Las lecciones de la crisis enseñan que las compañías de bienes de consumo deben considerar un enfoque activo, adaptado al contexto actual, para emerger más fuerte en la próxima normalidad.
El COVID-19 plantea asombrosos desafíos humanitarios y de salud, empezando por proteger a sus empleados, clientes, cadenas de suministro y resultados financieros.
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Todos los sectores de consumo sentirán el impacto económico de COVID-19 y las empresas deberán evaluar cómo generar mayor valor para sus clientes, incluso en alianza o fusión con otras empresas, cambiar de marcas y canales.
Las empresas deberán realizar una evaluación integral de sus ambiciones estratégicas, modelos de negocios, categorías y marcas.
Un reporte de la firma McKinsey subraya que el COVID-19 acelera las tendencias existentes y creado otras nuevas.
Por ejemplo, una mayor conciencia del consumidor sobre la salud y el bienestar, la cual refuerza su inclinación a alimentos y estilos de vida más saludables, favoreciendo las marcas de alimentos más “naturales” en todas las categorías.
El segundo cambio es que los clientes se vuelven a las empresas en las que tienen más confianza, por lo que deben evaluar los productos y servicios que no generan ingresos ni valor.
Al mismo tiempo, deben analizar sus acciones para crear innovación y hacer crecer sus productos estrellas.
La tercera tendencia, una vez más, es la venta en línea.
“El aumento de la penetración del comercio electrónico y el consumo en el hogar aumentará el interés en las capacidades de entrega digital y de última milla”, se indica en el informe.
Va más allá.
Será necesario una mayor conectividad digital entre los consumidores y las empresas debido al cambio al comercio electrónico.
También se está generando una mayor dependencia del marketing digital y adquiere mayor importancia la entrega de última milla tanto como la transparencia de los ingredientes de los productos.
Las empresas deberán basarse en datos, plataformas y capacidades analíticas para determinar cómo ofrecer valor y un mejor costo basándose en la escala o aumento de la producción.
Llene el cuestionario
Las empresas tendrán que responder varias preguntas sobre cómo desarrollar lo más pronto posible las capacidades del mañana:
–¿Qué asociaciones o alianzas se pueden forjar que le den una ventaja a medida que el comercio electrónico gana importancia?
–¿En qué sistemas de datos, análisis y marketing digital debe invertir y cómo?
–¿Cómo puede aumentar sus capacidades de comercio electrónico rápidamente?
–¿Qué inversiones de distribución o entrega de última milla debe hacer?
–¿Qué debe traer internamente para prepararse mejor para administrar este nuevo ecosistema?
Tres pasos
McKinsey también sugiere que se deben dar los siguientes tres pasos:
Defina la próxima normalidad y dónde radica su ventaja competitiva.
La nueva realidad dependerá en gran medida del impacto a largo plazo del COVID-19 en sus principales segmentos de clientes (comportamientos y hábitos de gasto).
–¿Dónde están las oportunidades de crecimiento hoy y dónde estarán mañana?
–¿Dónde están gastando el dinero los consumidores, en qué categorías y canales?
–¿Cómo han cambiado sus gustos, preferencias e inquietudes, creando nuevas oportunidades para la diferenciación?
–¿Cómo han cambiado sus ventajas competitivas y qué nuevas ventajas han surgido?
–¿Cómo pueden las alianzas acelerar su crecimiento?
Evalúe su capacidad para realizar alianzas con otras empresas o incluso adquirirlas
–¿Cuáles son los objetivos de alianzas factibles?
Genere confianza
Las empresas deben crear perspectivas respaldadas por datos sobre la trayectoria del mercado, los próximos escenarios normales después de la crisis y los riesgos de una mayor interrupción.
–¿Cuáles son las principales prioridades?
–¿Cómo asegurar el compromiso de gerentes y personal para acelerar los planes conforme los mercados se descongelan?