Dos programas para emprendimientos de alta tecnología en agricultura y bioeconomía, en especial en materia de residuos orgánicos, fueron anunciados al inicio de esta semana.
El primero es la Iniciativa de Agricultura Tropical y Bioeconomía (TABI, con sus siglas en inglés), impulsada por la Fundación CRUSA y la empresa inglesa Deep Science Ventures (DSV). El segundo es el Programa BioInnova-Training anunciado por el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt).
Emprendimientos agrícolas
En el caso de TABI, en línea con la Estrategia Nacional de Bioeconomía de Costa Rica, se trata de un programa cuyo objetivo es crear empresas emergentes de alta tecnología que tengan alto potencial de crecimiento o escalabilidad.
Se impulsarán proyectos con soluciones que aceleren las economías agrícolas latinoamericanas y tropicales hacia sistemas de producción resilientes, descarbonizados, regenerativos, de valor añadido y de “bioeconomía” circular.
“Costa Rica ya ha inspirado a muchos con su enfoque de la agroindustria sostenible y la gestión medioambiental”, dijo Edward Perello, director asociado de agricultura de DSV.
TABI lanzará empresas con un enfoque inicial en cuatro áreas:
1. Tecnologías de adaptación térmica: desarrollar y desplegar intervenciones directas e indirectas contra el estrés térmico que causará la migración de cultivos fronterizos (y la deforestación) hacia nuevas áreas, con un enfoque inicial en el café.
2. Fitomejoramiento de plantas del siglo XXI para características circulares: desarrollo de nuevas herramientas de mejora de cultivos o biotecnología para acelerar la adaptación de cultivos a climas futuros, idealmente produciendo “cultivos y variedades de economía circular” que pueden acelerar las transiciones a la bioeconomía.
3. Conversión de biomasa para la bioeconomía: convertir la biomasa en sustratos que puedan procesarse en productos valiosos generalmente obtenidos de fracciones de hidrocarburos, plásticos y fertilizantes, y aumentar el autoabastecimiento doméstico.
4. Materiales compuestos de madera: satisfacer la demanda de materiales de madera para su uso en múltiples sectores, en particular paletas de madera, muebles y materiales de construcción, sin necesidad de talar árboles (en lugar de utilizar otras plantas y enfoques de agricultura celular).
Según CRUSA y DSV estas áreas permitirán a los emprendimientos aprovechar un importante potencial de crecimiento en los mercados globales establecidos.
“A través de esta alianza por la bioeconomía destacamos y evidenciamos el potencial y las capacidades que tenemos en Costa Rica”, dijo Flora Montealegre, directora ejecutiva de Fundación CRUSA.
CRUSA y DSV indicaron que, como socios implementadores, el programa incluye a la Universidad EARTH y al Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), así como al clúster de biotecnología, dispositivos médicos y ciencias de la vida CR BioMed y a Cinde, que está desarrollando un hub de biomateriales. Las personas interesadas pueden participar aplicando en línea.
Economía circular
El Micitt indicó que el objetivo del Programa BioInnova-Training es contribuir al fortalecimiento de pequeñas empresas y organizaciones de la economía social solidaria mediante el entrenamiento para el aprovechamiento y valorización de los residuos orgánicos.
La iniciativa cuenta con el apoyo del programa de becas del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), a través del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), y se enfoca en ayudar a transformar a 25 empresas con modelo de negocios actual sea lineal a uno de economía circular.
En el proceso los emprendimientos identificarán oportunidades de reconversión e innovación hacia la bioeconomía, mejorando sus modelos de negocios actuales, y determinando nuevas formas rentables de aprovechamiento de la biomasa, congruentes con un abordaje de biorrefinería o economía circular.
“Otorgar recursos no reembolsables a iniciativas costarricenses es una apuesta por esa economía social solidaria en el aprovechamiento y valorización de los residuos orgánicos en línea con la Estrategia Nacional de Bioeconomía”, dijo Jannixia Villalobos, viceministra de Ciencia, Tecnología e Innovación, y presidenta interina de la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación.
El programa fortalecerá el desarrollo de las capacidades empresariales en modelos productivos sostenibles, brindará asistencia técnica para la identificación de oportunidades de reconversión de su proceso productivo hacia la bioeconomía y concientizará a cada empresa participante en el aprovechamiento de las oportunidades de mercado que contribuyen a un concepto regenerativo a través de la bioeconomía.
Para lograr estos cometidos se brindará capacitación y entrenamiento a los representantes de las empresas que generen residuos orgánicos (biomasa) y que cuenten con al menos dos años de actividad económica en el mercado local.
Micitt indicó que la recepción de solicitudes se cerrará si se superan las 100 aplicaciones. Además, se brindará puntaje adicional para iniciativas lideradas por mujeres y jóvenes, así como para las que están ubicadas en zonas rurales, costeras y territorios indígenas.
El programa BioInnova-Training tiene una duración de 10 semanas y empleará una metodología mixta (20% presencial para la realización de dos giras de campo y 80% virtual) con lecciones magistrales interactivas, contenido asincrónico, reuniones virtuales de mentoría y un mínimo de dos eventos presenciales para visitas de campo a proyectos costarricenses en el ámbito de la bioeconomía.
Cada una de las becas asciende a un total de ¢759.696, pero el participante seleccionado deberá aportar un 5% correspondiente a ¢39.984 colones. La recepción de las solicitudes de financiamiento permanecerá abierta en línea hasta el próximo 19 de agosto del 2022 a las 12:00 horas.