El problema fiscal existe sí, pero sorprende que las soluciones propuestas por las autoridades se inclinan preferiblemente por buscar formas de sacar más impuestos de las personas y empresas que ya los pagamos. Lamentablemente se olvidan de los que viven sin importarles los tributos.
Tributación requeriría de “un ejército” de inspectores (burocracia), para poner a pagar impuestos a quienes no los declaran.
Me permito sugerir una sencilla vía que pondría a pagar a todos: Hacienda debe convertirnos a todos los ciudadanos que ocupamos de servicios liberales en peones del fisco.
Para hacerlo, nos debe otorgar a los pagadores de renta el derecho de deducir de nuestras declaraciones, un porcentaje, digamos el 15% o el 10% de los montos que nosotros desembolsemos por servicios liberales cada vez que pagamos por una cita médica, un plano, arreglar una muela, prestar servicios educativos o profesionales de toda clase, durante cada periodo fiscal.
Se calcula que la evasión de impuestos alcanza hasta en 8,1% del PIB, la rebaja que se les otorgaría a los contribuyentes que sí declaramos y pagamos, sería ínfima con un programa del tipo que sugiero en comparación con lo que se podría recaudar.
Poniendo el sistema en operación, se utilizarían en mejor forma los programas de controles cruzados. Entonces, también, servirían de algo los recibos que nos dan los profesionales responsables que sí forman parte de la economía y que contribuyen al sostenimiento del Estado.
A como van las cosas y lo que se puede ver de las discusiones legislativas, una modificación completa al sistema tributario pareciera poco viable.
Entonces, vayamos haciéndole ajustes a lo que ya tenemos, poniendo a pagar a un gran grupo que hoy no contribuye.
No solo pensemos en sacarle más a los que ya pagan, pues la carga es demasiado grande.
*El autor es financista.