Muchas veces las personas tienen ideas que les parecen buenas, que pueden comercializarse, que podrían con esa idea hasta tener un negocio. ¿Cuándo es que realmente puede sentirse que se tiene madera de emprendedor?
Cuando una persona es visionaria, innovadora, creativa, dinámica y asume el riesgo de iniciar un negocio, tal como una empresa o un proyecto personal, es un emprendedor.
Francisco Ortiz Mora, director de la escuela de contaduría de la Universidad Americana (UAM), comentó que para emprender hay que tener vocación de empresario, buscar el recurso financiero apropiado y no escuchar a las personas negativas que seguramente mencionarán que les fue mal en su proyecto.
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De acuerdo con Ortiz, el emprendedor tiene que visionar el faltante, crearlo, pulirlo y enfocarlo creando la necesidad de su producto, para lo cual necesita rodearse de colaboradores que se identifiquen con la idea.
"Crear cultura, ser constante en el trabajo y buscar las soluciones que mejor se adapten en su operación son tres aspectos importantes", afirmó.
Agregó que no hace falta entrar al mercado invirtiendo grandes cantidades.
"Con un poquito es suficiente. Así podrá medir el futuro sin el riesgo de emplear recurso financiero abundante. Hoy en día existen medios de comunicación que rodean a empresarios pequeños, hacen ruido por éste y eso es bueno para el desarrollo de la idea", dijo.
Algo importante por destacar, es fijarse siempre en los temas de la economía a nivel país, estar atento y observar si el tipo de cambio se afectó y en cuanto, así como la relación del producto que está lanzando al mercado con ese cambio.
Convenientemente, el emprendedor no debe realizar negocio de su producto de una manera tradicional: es decir, dando crédito a sus clientes.
Es mejor apuntar una venta de producto al contado, ya que el crecimiento lo tendrá cada vez que invierte el dinero cobrado por la venta de un producto.
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"En poco tiempo se observará una condición diferente, hay dinero, hay clientes, hay mercado; pero también hay obligaciones, las cuales se tiene que atender, tales como los aspectos sociales de los colaboradores, renta al final del periodo, entre otros que poco a poco se crearán y los conocerá", advirtió Ortíz.
A esto hay que sumar que el emprendedor, además de ser creativo y tolerante al riesgo, también debe lograr superar dificultades, resolver problemas y trazar objetivos ambiciosos.
Estas habilidades gerenciales, necesarias en todo emprendimiento, comprenden entre otras la orientación al logro, la capacidad multitareas y la autoeficacia, que es la habilidad para alcanzar ciertos objetivos o resultados propuestos.