El otorgamiento de deuda a través de un sistema organizado de microcréditos podría ser un catalizador real de la banca para el desarrollo en Costa Rica.
El problema surge cuando se presenta un sistema financiero nacional que es inflexible con respecto al financiamiento para Mipymes y el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) es insuficiente y prácticamente inoperante.
¿Qué medidas estamos tomando para calcular el crecimiento en el país? Desde mi punto de vista, la realidad nacional traza dos caminos y quien dirige es la banca pública. El primero traza el límite entre el estancamiento y la pobreza. El segundo limita el estancamiento contra un gran potencial y desarrollo socioeconómico. Me animo a pensar que estamos más en el segundo que en el primero.
En nuestro país, el 98% de las empresas son pymes. Estos emprendimientos, siguiendo con el patrón de la creación de nuevos negocios en América Latina, surgen como consecuencia de pocas fuentes de trabajos bien remuneradas y el creciente nivel de desempleo. Estos negocios tienen la característica, por lo general, de ser de propiedad familiar y cuya liquidez les permite meramente, subsistir. Es claro y fácilmente perceptible el grado de importancia que pueden tener estas empresas para el desarrollo socioeconómico de Costa Rica y la implicación que tiene en la calidad de vida de las personas. Es entonces que vemos toda una problemática social envuelta con una problemática empresarial que se ve limitada por diversos factores y entre ellos está la dificultad para adquirir financiamiento.
Reformas insuficientes
A partir del 95, se moderniza el sector bancario con varias reformas que, entre otras, permite la competencia entre bancos públicos y privado, cede el acceso a los depósitos de cuenta corriente, liberaliza las tasas, etc. Es entonces que se fomenta la participación bancaria con una gran gama de productos y servicios financieros disponibles al público y que resultan en el crecimiento de ciertos sectores de la economía.
A pesar de esto, las pymes ven cada vez más complicado el acceso a financiamiento tanto por entidades privadas como públicas, principalmente porque encuentran una cantidad enorme de dificultades, por ejemplo, en la formalización de la deuda, que muchas veces representa un alto costo y se debe pagar por adelantado, pero, principalmente, porque las garantías exigidas son excesivas.
¿Cómo mejorar la situación para la pequeña empresa? La idea detrás de los microcréditos es mejorar los rendimientos de los negocios a través del financiamiento a corto plazo. Esta teoría se basa en la facilitación de crédito a personas con escasos recursos sin exigir garantías (constituida por un grupo de responsabilidad solidaria) y con montos pequeños que se pagan semanalmente.
La idea es que, a través de este tipo de financiamiento, se pueda mejorar el rendimiento de los negocios facilitándoles una mayor liquidez. El cambio debería ser liderado por la banca pública. Es exigente pero, olvidar la problemática, es inexcusable.