Cierto que los tiempos cambian, la moda cambia y los gustos cambian, pero para las personas emprendedoras hay varios cuidados que siempre deben tener si desean que una mala presentación personal no le cierre oportunidades de negocios.
“La imagen es integral y no es solo vestuario”, afirmó la asesora de imagen Luigina Campos. “Debe integrar la matriz de las 3C: coherencia, claridad y constancia. Coherente con el entorno, público meta y objetivo, que se clara y directa en el mensaje, y que se mantenga en el tiempo. Nadie te creerá si eres inconstante en tu imagen”.
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Recordemos que como seres humanos tomamos gran parte de las decisiones de forma inconsciente a través del sistema sensorial.
El causar una buena impresión será clave para realizar negocios.
El descuidar la imagen física puede distorsionar la interpretación que otros tienen de nosotros y las demás áreas de nuestra vida, enviando estímulos incorrectos no solo de nuestra apariencia, sino también de nuestro profesionalismo.
Por ejemplo, un mal ajuste podría hacernos pensar que no solo es una persona descuidada en su look, sino también en sus proyectos, lo que generaría falta de confianza y credibilidad.
Errores comunes
Los cinco errores que cometen más los emprendedores en términos de presentación e imagen son:
1. Desajuste de prendas: el ajuste de las prendas tiene un peso de más del 50%, una prenda grande podría dar la impresión de desconocimiento, desactualización, despreocupación y hasta desinterés.
2. Colores apagados o que no favorecen: provocan ausencia, desestimulan el interés y devalúan la presencia.
3. Postura incorrecta: desde que estamos de pie hasta cuando caminamos, la postura podría hacernos parecer inseguros, poco confiables, desinteresados, ausentes y hasta deprimidos.
4. Mal uso de las manos: las manos comunican más del 80%. Descuidar esta área es un error frecuente que provoca sensaciones de timidez, poca capacidad, nerviosismo.
5. Saludo o entrada incorrecta: el saludo al iniciar una conversación es fundamental para crear lazos y solidificar relaciones.
Es el momento crucial para conectar y a menudo se olvida o se da una forma que deja sensaciones equivocadas del emprendedor. En los negocios la primera impresión es la más importante.
Corríjalos
1. Haga un autoanálisis y evaluación
Conozca su cuerpo para vestirlo correctamente, tanto en tipo de piel como medidas corporales y crear balance, así como una imagen limpia a través de la ropa y colores adecuados.
No debe de tener mucha ropa, sino las piezas claves que demuestren profesionalismo. Utilice telas y cortes limpios que demuestren esa presencia ejecutiva.
Hay prendas diseñadas para el código casual y otras que son sin duda aciertos para lo laboral. Recordemos que las prendas tienen vida y también emiten sensaciones.
2. Entrene su lenguaje corporal
El lenguaje corporal, el saludo, la sonrisa y la entrada crean conexiones inmediatas, que duran más que las palabras.
Pregunte a otros cómo lo ven, cómo lo interpretan, es un ejercicio para iniciar el proceso de análisis.
La mayoría de emprendedores tiene un concepto erróneo de lo que están transmitiendo o nunca se lo han preguntado, que es aún peor.
Si vemos que hay vacíos en estas áreas es importante buscar la ayuda de un profesional, ya que el lenguaje no verbal tiene un impacto del 93% de esa percepción que otros tienen de nosotros, y solo un 7% las palabras.
3. Analice la estrategia de negocios
Por supuesto que esto no se podría lograr si no ha analizado mi estrategia de negocios. Debe considerar cuál es el objetivo, la industria, el público meta y el entorno.
Cada emprendedor debe conocer esas áreas para saber qué espera el público meta y cómo poder diferenciarse de la competencia.
Algunas industrias son más estrictas (educación, banca y finanzas, por ejemplo), pero otras más accesibles (informática).
Siempre debe encajar en cada circunstancia para crear el estímulo correcto.
Adaptación
Es importante conocer la industria para adaptarse al código.
Ir de saco y corbata en emprendimientos más creativos puede ser un error que generaría distancia.
No olvide tampoco que siempre debe producir una imagen que cause una buena impresión, que no irradie descuido o despreocupación.
El pensar que por ser un área muy relajada puede ir sin el cuidado personal básico adecuado o con ropa deteriorada o manchada podría crear una impresión de poco interés.
“Una de las reglas básicas cuando visitamos a alguien es hacerlo sentir a gusto, que es importante para nosotros”, dijo Campos.
La experta recalca que el cuidado personal no solo nos hace ver o sentir bien, sino que además le demostramos al otro que es importante para nosotros, y eso crea relaciones más sólidas y a largo plazo.
Esto toma más peso cuando nos reunimos con inversionistas o clientes de empresas o ejecutivos.
Por eso hay que adaptarse al entorno y lo que las otras personas esperan de cada uno.
Pregúntese
-¿Qué mensaje estoy enviando al cliente o al inversionista?
-¿Estoy transmitiendo una imagen de seguridad, confianza y credibilidad o será que conozco mucho del proyecto y no lo transmito?
-¿Qué elementos ocupo para que el inversionista se cree esa buena impresión y le genere la confianza suficiente para creer en mi proyecto?
Recuerde que el balance entre la imagen y el conocimiento del negocio provocará coherencia y credibilidad.