El sólido desarrollo de la tecnología de redes y la economía digital exigen servicios de pago que sean más convenientes, inclusivos y seguros. En muchos países y regiones, los bancos centrales o las autoridades monetarias vigilan de cerca el desarrollo de las fintech y trabajan en soluciones adecuadas para digitalizar la moneda fiduciaria e introducir la moneda digital del banco central.
El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) publicó en julio pasado su revisión para medir el progreso de implementación de sus estándares revisados sobre activos virtuales y proveedores de servicios de activos virtuales (por sus siglas en VASP en inglés). El informe encontró un crecimiento fuerte y rápido del sector.
Aunque muchas jurisdicciones y el sector VASP han continuado avanzando en la implementación de los estándares del GAFI revisados sobre activos virtuales y VASP, la implementación aún está lejos de ser suficiente. Del mismo modo, si bien ha habido avances, todavía es insuficiente la implementación global de travel rule o el desarrollo de soluciones tecnológicas asociadas. Travel rule es una medida clave que exige que los VASP obtengan, mantengan e intercambien información sobre los originadores y beneficiarios de transferencias de activos virtuales.
Los miembros del GAFI y su Red Global más amplia deberían implementar sus estándares revisados como una cuestión de prioridad. Costa Rica es miembro del Grupo de Acción Financiera Internacional de América Latina (Gafilat), que es uno de los grupos regionales del GAFI.
A pesar de lo anterior, en Costa Rica todavía queda mucho por hacer. Hay preguntas válidas del sector empresarial y la comunidad de negocios sobre cómo se ha regulado la industria en Costa Rica, y las respuestas no son claras.
El sistema financiero mundial está cambiando debido a la aparición de nuevas tecnologías, productos y servicios, que tienen el potencial de estimular la innovación, la eficiencia y mejorar la inclusión financiera. Pero como siempre será el caso con un panorama en rápida evolución, estos desarrollos podrían plantear una variedad de riesgos para los consumidores y debería haber una respuesta regulatoria clara a los desafíos y oportunidades que plantean estas innovaciones para abordar los riesgos y respaldar la innovación.
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La innovación tecnológica representada por la economía digital se ha convertido en un importante impulsor de desarrollo. Con el rápido crecimiento de tecnologías digitales como computación en la nube, blockchain, big data, inteligencia artificial y el Internet de las cosas; la economía digital ha sido testigo de varios modelos y negocios nuevos. COVID-19 ha acelerado la transformación digital del trabajo y la vida de las personas, las compras en línea, el trabajo remoto y el aprendizaje en línea se han vuelto más activos.
Todos los países deben utilizar la tecnología para el crecimiento económico que eleve los niveles de vida. Aunque la economía digital se ha expandido en su cobertura geográfica, una investigación del Fondo Monetario Internacional indica que América Latina se ha quedado rezagada en cuanto a garantizar que todas las personas puedan compartir la prosperidad que brinda una transición digital. Esto podría deberse a la falta de acceso a la tecnología digital o a las habilidades para utilizarla de forma eficaz.
La sociedad y los gobiernos intentan abordar la desigualdad económica porque puede amenazar la estabilidad social y el crecimiento sostenido. Deberían darse las mismas oportunidades para obtener prosperidad y hoy está vinculada a la innovación tecnológica constante y la comercialización. El gobierno y el sector privado deben colaborar para maximizar las oportunidades de crecimiento y construir una mejor economía digital.
En Costa Rica necesitamos realizar mejoras sustanciales para desbloquear por completo una economía digital que impulse el crecimiento e incluya a las personas que se están quedando más rezagadas.
Algunas ideas para impulsar el desarrollo de la economía digital en Costa Rica son:
Inversión en infraestructura física y digital básica. Es imposible participar en la economía digital si no hay infraestructura física y también la infraestructura de identidad digital e información que las empresas privadas pueden utilizar para construir un mejor ecosistema para los startups y para obtener mayores beneficios en los países en la región donde sea posible. El gobierno debería ayudar enfocándose en realizar las inversiones que puedan ser inaccesibles o no rentables para proveedores privados.
Marco regulatorio para los nuevos participantes del mercado. El gobierno debe asegurarse de que sus marcos regulatorios sean propicios para la inversión y la innovación del sector privado. Una economía más dinámica redunda en interés de todos, atrae inversiones y crea empleos nuevos y mejor remunerados. Sin embargo, en caso de muy estricta, existe el riesgo de excluir a las pymes porque el proceso de cumplimiento podría ser costoso, complejo y convertirse en una barrera de entrada al mercado. En el caso de las fintech, los mecanismos de sandboxes o cajas de arena para pruebas se pueden utilizar como una medida provisional para fomentar la innovación mientras se llevan a cabo revisiones más exhaustivas. Los sandboxes regulatorios son un espacio de experimentación para promover la innovación en los servicios financieros dentro de un entorno controlado en el que las empresas pueden probar sus servicios bajo la mirada del supervisor. Para reforzar la competencia y el compromiso con mercados abiertos y competitivos necesitamos acelerar con éxito el desarrollo de la economía digital, que beneficie a muchos, que refuerce la competencia y el compromiso con mercados libres, pero en espacios que permitan desarrollar marcos regulatorios para modelos emergentes de forma tal que no se estrangule con normas al sector pero tampoco se relaje la protección de los derechos de los consumidores.
Recursos para crecimiento. Se requieren suficientes recursos financieros para que el sector privado crezca. Para promover un crecimiento exitoso a largo plazo es necesario tener una combinación de bancos, mercados de capitales y fintechs que asignen capital a nuevas empresas, cada una capaz de financiar a diferentes escalas, en diferentes términos y condiciones y asumir diferentes riesgos.
Inversión en educación y habilidades técnicas como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. El desarrollo del capital humano consiste en invertir en las personas para lograr una mayor equidad social y crecimiento económico en el futuro. Invertir en nuevas generaciones de técnicos y profesionales dentro de un adecuado ecosistema puede traducirse en nuevas innovaciones, empresas, puestos de trabajo con una alta demanda en el mercado laboral.
Ciberseguridad de ecosistemas. Seguros y confiables que sustenten la adopción y el uso de nuevos productos y servicios digitales. Es importante asegurarse de que todo el ecosistema digital esté diseñado teniendo en cuenta la ciberseguridad pues las amenazas cibernéticas aumentan exponencialmente. Las estadísticas de ciberseguridad revelan un enorme aumento de datos pirateados y violados de fuentes que son cada vez más comunes en el lugar de trabajo como dispositivos móviles. El desarrollo de estándares globales de ciberseguridad debe seguir el ritmo de los cambios tecnológicos.
Algunas definiciones comunes y un marco legal claro nos ayudarían a comprender las oportunidades y los riesgos asociados con la innovación financiera. Por lo tanto, es de gran importancia que las autoridades costarricenses brinden una guía clara y aclaren el perímetro regulatorio.