La crisis del COVID-19 todavía genera incertidumbre y el camino para la reactivación no se ve fácil, lo que puede afectar la productividad y la salud mental de los colaboradores.
Según un reporte de la firma McKinsey, los empleados tendrán que enfrentarse a ciclos de interrupción y adaptación, impulsados tanto por razones de salud relacionadas con la pandemia como por nuevos imperativos comerciales.
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Reconocer y abordar las emociones humanas centrales (dolor, pérdida y ansiedad) en el lugar de trabajo es una oportunidad para reconstruir el ambiente en la empresa, la productividad y la retención del talento.
La pandemia deja tres tipos de empresas:
–Sobrevivientes: luchan por mantener el negocio.
–Adaptadores: cambian sus modelos de negocio radicalmente.
–Prosperadores: bien posicionados debido a la demanda adicional o porque ya estaban trabajando de forma remota.
No importa cuál es su situación, la comunicación debe ser clara e inspiradora para que la “próxima fase inestable” sea un éxito.
Sea sensible
Entienda dónde están las personas mentalmente. Algunos estarán entusiasmados por regresar; otros no querrán aventurarse aún; otros son más preocupados por los riesgos para su salud y la seguridad de sus seres queridos; y muchos por la estabilidad laboral.
–Pregunte a sus colaboradores para detectar sus emociones.
–Identifique las preocupaciones prácticas de cada persona.
–Muestre cómo regresar al trabajo aumentará las posibilidades de un retorno rápido a la normalidad, ayuda a la empresa y recompensa el esfuerzo colectivo.
–Planifique y haga que el retorno sea transparente.
–Ponga límites a la incertidumbre y ofrezca información sobre los aspectos prácticos.
–Solicite comentarios de todos los interesados de forma recurrente y aclare cómo las personas pueden responder sus preguntas.
Sea directo
Las empresas que se mueven de manera efectiva para abordar el trauma, el dolor, la pérdida, la incertidumbre y la ansiedad pueden recuperarse más rápidamente y experimentar un éxito más fuerte.
–Invierta tiempo en cultivar conversaciones abiertas y compasivas sobre lo que se perdió en la pandemia.
–Asegúrese de que sus esfuerzos sean auténticos: actúe con empatía.
–Mantenga conversaciones sobre las pérdidas reales y percibidas de la pandemia, cómo les ha afectado y reconozca las contribuciones que el equipo y todos los empleados han hecho.
–Asegúrese de que los coordinadores o jefes de equipos hagan lo mismo.
–Refuerce los valores de la empresa y cómo se demostraron en la respuesta a la pandemia de la compañía.
–Muestre gratitud.
–Estimule que los colaboradores se mantengan en contacto y activen iniciativas de ayuda para otros que perdieron sus trabajos, así como establezca medidas de ayuda a esas personas en su búsqueda de empleo.
–Establezca rituales: defina la fecha de comienzo de la "próxima normalidad", regreso a las instalaciones y reinicio de operaciones, así como actividades para recordar y celebrar esas fechas con sus colaboradores.
–Proporcione un kit de "bienvenida de regreso": normas de seguridad y orientación sobre protocolos dentro y fuera de las instalaciones, así como a quién acudir en busca de ayuda.
Mire al futuro
–Comparta los planes a futuro ampliamente con el personal para solicitar aportes y comprometerlos en los desafíos que enfrenta la empresa.
–Inicie o renueve debates sobre los objetivos y las metas del negocio, así como las acciones que se deben ejecutar.
–Hable con sus equipos sobre cómo el trabajo que están haciendo contribuye a la recuperación.
–Muestre historias sobre cómo enfocarse en los objetivos y metas ayudará al negocio.
–Verifique la efectividad de la comunicación.