Con el surgimiento y evolución de emprendimientos de base tecnológica o startups, junto con las mayores posibilidades de obtener recursos para su desarrollo de inversionistas de capital de riesgo, se incrementaron las alternativas de incorporación de socios, adquisiciones y fusiones entre empresas de todo tamaño y sectores.
“Tradicionalmente el mercado de adquisiciones y fusiones había sido de empresas medianas. El cambio viene por la presencia de firmas de tecnología y startups”, explicó José María Pacheco, especialista de fusiones y adquisiciones de Sfera Legal.
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Este tipo de inyecciones de recursos o levantamiento de capital semilla —al igual que en las fusiones o compras de empresas— se realiza como una adquisición de acciones de parte de un inversionista o grupo de inversionistas.
En el proceso los inversionistas tratan de cerciorarse de que la empresa se encuentra bien e implica un acuerdo de confidencialidad o due diligence.
¿Cuáles otros pasos se implementan o se deben tener presentes?
Acercamiento
Las inversiones de capital suelen ser procesos extensos en los cuales se presentan muchas posibilidades de cometer errores.
Inicia cuando los fundadores de una startup buscan capital o un inversionista ve potencial en un emprendimiento tecnológico.
Tras el primer contacto se realiza un intercambio de información “muy básica y general”, como para que quien va a comprar e invertir determine si tiene interés.
Con base en esa información, el inversionista o grupo de inversionistas efectúa una oferta no vinculante.
A partir de este momento se realiza un contrato de confidencialidad, ya que la startup debe brindar datos de su operación que son sensibles y no pueden ser públicos.
La preocupación por cuáles datos compartir es mayor si el potencial comprador es una firma rival interesada.
La información que se brinda no implica datos relevantes hasta que no se da un paso más serio y significativo.
Al potencial comprador se le explica cuál es la valoración de la empresa, la estructura de la transacción y el proceso, se revisa y se negocian tanto los plazos como el alcance de la operación.
Due diligence
La due diligence es un acuerdo que permite una mayor indagación de información de la operación de la startup o empresa.
A los posibles inversionistas les interesa tener una foto integral de cuál es la salud de la empresa y verificar que es real lo que está en los informes financieros.
Para los fundadores de la startup también es de sumo interés revelar el estado completo de la empresa, para luego no tener reclamos.
“Es una etapa muy larga y cuidadosa”, advirtió Pacheco.”Pero es muy importante para ambas partes”.
En esta etapa se crea una carpeta virtual donde se suben los documentos y se hacen sesiones de preguntas y respuestas.
El comprador o inversionista envía una lista de puntos que requiere ver con relación a aspectos legales (licencias, patentes, litigios laborales o financieros), operativos, contables y financieros, deudas, y cuentas por cobrar, entre otros.
La lista se levanta según el tipo de empresa, “a la medida”. Seún el caso implica una revisión de permisos sanitarios, contratos con empresas distribuidoras o importadoras, propiedad intelectual, protección de datos, procesos, propiedad de fórmulas y tipos de análisis, tratamiento de la información, y modelo de negocios (por ejemplo, en una empresa informática si brinda servicios en la nube o sistemas para instalar).
Los inversionistas analizan también proveedores, tipo de insumos y productos, qué tan exclusivos son, qué tan replicable es el modelo de negocios, la inscripción de marcas, contratos, y riesgos, entre otras.
Los conflictos legales en materia laboral y el cumplimiento en materia tributaria también deben ser revisados. Los inversionistas no desean llevarse una sorpresa, cuando ya han invertido, tanto por los costos asociados como los problemas de imagen que generan este tipo de litigios.
Oferta vinculante
Tras la exhaustiva indagación, el posible comprador plantea una oferta vinculante que plantea una propuesta concreta.
Normalmente se espera que no exista mucho cambio con respecto a la propuesta inicial.
Es usual plantear, a un plazo determinado, el establecimiento de un fondo o un fideicomiso (a partir de un porcentaje de la venta o inversión) para cubrir costos por algún reclamo legal que se presente, contingencias u otras obligaciones que surjan después de haber cerrado el trato.
El fondo podría ser más alto si en la etapa anterior, de due diligence, se identificaron riesgos
Una vez que se negoció la oferta vinculante, los abogados redactan los contratos y documentos pertinentes, que incluyen compra-venta (traspaso de acciones) o de fusión, el del fideicomiso para posibles contingencias, y —si la venta no es total— el acuerdo de accionistas.
Aprobación estatal
La efectividad de la firma de los contratos queda sujeta a la aprobación de las autoridades de la Comisión de Promoción de la Competencia (Coprocom).
En el caso de telecomunicaciones, previo análisis de Coprocom, la operación debe tener el visto bueno de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) y cuando implica frecuencias del espectro radioeléctrico del Poder Ejecutivo.
En el caso de seguros el paso debe tener el visto bueno de la Superintendencia General de Seguros (Sugese) y en el campo bancario y financiero de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
En estas instancias se analiza como un caso de concentración.
Una vez aprobada por las respectivas autoridades, la tarea de las partes es cómo aprovechar y cumplir con los objetivos del proceso.
Asesoría y errores comunes
Dada la complejidad de este tipo de procesos, para la startup o la pyme y para los inversionistas es riesgoso no estar bien asesorados, tanto en lo legal como en lo financiero y en banca de inversión.
Cada especialista ayuda en la negociación. “En general los procesos fluyen mejor cuando la asesoría es integral”, afirmó Pacheco.
Un error muy común es no usar un banquero de inversión.
Pero hay dos errores que pueden complicar el proceso, provocar la pérdida de confianza y, por esta razón, hacer que fracase la negociación: que los dueños de la empresa exageren lo bien que está la operación y el potencial del mercado, por un lado; y la falta de transparencia, creer que se puede esconder información, por el otro.
Los propietarios de la empresa deben recordar que en la fase due diligence los inversionistas, que normalmente son muy profesionales y experimentados, van a confirmar y a descubrir lo que ocurre en realidad.