En un mundo globalizado la tributación internacional se ha convertido en un tema crucial para los contribuyentes. A medida que las empresas y los individuos realizan transacciones y actividades en diferentes países, surge la necesidad de comprender y cumplir con las obligaciones fiscales en cada jurisdicción.
Desde la perspectiva del contribuyente esta situación puede representar un desafío debido a la diversidad de normas fiscales y acuerdos internacionales que rigen la tributación internacional, pero, sobre todo, por las reglas especiales que se aplican para interpretar los instrumentos internacionales.
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Panorama
El panorama tributario internacional es complejo y diverso, pues cada país tiene su propio sistema fiscal con regulaciones específicas. Esto puede generar complicaciones para los contribuyentes que operan en varios países, ya que deben cumplir con las obligaciones fiscales de cada jurisdicción.
Además, los acuerdos de doble imposición y los tratados fiscales internacionales, que, si bien buscan facilitar el cumplimiento y evitar supuestos en donde se genere la doble imposición tributaria, representan un escenario casi sin explorar en Centroamérica. La red de tratados en la región es escasa y únicamente Panamá, Costa Rica, República Dominicana y El Salvador cuentan con algunos convenios vigentes. Esta situación provoca que las Administraciones Tributarias cuenten con poca experiencia en la aplicación e interpretación de este tipo de normas.
Adicionalmente, las iniciativas a nivel internacional están en constante evolución. Por ejemplo, el proyecto Erosión de la Base Imponible y Traslado de Beneficios (BEPS), liderado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha tenido como objetivo establecer estándares y recomendaciones para evitar prácticas fiscales agresivas y mejorar la transparencia y la cooperación entre las autoridades fiscales de diferentes países; de hecho, medidas como la aplicación de las normas de precios de transferencia, la limitación de las deducciones de intereses y la introducción de reportes país por país, son algunos ejemplos de normas que ya han sido adoptadas en la mayoría de los países de la región.
Aunado al proyecto BEPS, también se están discutiendo otras soluciones para abordar la tributación internacional. Algunas propuestas incluyen la creación de un impuesto mínimo global sobre los beneficios de las empresas multinacionales y también se han discutido ideas como la imposición digital, que gravaría las actividades económicas en línea en función de la presencia y la participación económica de las empresas en un país determinado.
Esta constante evolución pone en evidencia la necesidad de estar actualizado sobre lo que ocurre a nivel internacional en materia de tributación.
Desafíos y oportunidades
Uno de los principales desafíos que enfrentan los contribuyentes es la determinación de su residencia fiscal. El lugar donde una persona o una empresa es considerada como residente fiscal puede tener un impacto significativo en su carga impositiva.
Otro desafío ―o riesgo― es que las Administraciones Tributarias consideren que las empresas aplican esquemas que favorecen la evasión fiscal mediante métodos de planificación fiscal agresiva. Es decir, cuando se aprovechan lagunas legales y diferencias entre los sistemas tributarios para reducir la carga impositiva de manera inapropiada.
Sin embargo, los gobiernos están cada vez más atentos a estas prácticas y han implementado medidas para combatirlas. Tal es el caso del intercambio automático de información fiscal entre países y adoptar medidas como el establecimiento de listas de jurisdicciones no cooperantes, la cual pretende reducir la aplicación de beneficios a nivel internacional. Actualmente Costa Rica se encuentra en la lista negra de jurisdicciones no cooperantes de la Unión Europea (UE), por lo que se debe ajustar la ley para que la Administración Tributaria pueda cumplir con el estándar de verificación de sustancia en las exoneraciones que se apliquen a las rentas pasivas que se generen en el exterior.
Todas estas disposiciones buscan aumentar la transparencia y la rendición de cuentas y reducir los espacios para la evasión fiscal a nivel internacional.
A pesar de los desafíos, la tributación internacional también presenta oportunidades para los contribuyentes. La planificación fiscal adecuada y el aprovechamiento de los beneficios fiscales disponibles pueden ayudar a reducir la carga impositiva de manera legal y ética. Además, los tratados fiscales internacionales pueden permitir la eliminación o reducción de la doble imposición, lo que facilita la inversión y el comercio transfronterizo.
Por otro lado, los regímenes de incentivos fiscales ofrecidos por algunos países de la región pueden atraer la inversión extranjera y fomentar el desarrollo económico. Los contribuyentes también pueden aprovechar estas oportunidades para estructurar sus actividades comerciales y financieras de manera eficiente desde el punto de vista fiscal.
En conclusión, la tributación internacional plantea desafíos significativos para el contribuyente. La planificación fiscal, la residencia fiscal, los tratados fiscales, la doble imposición y la evasión fiscal son algunos aspectos claves que los contribuyentes internacionales deben considerar al cumplir con sus obligaciones fiscales.
Por esta razón, es fundamental contar con el asesoramiento de un profesional especializado en tributación internacional para cumplir con las leyes fiscales en cada jurisdicción. No hay que olvidar que la tributación internacional es un campo en constante evolución, y los contribuyentes deben estar enterados de los cambios en las normas y regulaciones fiscales para garantizar un cumplimiento adecuado y evitar problemas legales y financieros.
La autora es socia de Impuestos y Servicios Legales de Deloitte Costa Rica.