En 1990, Elvia Iris González y su esposo Javier Blanco buscaban un negocio y ya llevan 27 años al frente de Helados Sensación, tiempo en el cual lo transformaron y lo llevaron a todo el país.
Ella es maestra de preescolar. En ese entonces no había tantas oportunidades laborales en Naranjo de Alajuela, sitio donde vivían. Por ello, quería tener otra alternativa que le generara ingresos.
Javier, quien es ingeniero industrial, trabajaba en una firma de consultoría.
A sus oídos llegó la noticia de que un señor de Grecia de Alajuela estaba vendiendo una heladería llamada Helados Sensación.
Ambos pensaron que esta era la oportunidad perfecta para tener su propia empresa.
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El ahora emprendedor intentó pedir un préstamo para hacer la compra, ya que el costo de la heladería ascendía a ¢3 millones, en esa época una suma elevada.
Sin embargo, el mismo funcionario del banco le sugirió que le pidiera al propietario cancelarle en varios pagos, pues la entidad no tenía suficientes recursos para prestarle.
Así lo hizo y el dueño aceptó.
Cuando Javier y Elvia asumieron el negocio en setiembre de 1990, era bastante artesanal y los helados principales eran de ‘palito’.
Paso a paso lo fueron cambiando para ofrecer una mayor variedad de productos. Hoy tienen más de 13 líneas de helados.
Al poco tiempo de la adquisición, Elvia se enteró que estaba embarazada.
Decidió apartarse del negocio. Posteriormente no se involucró más en él para dedicarse a cuidar a sus hijos y a otras actividades.
Javier sí se sumergió totalmente en él y hasta tomó la determinación de renunciar a su trabajo de siete años.
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Transformaciones
Como el negocio adquirido tenía poco tiempo de existencia, Javier decidió transformarlo para hacerlo crecer.
Adquirió nueva maquinaria y cuatro años después se trasladaron a otro sitio más amplioen el que construyeron su propia planta de producción.
Allí pudieron desarrollar una mayor cantidad de productos que abarcaran tanto helados en agua como en leche de variedad de sabores.
Sus principales clientes eran pulperías y supermercados pequeños de Grecia, Sarchí, Naranjo y San Carlos.
Incluso cuando ya tenían varios años en el mercado, Javier sentía que debían conocer más sobre su actividad. Pensaba que aún les faltaba empaparse más sobre las nuevas tecnologías.
Esto lo llevó en 1998 a participar en ferias internacionales de helados.
Ahí conoció maquinaria moderna que le permitiría producir más y con una mejor calidad.
En 1999 crearon helados envasados y especialidades como helados tipo sundae, helados cubiertos de chocolate y sándwiches de helado.
Así el negocio luego se extendió a Guanacaste, Guápiles, Heredia, Cartago y al resto del país.
Hoy cuentan con 32 rutas de distribución propia en todo el territorio nacional.
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Uno de sus clientes clave son los supermercados encabezados por personas de nacionalidad china, en los que han encontrado una buena oportunidad.
Su estrategia de crecimiento para el próximo año es ingresar a cadenas de supermercados más grandes y a otros independientes.
Javier aconseja a los emprendedores ser constantes y planificar a largo plazo, no esperar siempre resultados inmediatos, sino ser pacientes.
Además, recomienda crear equipos de trabajo idóneos, que para él es más relevante que obtener capital económico o financiamiento.