“La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre.” Esta frase de Cicerón, escrita hace 2.000 años, sigue siendo una realidad en nuestros días. La agricultura definió en buena parte nuestra identidad nacional y es el sector que en gran parte contribuirá a propiciar el bienestar y desarrollo de nuestro país en el futuro.
La Costa Rica de hoy se forjó sobre la base de la agricultura; las industrias asociadas al café, el banano, la ganadería y el azúcar sostuvieron el país durante 160 años. Con las exportaciones de café y banano importamos capital, tecnología e ideas que han sido claves en el desarrollo nacional.
Para y por el comercio agrícola, construimos los ferrocarriles al Atlántico y al Pacífico dinamizando la economía y generando oportunidades para todos los costarricenses, sobre todo para aquellos fuera del Valle Central. La dotación de servicios de electricidad, agua potable, comunicaciones, salud y educación en las zonas rurales fue posible gracias a la agricultura.
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Luego de la crisis de la deuda en los años ochenta, el sector agropecuario continuó siendo protagonista del desarrollo nacional. Conscientes de la ventaja comparativa de la agricultura, un grupo de costarricenses visionarios promovió el descubrimiento de nuevas actividades para la exportación. En conjunto con una robusta política de apertura comercial y atracción de inversiones, Costa Rica es hoy uno de los mayores exportadores agrícolas per cápita del mundo y destacamos en los mercados internacionales de piña, banano, cafés especiales, raíces, tubérculos, entre otros.
Sin embargo, la economía agrícola enfrenta desafíos sustanciales: la generación de más y mejores empleos, la atracción de inversión a las zonas rurales, la continua expansión y diversificación de la oferta exportadora, los cambios en los mercados y preferencias de los consumidores, y ahora más claro que nunca, la adaptación al cambio climático.
La respuesta a estos desafíos tiene una solución muy práctica: el aumento de la productividad. Solo a través de la eficiencia podemos incrementar los ingresos de las personas vinculadas a la agricultura y aumentar la tasa de retorno de las inversiones necesarias para la creación de empleos. La productividad es clave para proteger la base de los recursos naturales y para anticipar los efectos del cambio climático.
¿Cómo aumentar la productividad? Hay dos formas. La primera tiene que ver con lo que hacemos; es decir, producir aquellas cosas donde tenemos ventaja comparativa. Esto no es otra cosa que retomar los esfuerzos que organizaciones como Cinde ejecutaron a finales de los ochenta en lo que fue la primera gran transformación de la agricultura. Lo que implica una plataforma de prospección permanente, con un motor de búsqueda continuo, que explore muchas posibilidades de “descubrimientos”. Un descubrimiento es una actividad nueva o la combinación de actividades conocidas que incorporen nuevos atributos sociales, ambientales, tecnológicos o comerciales que la diferencian.
Cuellos de botella
Una vez descubiertas estas actividades se “empacan” y se ofrecen “llave en mano” para que productores e inversionistas tomen la decisión de emprender. En otras palabras, la meta es tener un portafolio muy grande de descubrimientos para que el productor y los inversionistas puedan escoger y decidir qué hacer en un escenario de bajo riesgo.
La segunda forma de aumentar la productividad tiene que ver con la receta; es decir, con los ingredientes y las mejoras en el proceso. Para ello es vital la identificación de las brechas y cuellos de botella que afectan la agricultura. Estas dificultades tienen que ver mayoritariamente con financiamiento (crédito e inversión), acceso a insumos de última generación y la coordinación de esfuerzos entre instituciones cuyas acciones se traslapan y afectan las decisiones de producción.
¿Cómo atraer inversión a las zonas rurales? La inversión para proyectos en zonas rurales no se genera de forma espontánea. Los factores básicos de producción son compartidos por países con características similares a Costa Rica y que compiten con nosotros. La solución se encuentra en la diferenciación a través de los factores que nos hacen únicos.
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No hay duda de que en Costa Rica esto pasa por el conocimiento y talento de la mano de obra, el compromiso con la sostenibilidad (económica, social y ambiental), la estabilidad institucional y la plataforma de comercio internacional. Nuestro desafío es conjugar estos factores y atraer más inversión hacia las zonas rurales.
Para enfrentar los retos descritos y con la misión de aumentar el progreso social de todos los costarricenses, sobre todo aquellos que habitan en la zona rural, se ha diseñado el Programa Descubre (www.descubre.cr). Este es una alianza público–privada con la participación de Comex, Procomer, MAG, Sistema de Banca para el Desarrollo, Cinde, INA, la academia y las empresas.
El programa se enfoca en la diversificación de las exportaciones de base agrícola, la generación de conocimiento, la creación de empresas y la atracción de inversión para las zonas rurales. Descubre promueve una agricultura exitosa, que sea el motor de desarrollo de la economía rural, garante del patrimonio natural y creadora de oportunidades para todos.
Le invito a conocer los avances del Programa Descubre en Agrotransformación 2019 (www.descubre.cr/agrotransformacion), la primera conferencia y exposición internacional sobre la agricultura del siglo XXI, dedicada al sector agroalimentario costarricense, que tendrá lugar el 26, 27 y 28 de noviembre, en el Centro de Convenciones de Costa Rica.