualmente se habían marchado de la nación suramericana pues habían sufrido los embates de un entorno poco amigable. Algunos de esos familiares habían sido acogidos como refugiados en Costa Rica años antes.
A Fabián lo matricularon en la Telesecundaria Boca Sierpe (hoy se llama Liceo Rural Boca Sierpe).
La telesecundaria fue una modalidad educativa ─ideada para las áreas rurales─ enfocada en impartir clases con el apoyo de videos, un televisor y DVD.
Fabián recuerda que cuando le llegó el momento de realizar los exámenes de admisión de las universidades públicas solo él y una compañera lograron ingresar. Él fue aceptado en el Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Como no recibió mucho apoyo vocacional, inicialmente se inscribió en la carrera de diseño industrial, pues por su nombre creyó que era lo suyo.
Posteriormente se percató de que su vocación era la ingeniería en construcción y se cambió de carrera.
Fabián se graduó en el 2012 y empezó a trabajar en una compañía en la que tuvo la oportunidad de participar en el desarrollo de proyectos inmobiliarios relevantes.
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Aunque le gustaba lo que hacía, él quería participar en proyectos que, más allá de construir una estructura, involucraran el ámbito urbano y que se pudiera generar un impacto positivo en las comunidades.
Fue así que conoció al ingeniero en sistemas Andrés Víquez y al geógrafo Melvin Lizano.
Ellos se dedicaban a impartir capacitaciones a instituciones sobre un software libre de sistemas de información geográfica.
¿Qué es exactamente esto?
Un sistema de información geográfica incluye “hardware, software y procedimientos diseñados para realizar la captura, almacenamiento, manipulación, análisis, modelización y presentación de datos referenciados espacialmente para la resolución de problemas complejos de planificación y gestión”.
Este tipo de sistemas son empleados por instituciones y empresas como las municipalidades para el ordenamiento territorial, que –según se define en el Estado de la Nación– es un proceso que pretende “establecer y promover el uso sostenible de los espacios geográficos”.
También es usado por la Comisión Nacional de Emergencias (para saber qué zonas presentan situaciones de vulnerabilidad), por el Instituto Costarricense de Electricidad (en el estudio de redes), por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (para fiscalizar las zonas de conservación) y por empresas de bienes raíces (que poseen inventarios de propiedades), entre otras.
El hecho es que al emprendedor le interesó mucho este asunto y entre los tres profesionales levantaron la empresa Soluciones en Tecnologías de Información Geográfica (Soltig), de la que Fabián es el gerente general.
La empresa continúa otorgando capacitación en el empleo de software de sistemas de información geográfica y ofrece consultoría en el tratamiento de datos geográficos.
Esto incluye levantar información de campo, interpretación de fotografías aéreas, así como la actualización y mantenimiento de información cartográfica y el desarrollo de software relacionado con este asunto, entre otros servicios.
La empresa ha trabajado con diferentes gobiernos locales del país para agilizar ciertos trámites y procesos por medio del uso de software.
Por ejemplo, se trabajó con la Municipalidad de Liberia para crear un mapa de uso de suelo que es requerido para la elaboración del plan regulador.
En la Municipalidad de Guácimo trabajaron en una tecnología que conecta el sistema de información geográfica con la plataforma de recepción de documentos.
En la Municipalidad de Curridabat contribuyeron a ubicar los lugares idóneos para desarrollar un proyecto social en beneficio de adultos mayores, adolescentes y personas con discapacidad.
A inicios de julio, a Fabián le comunicaron del Colegio de Ingenieros Tecnólogos –que forma parte del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, conocido como CFIA– que obtuvo el premio al “Emprendedurismo e Innovación” por su trabajo, luego de haberse postulado al galardón.
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El 10 de agosto será la ceremonia de reconocimiento en el CFIA.
Esto motiva al emprendedor y a su equipo de trabajo a buscar consolidar su negocio a nivel nacional.
A futuro planea ofrecer sus servicios en Centroamérica para contribuir con las instituciones igualmente en el ordenamiento territorial y en la mejora de sus procesos.