Cada mes de abril se celebra el día mundial de la salud, específicamente el 07 de abril, este año con el tema “salud para todos”.
La salud es uno de los aspectos más importantes para una sociedad sostenible y productiva; es la base para el desarrollo económico, para promover el potencial de comunidades, países y del mundo entero. Por eso, dicha celebración es una de las más importantes a nivel global, pues nos ayuda a tomar conciencia de la relevancia de la salud, también de la realidad que enfrentamos como humanidad, pero sobre todo, qué podemos hacer para estar mejor.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. De manera que la salud es bienestar integral, que involucra cada área de la vida del ser humano y es fundamental comprenderla de esa manera, para su promoción y protección.
Como humanidad, hemos enfrentado grandes desafíos a lo largo de la historia, uno de ellos, la pandemia de la covid - 19. De hecho, gracias a las iniciativas de diferentes organizaciones, se logró canalizar y gestionar la pandemia que vino a alterar no solo nuestra salud física, sino también mental, emocional y económica. Una pandemia que tuvo un impacto importante, pero que también vino a visibilizar la importancia de la inversión en salud.
La revista Salud (2023) menciona que el Institute for Health Metrics and Evaluation (HME) de la Universidad de Washington (Estados Unidos), ha publicado un informe donde se comparten los once retos a tener en cuenta para la salud global en el 2023, donde participaron científicos e investigadores. Cinco de esos once retos son los siguientes:
- La covid larga o persistente: que hace referencia a los síntomas que aparecen después de la infección inicial, de carácter respiratorio, neurológico, motor e incluso, psiquiátrico.
- Lo problemas de salud mental: los cuales ya tenían una prevalencia, que ha venido en aumento a raíz de la pandemia.
- Enfermedades cardiovasculares: actualmente la principal causa de mortalidad en el mundo.
- La diabetes: que supone una importante carga por las demandas que genera.
- La demencia: y la necesidad de contar con las herramientas para la atención de los pacientes.
Estos son retos de gran relevancia, que deben ser abordados lo antes posible, para que no sigan consumiendo la vida de las personas en nuestra sociedad, ya que generan afectación significativa tanto a nivel económico, como social y sanitario.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su nota, Las enfermedades del corazón siguen siendo la principal causa de muerte en las Américas (2021), explica que “a nivel mundial, cada año mueren más personas por enfermedades cardiovasculares (ECV) que por cualquier otra causa.” Según este mismo informe, “el riesgo se ve incrementado por las dietas poco saludables, sobre todo las que tienen un alto contenido en sal, grasas y azúcares refinadas, y por los bajos niveles de actividad física, además del consumo de tabaco.”
Según la American Heart Association (2023) “entre 2017 y 2020, 127,9 millones de adultos estadounidenses sufrieron algún tipo de CVD. Entre 2018 y 2019, los costos directos e indirectos de las ECV totales fueron de $407,3 miles de millones ($251.4 miles de millones en costos directos y $155,9 miles de millones en pérdida de productividad/mortalidad)”.
Por otra parte, en cuanto a la salud mental, según la OMS (2016) en su informe, la depresión y la ansiedad cuestan a la economía mundial $1 billón al año; generando un impacto importante. Según este mismo informe, “cada $1 invertido en la ampliación del tratamiento de la depresión y la ansiedad rinde $4 en mejora de la salud y la capacidad de trabajo, según un nuevo estudio dirigido por la OMS en el que se estiman por primera vez los beneficios tanto sanitarios como económicos de la inversión en el tratamiento de las enfermedades mentales más frecuentes en el mundo.”
Definitivamente la salud es determinante en la economía mundial y en la sostenibilidad global, impacta la estabilidad de organizaciones, familias y de todos los círculos humanos, por ende, este mes de abril, es un buen momento para preguntarnos, ¿qué puedo hacer yo para promover la salud? A continuación algunas ideas:
- Comenzar por aquellas acciones que están a nuestro alcance: ¿qué puedo hacer para ser una persona más saludable?, ¿qué hábitos es necesario que mejore o modifique? Hoy es el momento para iniciar.
- Es fundamental reconocer que el resguardo de la salud es una inversión y no un gasto. Es fundamental abogar por un presupuesto para la salud, por ejemplo, para la realización periódica de chequeos médicos, procesos psicoterapéuticos y de nutrición.
- Identificar aquellas mejoras que podamos efectuar en nuestros círculos de influencia: en nuestra familia, trabajo, iglesia, comités y en la comunidad a nivel general. Pequeñas acciones y reflexiones pueden dirigir el cambio en dichos ámbitos de influencia e impactar a las personas más significativas de nuestra vida.
- A nivel corporativo, es fundamental invertir en la salud, contar con profesionales en esta área quienes son las personas aptas para generar una adecuada asesoría el tema para las empresas, como por ejemplo profesionales en medicina, salud ocupacional, psicología, enfermería y nutrición. La inversión en salud, supone para la empresa muchos beneficios y un impacto tanto en el clima organizacional, como en la cultura, la imagen corporativa, la productividad y el bienestar integral.
Hoy es el momento para unirnos como sociedad, asumiendo además cada quien su responsabilidad y protagonismo, para ser personas más sanas y una sociedad igualmente más saludable. ¡La salud es una inversión!