En una microempresa o en una pequeña empresa el mando está unificado y claro, pero muchas veces sobre lo que se genera mucha confusión es la forma cómo trabaja y se comporta con sus colaboradores, proveedores, clientes y comunidad.
Muchas pequeñas empresas, especialmente familiares, ni siquiera consideran la necesidad de reglas internas ni de evaluaciones de desempeño o de una junta directiva, pero luego enfrentan múltiples problemas con el entorno, internos y de sucesión que las llevan al fracaso o a sobrevivir cubriendo los gastos con los pocos ingresos.
“El gobierno corporativo define cómo se trabaja de manera responsable”, explicó Camila Rodríguez, abogada de Sfera Legal. “En las pymes la estructura no es complicada, pero la gobernanza sí es importante. Siempre es recomendable establecerlo con asesoría”.
Hay muchas definiciones, múltiples enfoques y diversidad de énfasis de lo que es y se hace en el terreno de la gobernanza de una empresa.
El acento podría otorgarse a la forma cómo es controlada, a la relación con sus socios o accionistas, con las personas colaboradoras, con los clientes o con su entorno. En realidad, se debe definir cómo operar en todos esos niveles.
A nivel de grandes empresas se acostumbra establecer este tipo de normas e incluso a someterse a evaluaciones de responsabilidad corporativa.
En el país se cuenta con el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (Merco) desde 1999 que evalúa a las grandes empresas, mediante una metodología específica de reconocimiento internacional, con apoyo de alguna firma de consultoría.
La evaluación del 2020 fue realizada por un instituto español de investigación de mercados denominado Análisis e Investigación, que realizó casi 1.200 encuestas, cuatro evaluaciones y ocho fuentes de información e involucrando principalmente a consumidores (800) y a directivos, analistas financieros, representantes de organización no gubernamentales, sindicatos y asociaciones de consumidores.
Los resultados permiten establecer un ranking general (que fue encabezado por Florida Ice and Farm, Auto Mercado y Cooperativa de Productores de Leche Dos Pinos) y en 33 sectores (alimentos, banca, construcción e inmobiliario, cuidado personal, farmacéutico e informático, entre otros).
Coopeservidores, por ejemplo, implementa un programa de desarrollo de proveedores, en el cual se les brinda capacitación en gobierno corporativo.
Claridad para todos
Buena parte del comportamiento de la empresa debe regirse por códigos como el de comercio y el de trabajo, entre otros. No tiene que ser un código de muchas páginas.
Pueden ser una pocas reglas e ir ajustándolas y actualizándolas conforme la empresa crece. Es más fácil hacerlo así que esperarse a que la empresa tenga determinado tamaño y tenga que adaptar su comportamiento y su cultura a una cantidad de reglas.
Una práctica conveniente que implementan las empresas es activar sus asambleas y juntas directivas, que permiten establecer cuáles decisiones deberían tomarse con el concurso de más puntos de vista.
“A pesar que una pyme sea propiedad de una persona, hay que tener apoyo de terceras personas que les den una perspectiva diferente del negocio”, recalcó Rodríguez.
Por ejemplo, cuando el valor de un activo supera el 10% del capital otras perspectivas ayudarían a determinar riesgos y alternativas o podrían confirmar su conveniencia.
No hay un sistema igual para todas las empresas ni un machote o esquema general que se pueda aplicar en cualquier negocio, aparte de las normas legales que rigen a los negocios y al mercado.
Al establecer un gobierno corporativo se proponen objetivos y medios para alcanzarlos, la estructura (junta directiva, gerencia y otros), sus funciones, modo y reglas de operación, tipo de decisiones que se adoptan en cada nivel, políticas y regulaciones, manejo de conflicto de intereses, procedimientos, rendición de cuentas y códigos de comportamiento internos y externos.
En el caso de contar con una junta directiva, las dietas por sesión deben verse como una inversión que debe retribuir a la empresa en mejores decisiones y resultados, algunos de los cuales son inmediatos y otros son a mediano y a largo plazo.
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Contar con este apoyo podría ser muy útil en negocios donde el propietario es experto en lo que se produce, pero su fuerte no es el mundo de los negocios.
En un restaurante, donde el dueño es chef, al incorporar personas con competencias en empresas y en ese mercado brinda conocimientos y experiencias para la gestión del establecimiento.
Rodríguez indica que el gobierno corporativo genera una cultura de evaluación de desempeño, códigos de conducta y transparencia.
El principal resultado es que la empresa sea atractiva tanto para inversionistas como para proveedores y clientes, ya que estos saben que pueden vender insumos o comprar productos y servicios con seguridad y sin riesgos de cambios unilaterales de contratos o precios, entre otros.
Da seguridad a los colaboradores también en materia de comportamiento laboral y al mercado (proveedores y clientes) le permite tener claro que la empresa no se verá en peligro por algún problema ambiental, laboral o de otro tipo.
Cuando las empresas son familiares, al establecer códigos de relación, se definen reglas para decisiones como la contratación de hijos, por ejemplo.
En ese código se determina cómo, cuándo y porqué un familiar entra, trabaja, será evaluado de la misma forma que los demás colaboradores y puede ser despedido.
“Todo debe establecerse. Hay familiares e hijos que ayudan a crecer el negocio”, dijo Rodríguez.
Para efectos de sucesión también se requiere un protocolo que establece un mecanismo de sucesión de puestos, la incorporación en la empresa, los requisitos (conocimiento, experiencia y capacidades) y dónde se esperaría que empiece (ojalá desde abajo para que aprenda el negocio, pero no necesariamente).
Todo depende de la afinidad y de las competencias de la persona que se quiere incorporar.