George Grant Ebanks, de 42 años, vio a su papá sembrar cacao toda una vida en la finca familiar de 20 hectáreas, en Santa Rosa de Limón, y nunca se adentró en ese mundo. Aunque apoyaba a su familia, tenía otros intereses laborales y no conocía el negocio, pero le tocó después transformarlo.
“Yo soy publicista, yo de finca no, jamás, ni pequeñito. Solo que la finca siempre estuvo ahí”, recordó.
Todo cambió a finales del 2013 cuando decidió renunciar a su trabajo en una empresa de entretenimiento en San José y regresó a vivir a Limón, 24 años después, para dedicarse de lleno al negocio de cacao.
¿Qué lo hizo interesarse y potenciar el negocio familiar que hoy dirige?
Grant se dio cuenta de cómo la mayoría de la materia prima de la finca se desperdiciaba y poco a poco fue descubriendo que había una manera mejor de conducir el negocio.
“En enero (del 2014) fui a la finca a desearle feliz año a mi papá. Recojo un poco de cacao y pongo una foto en Facebook. Un amigo me dijo: ‘se lo compro tostado’”, recordó.
Esa simple palabra (tostado) implicaba un cambio fundamental desde el punto de vista económico, pues genera más ganancias el venderlo de esta forma que seco.
Grant buscó en Internet sobre cómo tostarlo y lo logró.
“El intermediario de nosotros nos pagaba ¢800 por kilo de cacao seco. Por el solo hecho de tostarlo me pagaron ¢8.000 el kilo. Eso dio pie a interesarme en el cacao tostado”, contó George.
Su proceso de aprendizaje e investigación continuó: tuvo la oportunidad de visitar una empresa que procesa cacao y conocer mejor el procedimiento.
Igualmente, empezó a investigar sobre el tema con el apoyo de investigadores y expertos del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), del Ministerio de Agricultura, de la Universidad de Costa Rica y contó con el apoyo de otras instituciones.
En este año y medio de trabajo en la finca, George ya ha ido acumulando experiencia, de todo tipo.
“Ya me he cortado con motosierra, con la motoguaraña, ya me chapeado los dedos, ya me han picado avispas, ya me he caído en zanjas. Todo lo que pasa en el campo, pero ahí he ido aprendiendo”, enumeró.
Productos variados
Grant empezó a desarrollar sus propios productos y se preocupó por construir su marca: le prestó atención al diseño e imagen de estos y le imprimió una mayor visión empresarial al negocio.
Actualmente, la empresa, que se denomina G&E Chocolate Adventure Company, cuenta con numerosos productos como cacao en polvo, cacao caramelizado (cacao sweety), manteca de cacao, semillas de cacao tostado y pinolillo.
La empresa también comercializa otros productos como harina de maíz, harina de plátano, chips de plátano verde. También cuenta con jaleas de diferentes frutas e incluso vende camisas alusivas al cacao.
G&E Chocolate Adventure Company vende sus productos en la feria del agricultor en Limón y estos también son adquiridos por turistas extranjeros en el muelle de esa provincia caribeña.
La variedad de cacao que hay en la finca se denomina Matina, que es más susceptible al ataque de enfermedades como la monilia y la mazorca negra.
Con el respaldo del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie) se sembrarán variedades más resistentes a estas enfermedades, pero la idea es preservar la variedad Matina, que es más antigua y que tiene un mejor aroma y sabor.
Según Grant, sus productos han sido tan exitosos que ya la materia prima que tienen en la finca no es suficiente.
“Hemos tenido que hacer alianzas con otros productores para comprarles sus cosechas y pagarles muy buen precio. Pagamos el doble de lo que paga el intermediario. Por un kilo de cacao seco pagamos ¢2.000 y el intermediario paga entre ¢800 y ¢1.100”, contó.
En dos años, Grant planea tener su propia fábrica de producción de cacao, con el equipo adecuado y ya no solo sembrarlo, fermentarlo y molerlo, sino también tostarlo (hoy este proceso lo subcontratan) y hacer chocolate.
Asimismo, está trabajando con el Instituto Costarricense de Turismo en acondicionar la finca para –en setiembre y octubre– recibir a turistas extranjeros de los cruceros, muchos de ellos adultos mayores, quienes conocerían todo el proceso del cultivo de cacao y podrán comprar los productos.
Grant también está organizándose con otros productores de Limón para crear una cooperativa.