Asumir un préstamo para poner a prueba una idea poniendo en riesgo quizás el patrimonio familiar, fue lo que hizo el ingeniero eléctrico Juan Carlos Hidalgo años atrás cuando una casualidad lo puso al frente de una oportunidad de negocios que no podía dejar pasar.
"Trabajaba en el ICE y ante una emergencia que tuvimos en la planta del Arenal, conocí lo que era la tecnología de cámaras infrarrojas, que sirven para prevenir fallas en equipos y que en ese momento no era conocida en el país. Me nació la idea de comprar una de esas cámaras para dar el servicio. Lo hicimos en un esfuerzo familiar, porque en ese entonces costaba 70.000 dólares", recuerda Hidalgo.
Al inicio se trataba casi de un experimento. Por ser la termografía una tecnología que no había entrado al país, Hidalgo usaba su tiempo libre para dar asesorías gratis y demostraciones a las empresas. A los seis meses su esposa y socia Triana Morales le manifestó su temor porque ya habían empezado a consumir ahorros y le pidió cerrar. El pidió más tiempo.
“A los nueves meses algunas empresas nos empezaron a contratar, entre esas la multinacional Intel. Luego el ICE sacó una licitación para comprar equipos”, cuenta Hidalgo, para explicar que, desde entonces, no solo dejó de ser asalariado para convertirse en empresario, sino que Termogram nació con esas dos líneas que mantiene hasta hoy: servicios y la venta de equipos.
Los equipos son muy especializados; los precios de las cámaras oscilan entre los 2.000 dólares las más básicas, hasta los 200.000 dólares. "Ellas nos permiten ver lo que no podemos ver, se trata de análisis preventivos porque detectan fallas, al punto que en varios casos encontramos problemas que estuvieron cerca de provocar la paralización de producción o incluso un incendio", resaltó.
Termogram además vende equipos especiales para industria, por ejemplo una cámara adquirida por Recope que detecta gases de hidrocarburos, así como algunos con usos más científicos, como otra que tiene el Ovsicori para sus estudios volcánicos.
La empresa se ha expandido al resto de Centroamérica,donde han colocado más de 100 cámaras y pasó de solo una persona, a 14 en la actualidad. Para sus productos, cuentan con proveedores en Estados Unidos, Brasil, Suecia, Alemania y Suiza.
Su trayectoria la hizo merecedora del primer lugar en el sector Servicios de los Galardones Pyme 2013, entregados a fines de abril y que consistió en una estatuilla de vidrio y 3.000 dólares en efectivo. Clotilde Fonseca, uno de los cinco miembros del jurado, explicó que valoraron la materialización de una idea y el impacto positivo de la empresa, así como la visión a mediano y largo plazo que mantienen.
"Buscamos que tengan instrumentos para valorar su avance y éxito y tengan claro el servicio y la necesidad del cliente", agregó Fonseca el día de la entrega del premio, al que Hidalgo no pudo asistir pues estaba de gira en Panamá cerrando un contrato. "Me perdí de algo muy importante pero ahí estuvo mi padre, mi esposa y mis hijos y la seguí vía Facetime en vivo".
A pesar de su crecimiento, Termogram se mantiene como una empresa familiar en la que participan como socios Hidalgo y su esposa, así como sus padres e incluso ya se han involucrado sus hijos y algunos sobrinos. "Ellos participan en reuniones de junta directiva y vienen a trabajar en periodo de vacaciones, pero parte de nuestra política, de nuestro protocolo familiar, es que no podrán entrar a la empresa hasta después que tengan dos años en otra firma", comentó.
El reto de actuar en nuevos escenarios
Para este año la empresa enfrenta varios retos, uno de ellos es el inicio del proceso para lograr la certificación ISO 17025, están próximos a inaugurar el primer laboratorio de calibración y reparación de cámaras infrarrojas para Centroamérica y, incursionarán de lleno en el campo de sistemas de protección en hidroeléctricas con un proyecto que ganaron en El Salvador con la empresa estatal de energía CEL, aunque Hidalgo reconoce que el tema del financiamiento “fue un calvario, al punto que el proyecto estuvo en riesgo pero por suerte el cliente nos dio más tiempo”.
Para ese plan, Termogram optó por accesar a recursos del Fodemipyme, que administra el Banco Popular, por 400.000 dólares, pero el trámite empezó a complicarse a pesar que la empresa factura más de un millón de dólares y tiene garantías hipotecarias. “Hubo muchas sesiones de crédito y los analistas no entendían nuestro flujo de efectivo, porque a veces tenemos picos pero por lo general no porque son equipos muy caros y eso no lo entendían”, apuntó Hidalgo, quien respira tranquilo ahora que ya el crédito fue aprobado y están listos para iniciar esa nueva experiencia en suelo salvadoreño.