Los sistemas informáticos y los servicios de compra en línea, ya sea servicios de entrega (delivery) o tiendas web, dejaron de ser un lujo para las micro y pequeñas empresas, se convirtieron en una necesidad para agilizar sus operaciones y ventas, y son las herramientas para la gestión del negocio.
Evidentemente las cuentas de la empresa ya no se pueden llevar en un cuaderno informal ni en los libros contables usuales para registrar las operaciones y realizar los asientos contables. Pero instalar un sistema informático bajo la modalidad de compra de licencias se demostró que no era una opción práctica.
Durante este 2020 las empresas que utilizaban sistemas instalados (on premise) tuvieron dificultades para seguir operando. Las que tenían sistemas o servicios informáticos bajo la modalidad de computación en la nube pasaron al confinamiento y continuaron sin trastornos con sus contabilidades y la gestión del negocio.
Miguel Jiménez, arquitecto de soluciones de Nube 4.0 de CMA, la Nube permite compartir las capacidades de comunicaciones con las de procesamiento y almacenamiento, todo operando desde una ambiente diseñado, construido y operado bajo estándares del mercado.
Las mipymes que analizan la adopción de sistemas en la nube deberán evaluar la conectividad a Internet con que cuentan y los costos: los servicios en la nube se pagan por el uso de los recursos computacionales (procesamiento, memoria, almacenamiento, comunicaciones, licencias y servicios).
Las principales razones para que las mipymes migren a la Nube son:
Pago por uso: las compañías se evitan el tener que buscar grandes montos de dinero para la compra de equipos y contratos o bien no tienen que comprometer el nivel crediticio con financiamientos. Solo se paga por lo que se usa, y la facturación puede crecer o decrecer de acuerdo a las necesidades.
Se evitan las inversiones de instalación de equipos y sistemas, así como gastos periódicos en capacitación y manejo de infraestructura; los encargados de tecnología de información se pueden especializar en la gestión y no tienen que dedicar tiempo y recursos en gestionar tecnologías que no son el foco productivo de las organizaciones.
Reducción de costos ocultos: existen varios costos que están asociados con tener los equipos en sitio, tales como consumos eléctricos, contratos de mantenimientos de aires acondicionados, licencias perpetuas, costo de espacio, equipos especializados de comunicaciones, contratos de mantenimiento del hardware y obsolescencia.
Agilidad: se puede disponer de la plataforma requerida en horas o minutos. No es necesario efectuar los desgastantes procesos de compras de equipos que por lo general demoran al menos 30 días, sin tomar en cuenta si es necesario efectuar adecuaciones en el centro de datos. En resumen, la empresa tiene lo que requiere en el momento preciso.
Escalabilidad: Se crece bajo la demanda. Si el negocio crece, la infraestructura crece para suplir las nuevas necesidades. Si el negocio decrece, la infraestructura puede reducirse al mismo ritmo y bajan los costos. Esto no es factible teniendo equipos en sitio.
Adaptabilidad: la Nube permite adaptarse a las nuevas necesidades del negocio en una forma oportuna y rápida. Evita el proceso desgastante de adquirir nueva tecnología de hardware y software.
Alta disponibilidad: los sistemas pueden disponerse tanto en las oficinas o plantas de la empresas o de forma remota desde la casa de la persona emprendedora o de sus colaboradores autorizados.
Economía a escala: los servicios son brindados por proveedores que atienden a diferentes empresas a un precio equitativo y que al compartir recursos permite generar economías de escala y reducir costos, incluyendo de soporte, monitoreo y vigilancia. Además, utilizan centros de datos que cumplen con estándares y regulaciones de calidad para la continuidad de los negocios y la seguridad de los datos.