A medida que crecía, Fabián Corrales Gutiérrez enfrentó muchos argumentos contra su potencial desarrollo debido a su condición de discapacidad, pues él es sordo, y únicamente recibió apoyo y empuje de su madre Gladys Gutiérrez.
Cuando Fabián cumplió 11 años, doña Gladys decidió emigrar hacia Virginia, Estados Unidos, con él y su otro hijo, Fabricio, en busca de mejores oportunidades.
“Mi mamá se dio cuenta que el país tenía ciertas reglas de cómo se debe ser con una persona sorda y a ella no le parecieron. Ella era muy visionaria y descubrió que yo tenía mucho potencial”.
Aunque tampoco fue fácil adaptarse a una nueva cultura como la estadounidense, en la que Fabián ya no sería solamente el niño “sordo”, sino también el niño “latino”, él y su familia lo vieron como un "bonito reto".
En ese país, Fabián aprendió inglés y estudió enfermería.
En el 2008 regresó a Costa Rica, estudió educación especial en la Universidad Católica y obtuvo un posgrado en la Universidad de Costa Rica en Estudios Interdisciplinarios sobre Discapacidad.
Además, trabajó como profesor de inglés de jóvenes y adultos que cursaban bachillerato por madurez.
“Llegaban los estudiantes y no podían creer que el teacher era sordo. Esto los inspiró, motivó. Decían: 'si mi profesor es sordo y me está demostrando que él pudo, yo con más razón puedo'”, recordó Fabián, quien también sabe italiano.
Un emprendimiento que beneficia a otros
Cuando Fabián regresó a Costa Rica se interesó por la situación de la población sorda en el país. Él creyó que ya no existían tantas barreras para que estos se desarrollaran, pero se dio cuenta que aún había mucho por mejorar.
Por ese motivo, quería crear un impacto social y que se entendiera que la discapacidad “no es la condición de la persona, sino el conformismo, el miedo, la falta de actitud”.
Se preocupó por darle un enfoque positivo a la discapacidad y fundó el emprendimiento Oi2, que es un programa dentro del centro audiológico Cualitek, el cual apoya a personas con problemas auditivos y de comunicación a potenciar sus habilidades y a trabajar su autoestima en los casos que se requiere. También dan clases de inglés.
Oi2 se define como un emprendimiento social para ayudar a las personas con dificultades auditivas y de lenguaje a que se empoderen.
El emprendimiento trabaja varios ejes:
-Empresarial: brindan capacitación a las empresas en temas de inclusión laboral y también le otorgan herramientas a la persona con limitaciones auditivas para que pueda enfrentar el mundo laboral. “Representamos a la persona y le hacemos ver a la empresa el potencial, el valor de esta persona más allá de su condición de sordera”, explicó.
-Académica: trabajan con el estudiante con dificultades auditivas y le enseñan procesos de lenguaje y académicos. Además, lo representan ante su escuela, colegio o universidad para que los maestros, profesores o directores visualicen las capacidades del estudiante y que no lo limiten. La idea es que los padres o encargados de los estudiantes no tengan que recurrir necesariamente a escuelas de educación especial para que el niño o joven pueda ser educado.
-Social: en ocasiones, una persona con problemas auditivos tiene conflictos con otros por las barreras de comunicación que se forman, por discriminación o porque la persona se rechaza a sí misma. En esta área se trabaja con el estudiante para que mejore su autoestima, se empodere y empiece a visualizar su condición como algo positivo, ya que en algunos casos la persona sufre depresión. También trabajan con los familiares y colaboradores de la persona con discapacidad, para mejorar sus relaciones y comunicación con esta.
-Lenguaje y comunicación: brindan herramientas a niños, jóvenes y adultos mayores cuando tienen un trastorno del lenguaje (ya sea sordera u otra condición) que les impide o dificulta comunicarse con otros. En esta área también se dan clases de inglés.
Corrales indicó que el programa está abierto a cualquier persona interesada en mejorar alguno de estos ámbitos, inclusive si no tiene una discapacidad.
Además, el programa es personalizado: se valora al individuo y se definen las prioridades y la forma en que se le apoyará. Actualmente, trabajan con más de 70 personas.
¿Qué sigue para Fabián? Él espera seguir ayudando a más personas sordas que quizás no tuvieron las mismas oportunidades que él y se apropia de una frase que le repite su madre Gladys: “usted aún no ha llegado a su tope”.