Recientemente, se dio a conocer el interés del gobierno costarricense en legalizar y regular el cultivo del cáñamo y cannabis medicinal en el país, como un elemento clave para la reactivación económica.
Asimismo, la comercialización de productos que contienen cannabinol —CBD— (incluyendo alimentos, bebidas y cosméticos) ya se encuentra permitida en Costa Rica, lo cual presenta una importante oportunidad de negocio.
Se estima que el mercado mundial del cannabis - en términos generales -, podría crecer de $12.000 millones en 2019 a $55.800 millones en 2025.
Es importante comenzar por explicar, en términos generales, sobre el cannabis en su variedad sativa. El cannabis es una planta de la cual se derivan muchas subespecies como lo es la marihuana y el cáñamo. Del cannabis es de donde se derivan los siguientes cannabinoides: el Tetrahidrocannabinol o THC (componente psicoactivo); el CBN o cannabinol (con muy bajo contenido psicoactivo); y el CBD o cannabidiol (libre del componente psicoactivo).
Ahora bien, con la anterior introducción cabe resaltar, que el cáñamo no es lo mismo que la marihuana, lo cual es un error común de escuchar en las personas, por no contar con la información adecuada. Esto, porque la marihuana cuenta con altos niveles de THC, que es el responsable de crear las sensaciones de psicoactivo que están directamente relacionadas con la droga; mientras que el cáñamo, por el contrario, está relacionado con el CBN y el CBD, por lo que cuenta con un mínimo o nulo componente psicoactivo, que no son suficientes para llegar a crear los efectos psicoactivos de la marihuana.
El cáñamo industrial es uno de los cultivos agrícolas más antiguos del mundo y se utiliza para fabricación de textiles, alimentos, semillas, aceites, biocombustibles, medicamentos y cosméticos, entre otros; que por temas, no necesariamente de calidad, sino de costo de producción, fue reemplazado en gran medida por productos a base de plástico como lo es poliéster.
La Organización Mundial de la Salud, ya se ha pronunciado sobre este tema y ha asegurado que tanto el cáñamo como los productos derivados del CBD, no contienen ningún efecto psicoactivo. Además resaltó, que las sustancias de CBD con un nivel inferior al 0,2% de THC, no están sujetas a control internacional, ya que no existe un riesgo dentro del producto para la salud de sus consumidores.
Es por eso, que en muchos países alrededor del mundo, ya se han creado regulaciones al respecto, donde el consumo y uso de productos de Cáñamo o de CBD con bajos niveles de THC (o sin este), son permitidos. Costa Rica no es la excepción, el año pasado se extendió una de las primeras licencias para la comercialización de productos con CBD en el país, libres de THC, lo cual es un importante avance referente a este tema.
Condiciones propicias
En cuanto al cultivo del cannabis en Costa Rica cabe resaltar, que contamos con todas las facilidades geográficas y socio—económicas para realizarlo. Nuestro clima favorece el cultivo del cannabis por la temperatura —que es constante durante todo el día alrededor del año —, así como el costo de cultivo y procesamiento que puede ser de centavos de dólar contra varios dólares que cuesta producirlas por ejemplo en Canadá, entre otros—.
LEA MÁS: El rompecabezas de empresarios de la marihuana: ¿qué hacer con el dinero?
Está comprobado, que los factores geográficos que favorecen el cultivo del café, son muy similares a los que necesita el cannabis, por lo que somos un punto estratégico para su producción. Colombia es nuestro punto de referencia más cercano, que ya está regulando el tema por medio de licencias, y está viendo un crecimiento muy acelerado en ese sector de la economía.
A modo de ejemplo, en Colombia —uno de nuestros principales competidores por su buena producción de café— ya se han legalizado y otorgado aproximadamente 193 licencias para el cultivo del cannabis, y se han creado más de 21.000 empleos alrededor de ese nuevo mercado. Colombia está proyectando tener exportaciones entre los $2.300 y $17.700 millones para los años por venir, como consecuencia de este mercado.
La oportunidad que se le presenta al país de potenciar la economía a través del cannabis es realmente importante, pero debe hacerse de manera ordenada. La diputada Zoila Volio presentó el año pasado el proyecto de ley número 21.388, por medio del cual se quiere regular la producción del cannabis y el cáñamo para fines medicinales, lo cual es un comienzo.
No obstante, el tema de las licencias para la producción de estos es algo que se debe analizar a fondo, para poderlo regular de la manera que sea más conveniente para el país y que se le pueda sacar el provecho al máximo, sin crear limitaciones y/o impuestos innecesarios. Es importante contar con el apoyo del gobierno, para poder aprobar una ley y sacarle provecho a la oportunidad.
En Costa Rica, se puede implementar un modelo similar al de Colombia, si se siguen los parámetros necesarios para tener un control adecuado y brindar seguridad jurídica a los involucrados, creando requisitos y una oficina especializada que realice las debidas diligencias para cada aplicante. Con esto no sólo se estaría posicionando el país como un mercado clave para invertir en el cáñamo y cannabis medicinal, sino que se estaría ayudando a la economía del país enormemente, comenzando por la generación de empleos no calificados en las zonas rurales que se estarían generando con el cultivo de las plantas, y la inversión directa de muchos sectores en el mercado.
Ya existen clientes que han podido ver la fuerte demanda que hay por productos con base en CBD, e inclusive, empresas transnacionales muy interesadas en productos cosméticos, alimentos y bebidas que quieren entrar a competir y posicionarse en el mercado costarricense. Sin duda, hay que aprovechar nuestras condiciones geográficas y convertirnos en participantes clave del nuevo mercado del llamado “oro verde”.