En todas las empresas, grandes o pequeñas, lo usual es dejar que los encargados de tecnología se encarguen de la tecnología. Evidentemente, zapatero a tus zapatos.
Pero si algo se tiene claro es que la persona emprendedora hoy tiene que pensar en las aplicaciones que usará para promover su negocio, en los sistemas que incorporará para llevar las cuentas y en los equipos, máquinas y sistemas que tendrá para fabricar sus productos o brindar sus servicios.
“La revolución tecnológica está aquí. Las preferencias de los clientes han cambiado y la gente está más acostumbrada a la tecnología. No es solo una tecnología en particular la que impulsa el cambio, sino que muchas de ellas se unen”, dijo Krish Krishnakanthan, líder de desarrollo y mantenimiento de aplicaciones de McKinsey & Co. en América del Norte, en un conversatorio de esta firma.
Las empresas requieren más agilidad para enfrentar las diferentes situaciones que se enfrentan, como los cierres repentinos por las olas de contagios de Covid-19. Ya, antes de la pandemia, el comercio venía cambiando con más consumidores comprando vía Internet, lo que redujo las ventas de muchas empresas y tiendas.
Las empresas, sin embargo, están empezando a entender que los encargados de informática, ya sea personal propio o externo subcontratado, no son los oficiales que están vigilando para impedir que un virus invada los sistemas y que, de lo que ellos hagan, depende tener la agilidad para responder a situaciones imprevistas y a los cambios repentinos en los consumidores.
Tres claves
Hay tres claves para que la tecnología impulse el negocio.
La primera es definir una agenda tecnológica, que comprenda el desarrollo de canales de venta en línea, mercadeo digital y mejoramiento de procesos y operaciones, contabilidad y finanzas, recursos humanos, manejo de inventarios y logística.
La agenda debe enfocarse en reinventar el papel que juega la tecnología en el negocio: ¿es solo un tomador de pedidos o está allanando el camino hacia el crecimiento? La estrategia basada en tecnología tiene un papel más importante para lanzar y comercializar productos.
“Hoy se necesita una estrategia empresarial impulsada por la tecnología, no una estrategia empresarial respaldada por la tecnología”, dijo Krishnakanthan.
La segunda clave es reinventar la entrega de tecnología. Atrás quedaron los días en que las empresas hacían un listado de requisitos y los de tecnología desarrollaban sistemas que probablemente estarían desactualizados para el momento de su lanzamiento. Ahora se trata de trabajar en conjunto con el cliente.
La tercera clave es preparar la base tecnológica para el futuro. Nadie puede estar completamente preparado para el futuro, pero es esencial asegurarse de que las decisiones que tome hoy lo ayuden a avanzar en lugar de detenerlo.
Palancas críticas
1. Tenga esa estrategia comercial donde haga coincidir las prioridades del negocio con las de tecnología. “No funciona desarrollar la estrategia comercial y luego su estrategia tecnológica”, advierte Krishnakanthan.
2. Enfóquese en la experiencia del usuario, en brindar agilidad a su cliente.
3. Cumpla con el cometido de la excelencia con los mejores talentos.
4. Tenga sistemas y aplicaciones que le brinden flexibilidad.
5. Reinvente todo: pregúntese cómo reinventar la entrega de sus productos y servicios, cómo se mueve a un ritmo más rápido y cómo crea la base para ser más ágil y mejorar la credibilidad.
6. Integre equipos: sus colaboradores y sus equipos pueden sugerir los cambios para ser más ágiles, para simplificar procesos eliminando pasos innecesarios y las tecnologías que podrían usarse, por lo que debe integrarlos en el proceso de mejora.
7. Analice las opciones tecnológicas: antes las aplicaciones y las plataformas eran más caras, más complejas y más lentas de implementar, pero en la actualidad la computación en la nube pone a disposición de las empresas las nuevas tecnologías a menor costo y con mayor facilidad.
8. Fortalezca el área de tecnología, dándole la palabra sobre cómo digitalizar cada cambio, operación y servicio interno y externo, con proveedores, personal y clientes, al tiempo que incorpore talento con competencias en tecnologías digitales o impulse al personal actual (y si es necesario, Usted también apúntese) a desarrollar esas habilidades y destrezas.
9. Escuche al cliente y vea junto con él cuáles son los puntos de dolor en la relación que mantiene con la empresa, en qué debería mejorarse y qué es urgente corregir. Transforme su mentalidad enfocándose en lo que realmente requiere y piensa el cliente.
10. Prepare el negocio para el crecimiento futuro. No es posible adivinar cómo será, pero sí cuáles tendencias se visualizan. Recuerde que una situación como la actual tiende a precipitar los cambios que se venían dando poco a poco. Debe estar preparado como el surfista que se desliza en la ola conforme ésta crece y se acelera.