Quizás ha escuchado el término startup. A veces la palabra se utiliza para referirse meramente a una empresa que está empezando.
Pero, ¿tiene alguna particularidad o diferencia de las pymes tradicionales?
No existe una definición absoluta, esta puede variar según quien se refiera al tema, pero existen algunos elementos en común que identifican quienes se dedican a trabajar con estas, relacionados con su crecimiento, con su enfoque, filosofía y el mercado al cual se dirigen.
Un rápido crecimiento
Paul Graham, programador inglés y ensayista, menciona en su escrito “Startup=Growth” que una startup es una empresa diseñada para crecer rápido y que el hecho de que se haya creado recientemente no la convierte esencialmente en una startup.
Tampoco se trata de empresas necesariamente tecnológicas (aunque sí existe cierta conexión entre varias startups y la tecnología), ni que utilizan capital de riesgo.
Para él, una startup ciertamente tiene un ADN diferente de otros negocios y para crecer rápido hay que hacer algo que se pueda vender en un amplio mercado.
Él hace una comparación entre Google y una barbería.
¿Por qué Google creció a gran escala y una barbería no va a tener el mismo crecimiento?
Para que una empresa crezca exponencialmente tiene que efectuar dos cosas muy bien:
1-Hacer algo que mucha gente quiere.
2-Alcanzar y servir a esa gente (generalmente a un mercado muy grande).
Cambiar al mundo
Para Marcelo Lebendiker, presidente de la incubadora de empresas Parque Tec, la diferencia entre una startup y una pyme radica en esa visión de la startup de querer “cambiar el mundo”.
“Cuando el fundador de la empresa dice: ‘quiero transformar vidas, necesito que mi producto sea el referente a nivel mundial y ojalá encuentre un inversionista de riesgo que compre la empresa’, estaremos en presencia de una startup. Cuando el fundador dice: ‘voy a abrir una cafetería porque es un buen negocio y ojalá pueda vender bien para vivir dignamente’, estamos en presencia de una microempresa”, considera Lebendiker, .
Se trata de la actitud que tiene el emprendedor: su capacidad para escalar a nivel mundial, de 'pivotear' rápidamente, la flexibilidad que posee de ingresar en un proceso de prueba y error, su perspectiva de sonar en grande es lo que hace de esa empresa una startup.
Lebendiker coincide en que estas iniciativas no necesariamente están ligadas al campo de la tecnología y pone el ejemplo de Starbucks, que logró innovar y escalar en un sector tradicional de la economía.
Mercado, empleo, innovación e incertidumbre
Para Vivian Arias, cofundadora de The Founder Institute Costa Rica, cuatro aspectos diferencian a una pyme de una startup: el mercado al que se dirigen, la generación de empleo, la innovación y la incertidumbre.
Una startup no se enfoca necesariamente en mercados locales y de pequeña escala, sino en amplios y globales, sumado a que generan empleo a una mayor escala.
Según Arias, generalmente las pymes tradicionales cuentan con productos, servicios o modelos de negocio que ya han sido validados.
“Por el contrario, y debido a su nivel de innovación, las startups se caracterizan por contar con productos, servicios o modelos de negocios nuevos”, señala Arias.
Otra variable es el nivel de incertidumbre: en el caso de las pymes es más bajo por tener una validación previa, mientras que en las startups es mucho mayor por su nivel de innovación.
“Hace algunos meses, escuchando a un amigo dar una conferencia, hubo algo que me llamó la atención y fue que antes de iniciar describió qué es una startup y lo hizo de una manera muy sencilla, traduciendo la palabra startup del inglés al español como: ‘ comienzo hacia arriba ’. Y es que considero que, efectivamente, es lo que buscan las startups: aumentar considerablemente desde sus inicios, sean clientes, mercados, innovación o empleados”, concluye Arias.