Las coberturas cambiarias son instrumentos financieros que permiten manejar o cubrir el riesgo que surge por fluctuaciones en el tipo de cambio que afectan el valor de flujos de dinero denominados en moneda extranjera.
Existe una diversidad de coberturas cambiarias. Por ejemplo, están los contratos a futuro que le permite a las partes pactar por adelantado un tipo de cambio determinado en una fecha específica. También existen las opciones de tipo de cambio que dan el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender en un plazo establecido una cantidad específica de moneda extranjera a un precio predeterminado. Por último, se encuentran los contratos de intercambio de monedas o forex swaps en inglés, que le permiten a dos partes intercambiar monedas durante un periodo específico bajo el acuerdo de que la transacción se reversará en una fecha específica.
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Las coberturas cambiarias pueden reducir el riesgo cambiario a las dos partes interesadas en la transacción. Hay una parte vendedora; por ejemplo un importador que hoy debe pagar las compras en moneda extranjera pero que recibirá su ingreso en colones en un futuro cuando venda sus productos; y una parte compradora, como es el caso de una operadora de pensiones que hoy invierte en dólares pero que debe reportar su rentabilidad y pagar beneficios en colones en el futuro.
Estos instrumentos financieros le dan estabilidad a los flujos de efectivo, protegen los márgenes de ganancias, mejoran la planificación financiera y el proceso de elaboración de decisiones estratégicas, pues le permite a las empresas concentrarse en la actividad principal del negocio en lugar de preocuparse por afectaciones en las líneas del negocio causadas por fluctuaciones cambiaras. Por ejemplo, una empresa productora de alimentos que importa una parte de sus insumos quisiera ofrecerle a sus consumidores estabilidad en los precios de sus productos en el mercado local, lo cual puede lograrlo con una cobertura cambiaria, y ello le daría una mayor competitividad sobre otras empresas que no cuentan con dicha cobertura. Además, puede dedicar sus esfuerzos al desarrollo del negocio.
Surge la pregunta del por qué si las coberturas cambiarias ofrecen tantas ventajas, no han tenido un desarrollo considerable en Costa Rica, más aun considerando los cambios violentos, aunque en una única dirección, que ha sufrido el tipo de cambio en los últimos dos años y que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) no ha logrado estabilizar, lo cual está teniendo un efecto negativo sobre el crecimiento económico, la creación de empleo y la pobreza.
Esta semana El Financiero reporta que solo cuatro entidades financieras ofrecen coberturas cambiarias en el país aunque ellas no se han vuelto una opción popular. Además, estos instrumentos no están estandarizados, o sea que no hay un mercado organizado porque se negocian caso por caso.
En el pasado, el BCCR ha sugerido que las operadoras de pensiones deberían estar obligadas a cubrir sus operaciones en dólares, las cuales en algunas de ellas superan el 50% de la cartera de fondos administrados. Sin embargo, para ello ha propuesto que sea el propio BCCR quién venda la cobertura cambiaria, lo cual le restaría profundidad al mercado, como ocurre hoy con el tipo de cambio, y genera conflictos con otras funciones del ente emisor.
Es necesario evitar que se replique o se perpetúe la posición del Banco Central como juez y parte en el mercado cambiario. Por el contrario, debe enfocarse en proveer más claridad en el intercambio de divisas a todo nivel.
Lo que debería promover el Central a través de su participación en el Consejo Nacional de Supervisión del sistema Financiero (Conassif) es el desarrollo de regulación para promover el crecimiento del mercado de coberturas cambiarias por medio del aseguramiento de la integridad de las transacciones, la protección el inversionista y la estabilidad sistémica del mercado cambiario. Pero, sobre todo, el BCCR debe revisar sus propias reglas vigentes que rigen el mercado cambiario, pues ellas desincentivan el desarrollo de las coberturas cambiarias. Está claro que hay mucho camino por recorrer.