No siempre es posible obtener un préstamo de un banco o el apoyo de un inversionista cuando se inicia una startup, pero existen diferentes mecanismos de recaudación de fondos (fundraising) que pueden utilizarse, ya sea para un proyecto sin fines monetarios o con propósitos lucrativos.
Uno de esos mecanismos es el crowdfunding, en el que se busca la cooperación de grupos de personas para conseguir el dinero que se necesita en una iniciativa y en la que generalmente se recurre al uso de Internet y la tecnología.
“Están teniendo mucho éxito a nivel global en poder financiar (a startups), con pequeños apoyos de los usuarios y que los usuarios logren recompensas de estos microemprendimientos”, manifestó el consultor internacional Marcelo Iñarra Iraegui, quien participó este miércoles 29 de julio en el Seminario El Poder de Innovación, la Comunicación y el Fundraising en Parque La Libertad.
El crowdfunding es una de las estrategias que se han usado por años en las organizaciones no gubernamentales o sin fines de lucro y que ahora se están trasladando a los emprendimientos para obtener apoyo financiero que ponga en marcha planes específicos.
Atraer a una comunidad interesada
La mejor forma de obtener el éxito en este tipo de recaudaciones es saber alcanzar a las comunidades que podrían identificarse con la iniciativa en la que se está trabajando o que, eventualmente, se verían beneficiadas.
Por ejemplo, si se trata de la creación de un juego que contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad que está diseñando una startup, se podría contactar a los padres o familares de las personas con discapacidad, así como a organizaciones e instituciones que defienden los derechos de esta población.
La recompensa que obtendrían por aportar al proyecto es que sus hijos serían los primeros usuarios del juego creado, por ejemplo.
El público al que se deba alcanzar variará según el tipo de proyecto que se tenga. Por ello, es importante identificarlo y generar estrategias de comunicación para transmitirles el mensaje sobre por qué su aporte es necesario.
Pero en el momento de desarrollar este tipo de campañas se debe analizar de previo si a través de la idea que se quiere financiar se va a satisfacer una verdadera necesidad y si el público al que se quiere llegar realmente está preparado para lo que se desea desarrollar.
Normalmente, se busca usar el crowdfunding para proyectos que tengan un norte definido, no para ocurrencias o ideas sin ningún tipo de planificación.
Apóyese en la tecnología
El mundo digital brinda un abanico de posibilidades, de manera que los recursos económicos no solo pueden obtenerse a nivel local o regional, sino internacionalmente. Por ello, la presencia digital se vuelve casi que una obligación.
Iñarra menciona que debido a que hoy existe un concepto de solidaridad global hay mayores posibilidades de efectividad al recaudar fondos.
Por otra parte, la tecnología permite vivir la experiencia del producto, servicio u organización social a través de la imagen, del sonido, de las cámaras web para transmitir video conferencias, incluso en tiempo real.
Igualmente, cada vez más se emplean diferentes medios de pago electrónico, que pueden realizarse desde el celular: tarjeta de crédito, de débito, uso de PayPal, y monedas encriptadas como bitcoin, entre otros.
Recurra al uso de todos estos instrumentos cuando decida recaudar dinero para su negocio.
Ejemplo en Latinoamérica
Un ejemplo de una startup que está aprovechando la tecnología con el fin de recaudar dinero para causas sociales es Chaxcha.com, una agencia de mercadeo digital especializada en organizaciones sociales y en la que Iñarra es cofundador.
El modelo de financiamiento que utilizan es click- to -call, en el que el interesado se registra para apoyar alguna causa social, la información va a un CRM (sistema que administra la relación con los clientes) en un call center y a la persona se le llama para realizar una donación.
A través de este mecanismo, más de 50.000 donantes en América Latina han aportado dinero a diferentes organizaciones como Médicos Sin Fronteras y Amnistía Internacional, entre otras.