José Álvaro Salas Chacón estudió fotografía y trabajó algún tiempo capturando retratos de personas y tomando fotos en bodas y fiestas.
Pero el mercado laboral estaba un poco complicado y no obtenía suficientes ingresos.
Por ello, el joven quiso explorar otras opciones laborales y se matriculó en el programa de la Bolsa Nacional de Valores para convertirse en corredor de bolsa.
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Estudió por un año y luego empezó a trabajar en una mutual.
No obstante, José Álvaro no se sentía satisfecho. Él quería trabajar en algo que le apasionara y lo hiciera sentir orgulloso de sí mismo.
Hasta ese momento, no había encontrado una ocupación que amara totalmente.
Eso cambió a raíz de otra faceta de su vida.
Un nuevo rumbo
Como es una persona a la que le gusta mucho el deporte (practica atletismo y calistenia), procura alimentarse bien.
Por el diseño de su anatomía, siempre le ha costado ganar masa muscular.
Estaba buscando fuentes de proteína e investigó que la mantequilla de maní era una buena alternativa.
Acudió al mercado para ver qué opciones había de dicha mantequilla y, aunque encontró una que le gustaba, el producto era un tanto caro.
José Álvaro decidió empezar a elaborar su propia mantequilla de maní, sin preservantes ni químicos.
Le agregó sal marina, jengibre, pimienta negra, cardamomo, vainilla, maní y un poco de miel de abeja.
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Denominó a su negocio Armonía Botánica y la marca de la mantequilla de maní se llama 130.
El nombre se debe a que cada 500 gramos de la mantequilla contienen 130 gramos de proteína.
Todo esto ocurrió en agosto del año anterior y la empezó a comercializar en la verdulería de su localidad, en San Antonio de Belén.
El producto comenzó a ser gustado y luego se le abrieron otros mercados, como el Mercadito Central (en Combai Mercado Urbano).
Posteriormente, surgieron otros lugares en los que colocó su producto.
Aunque puede ser consumida por cualquier persona, la mantequilla está pensada para aquellos atletas, como José Álvaro, que quieren mejorar su físico y alimentación.
Por esa razón, buscó promocionar su producto entre deportistas, quienes a través de sus redes sociales comparten los beneficios que reciben de consumir el alimento.
Luego del crecimiento que empezó a experimentar, el año anterior el emprendedor se vio ante la encrucijada de si seguía con su emprendimiento como un simple pasatiempo o si abandonaba su trabajo como vendedor de autos en la Toyota.
Optó por renunciar y dedicarse de lleno a su empresa.
José Álvaro cuenta que esta ha sido la mejor decisión, pues ahora sí se siente pleno con su trabajo como líder de su propio negocio.
“Cada vez que yo vendo mi producto siento que estoy ayudando a las personas y eso es lo que me motiva a seguir y hace que me encante ir a trabajar todos los días”, expresó.
Actualmente, en la empresa recibe el apoyo de su madre, la periodista Kattia Chacón.
El joven de 29 años espera vender a futuro sus productos en Auto Mercado y Walmart, cadenas en las que ha sostenido conversaciones para que su empresa dé el salto y produzca mucho más.
Además, existe la opción de exportar a Holanda a raíz de un contacto que tiene allá.
Otra de sus metas es crear otras marcas: de humus y una mantequilla hecha de semillas de calabaza y nuez de Brasil.