Tras más de diez años de apoyar desde la Fundación Omar Dengo (FOD) a las autoridades educativas de las distintas administraciones y colores políticos, para concretar un proyecto que habilite las condiciones de conectividad y virtualidad que requieren y merecen nuestros estudiantes y docentes, se diseñó finalmente un modelo robusto y disruptivo con el aporte intelectual y ad honorem de generosos expertos, en un trabajo interinstitucional liderado por el Ministerio de Educación Pública (MEP) y el Ministerio de Telecomunicaciones (Micitt).
La Red Educativa del Bicentenario (REB) representa un paso fundamental hacia la transformación de un sistema educativo con múltiples puntos de conexión y velocidades insuficientes que tenemos en la actualidad en los centros educativos, a un modelo 100% interconectado, eficiente y moderno. Un proyecto que, indudablemente, marcará un antes y un después en el sistema educativo costarricense al promover en los estudiantes el auto aprendizaje, y generar las sinergias que estimularán el intercambio de conocimiento, el desarrollo de habilidades estratégicas y la habilitación de ambientes de aprendizaje colaborativos entre estudiantes y docentes.
La REB ofrecería a cada estudiante una identidad única a lo largo de toda su vida escolar permitiéndole construir su propia historia educativa y registrar así sus progresos y sus producciones.
Adicionalmente, facilitaría la comunicación y coordinación entre los centros educativos para que puedan funcionar como un sistema articulado entre ellos, con el MEP y con sus demás aliados estratégicos. Permitiría automatizar los procesos administrativos, los procesos de matrícula y haría posible abrir el expediente digital para alumnos y profesores, generando sistemas de trazabilidad.
Al ser una única red para todos los centros educativos y no miles de conexiones separadas, como sucede actualmente, mantendría un mayor control y seguridad de los contenidos y mejoraría significativamente la eficiencia de los recursos.
En tiempos en donde Costa Rica se convierte en el miembro número 38 de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) nuestros estudiantes, docentes y directores requieren y merecen el servicio de conectividad de calidad y ancho de banda suficiente para desarrollar las habilidades necesarias y poder competir y participar activamente en la sociedad de este siglo.
También la REB permitiría al ente rector de la educación en el país contar con diversidad de datos del sistema educativo público costarricense en tiempo real para la oportuna toma de decisiones.
Con el ánimo de dotar a los centros educativos de esta urgente y necesaria Red y gracias a una donación de más de $164.000 de fondos propios de la FOD, se pudo contratar en 2019, a una empresa especializada en plasmar el diseño del modelo definido por el MEP y el Micitt. Luego, el MEP valoró la opción de ejecutarlo y concluyó que no tiene los recursos técnicos ni las condiciones adecuadas para hacerlo, por lo que pidió el apoyo a la FOD por medio del Programa Nacional de Informática Educativa (Pronie MEP-FOD). Esta iniciativa la ejecutamos en conjunto esta Fundación y el Ministerio de Educación Pública desde hace más de 30 años, con el objetivo, precisamente, de promover la apropiación de las tecnologías digitales para apoyar el desarrollo de habilidades y estimular el aprendizaje de los estudiantes.
La REB ofrecería a cada estudiante una identidad única a lo largo de toda su vida escolar permitiéndole construir su propia historia educativa”.
El Pronie administra eficientemente fondos públicos bajo la atenta vigilancia del MEP y la CGR desde 1997, pues durante los primeros diez años de existencia del programa buscó y gestionó las donaciones para financiarlo. Actualmente, la FOD continúa haciendo aportes financieros que complementan los recursos públicos asignados al PRONIE por parte del MEP, además de contribuciones importantes de propiedad intelectual, y un trabajo especializado y de alta calidad que llega a más de 4.100 centros educativos.
Normativa
Una ley (la 8207), un mandato del Consejo Superior de Educación –órgano de rango constitucional--, y un convenio entre MEP-FOD han respaldado este programa, según lo establece la normativa legal costarricense. En ese marco y con la larga experiencia acumulada es que este importante proyecto de la Red Educativa logra por primera vez dar pasos concretos hacia su realización. Se le solicita a la FOD asumir las responsabilidades de una unidad ejecutora que trabaje apoyando al MEP desarrollando el proceso licitatorio y supervisando al proveedor de los servicios de conectividad y redes que se llegue a contratar.
El cartel licitatorio para adjudicar a este proveedor de servicios de conectividad y redes se publicó hace más de un año, mediante un concurso público y transparente, el cual ha recibido, como es usual, apelaciones por parte de los oferentes no seleccionados, las cuales han sido acogidas y respondidas por la Contraloría General de la República (CGR) a través de cinco pronunciamientos.
Sorpresivamente, ya en esta última etapa del largo camino, estando a punto de adjudicarse, la CGR ordena la suspensión inmediata de la Red al considerar que todo lo actuado ha sido una transferencia de competencias esenciales del MEP. El argumento resulta difícil de entender y la medida parece desproporcionada, tomando en cuenta que existe un marco legal suficiente, pero sobre todo si consideramos el perjuicio que no desarrollar la Red significará para más de 700.000 estudiantes y 50.000 docentes que seguirían enfrentando el “apagón educativo” sin las herramientas y condiciones de conectividad necesarias en sus centros educativos.
La Red es una necesidad inminente. Sería muy lamentable retroceder todo lo que hemos ganado para volver a comenzar un proceso que ha tardado 10 años en concretarse. Los problemas del país debemos resolverlos entre todos uniendo esfuerzos públicos y privados, desde luego siempre en el marco de la legalidad, solo así podremos ofrecer a las generaciones actuales y futuras una educación de calidad. Este es un ejemplo de sinergias en beneficio del bien común.
Los complejos retos que enfrenta el planeta y la humanidad requieren hoy, más que nunca, de un espíritu colectivo noble que busque sumar capacidades y voluntades y adelantar soluciones para no quedarnos atascados en problemas y obstáculos.