El manejo de los ingresos y del crédito personal no es sencillo y hasta lo bancos están impulsando y ejecutando programas de educación financiera.
En los negocios tampoco lo es, si se considera los ciclos de los negocios y los mercados, así como las obligaciones como empresa con colaboradores, proveedores e instituciones.
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Un mal hábito, muy usual especialmente en microempresas, es la mezcla de gastos del negocio con los personales y familiares.
Para evitar los problemas que estas situaciones crean en las empresas hay varias prácticas y reglas de gestión financiera que debe seguir en su negocio:
1. Elabore un presupuesto
Detalle los posibles ingresos y gastos de manera mensual, de acuerdo al comportamiento que su negocio muestra históricamente.
Incluya gastos por servicios obligatorios, préstamos, adquisición de insumos (materia prima, equipos) y contemple un fondo de emergencia.
Si el balance es negativo revise las las cifras y adopte decisiones sobre gastos no son elementales.
En caso de estar iniciando un emprendimiento, defina un presupuesto hipotético (con base en su estudio previo de mercado y de la factibilidad del negocio).
Compare al final de cada mes lo planeado con lo ejecutado, para realizar ajustes y no salirse de la línea trazada.
2. Mantenga un ahorro
Determine cuál porcentaje de sus utilidades será destinado para obtener un ahorro que le permita tener un respaldo financiero o un capital para invertir en el futuro.
Su salario no debe salir de las utilidades. Debe contemplarse como parte de los gastos y debe separarse debidamente.
3. Ordene sus deudas
Evite el sobreendeudamiento. Ordene sus deudas (incluyendo tarjetas de crédito) y cuentas por pagar a proveedores. Antes, entienda todos los gastos actuales y futuros del negocio.
Establezca un plan para hacer frente a sus obligaciones, tratando de uno utilizar el ahorro.
Si está empezando y obtiene financiamiento bancario, de otra fuente o de proveedores, establezca un plan de pagos.
4. Evite gastos innecesarios.
Revise cada gasto y tenga claro cuáles son innecesarios. Evite gastos o compras por impulso a nivel personal y del negocio. No malgaste.
5. Planifique a futuro
Ir día a día es una mala estrategia, porque no le permitirá ver lo que sucede a mediano o largo plazo en su empresa y en la industria.
Establezca un plan para el futuro. Aparte una parte de su tiempo para pensar sobre el futuro de su negocio, identificar nuevas oportunidades y revisar los procesos actuales.
Tenga una hoja de ruta con objetivos, estrategias y acciones claves para garantizar el crecimiento del negocio. Y revíselo para ajustarlo a los cambios del mercado y de la empresa.
6. Mantenga la disciplina
El plan será la guía para llevar el negocio y el presupuesto le dictará lo que puede ir realizando. Los ajustes a la realidad y a las tendencias son posibles. Cumplirlos es obligatorio.