Costa Rica tiene en este momento sobre la mesa un tema de gran importancia. La Tecnología 5G, la cual surge como un factor fundamental para resolver los retos que tiene una sociedad cada vez más digitalizada.
Esta quinta generación de tecnologías de comunicaciones móviles será vital para los procesos de desarrollo y avance de la sociedad. Dará soporte a edificios inteligentes, fábricas inteligentes, ciudades inteligentes. Mejorará el acceso, la capacidad y el tiempo de respuesta de video 3D, trabajos colaborativos, servicios en la nube, servicios médicos en tiempo real a distancia, realidad virtual y aumentada.
En todos estos casos, 5G aportará su capacidad para comunicaciones masivas de dispositivo a dispositivo, en tiempo real, donde las redes 3G y 4G existentes tienen dificultades.
Esta nueva generación de telecomunicaciones está capacitada para soportar un aumento en la velocidad, de hasta 100 veces, con respecto a las generaciones anteriores.
Por ejemplo, el bajar una película de dos horas tomaba, aproximadamente 26 horas con la tecnología 3G, siete minutos con la tecnología 4G. En cambio, en la Tecnología 5G esto tomará cerca de 10 segundos
La latencia o el retardo desde que se hace una solicitud, hasta que se da la reacción, en una red 4G toma entre 25 y 50 milisegundos. En cambio, en la tecnología 5G tomará solamente un milisegundo.
Entonces, será extraordinario en aplicaciones de robótica y automatización en tiempo real, donde los robots de una línea de producción se intercambian gran cantidad de información, y eso significa que se tomarán decisiones en pocos milisegundos.
También se potenciará el tema de la realidad aumentada, donde los técnicos e ingenieros tienen acceso a sistemas multimedia que les ayudan a realizar labores de mantenimiento, de supervisión o inspección, con acceso a videos, planos y especificaciones de los equipos y sistemas, así como a parámetros de operación, gráficos y señales de alerta. Pero todo eso, con esta tecnología será a alta velocidad, de forma masiva y con reacciones instantáneas.
Drones, robots, automóviles autónomos y equipos especiales operarán de forma más segura y efectiva.
Los automóviles autónomos van a percibir e intercambiar señales con su entorno, pero además, van a enviar los datos correspondientes a un servidor en la nube. Ese control supervisor, en la nube, va a tomar decisiones sobre qué indicaciones darle al automóvil, para que actúe de la manera correcta.
También, las escuelas rurales podrán estar completamente conectadas y los estudiantes tendrían acceso a servicios educativos masivos, de alta velocidad y gran capacidad. Los docentes estarían recibiendo capacitación constante y el resto de entidades públicas de las zonas rurales, desde hospitales hasta entidades de seguridad, podrían brindar mejores servicios gracias a la adopción de sistemas de salud virtuales, el teletrabajo y el uso de equipos de alta tecnología para rastrear a los delincuentes.
Retos
Uno de los retos de la implementación del 5G, es que, las frecuencias que usa esta tecnología tienen más limitaciones en cuanto a la distancia que pueden recorrer y, además, tienen dificultad para atravesar diferentes obstáculos como paredes y estructuras. Esto implica que se va a requerir mayor cantidad de antenas distribuidas en las zonas de servicio, para poder llegar a los dispositivos finales. Sin embargo, estas antenas pueden ser de menor tamaño que las actuales.
Por otro lado, desde el punto de vista comercial, según Mckinsey & Company (https://www.mckinsey.com/featured-insights/mckinsey-explainers/what-is-5g), los negocios relacionados directamente con el 5G, podrían impulsar el Producto Interno Bruto (PIB) mundial hasta en $2 trillones para 2030.
Pero, más allá del negocio de esta tecnología en sí, el que más personas se conecten a los flujos globales de información, comunicación y servicios podría agregar otros $1,5 trillones a $2 trillones al PIB. Esto debido a la mejora de las condiciones tecnológicas para un mayor aprovechamiento del potencial humano, particularmente en las naciones en desarrollo.
Pero el 5G por sí solo no acabará con las brechas digitales existentes, ni con la pobreza, ni con los abismos de oportunidades y, mucho menos, capacitará a las personas en el uso de la tecnología. Esta tecnología es una herramienta que debe ser utilizada por los distintos actores de la industria y de la sociedad, para ofrecer soluciones a los obstáculos y problemas que enfrentan las comunidades y las economías.
Para poder aprovechar esta herramienta, se deben crear ciertas condiciones que permitan su adecuada adopción y uso. El primero es un diálogo horizontal y vertical a nivel de país para acordar y aclarar las metas de corto, mediano y largo plazo de esta tecnología.
El diálogo horizontal se debe dar entre las entidades gubernamentales, nacionales y locales, la academia, el sector privado y la sociedad civil. Esta es la mejor forma en que se pueden crear soluciones adecuadas a los problemas de aprovechamiento e implementación. Por ejemplo, con proyectos y convenios de coordinación cooperación con universidades y centros de investigación. Desde el gobierno se debe alentar iniciativas y políticas públicas que aceleren el proceso de llegada, expansión y adopción de esta tecnología.
Varios países latinoamericanos están incorporando a diferentes sectores de la sociedad en sus estrategias 5G. Independientemente del objetivo final de cada uno, Brasil, Chile, Colombia y la República Dominicana han traducido muchas de sus aspiraciones en acción. No todo está hecho y queda mucho trabajo por hacer.
Los gobiernos no están lanzando 5G, su trabajo es establecer las condiciones adecuadas para acelerar los planes de lanzamiento de los operadores, ya que pueden identificar que el retorno de la inversión será rápido en los plazos que cada uno considere razonables. Sin embargo, los gobiernos deben velar por que la mayor parte de la comunidad se vea beneficiada de los servicios correspondientes.
Es precisamente aquí donde el diálogo institucional vertical se vuelve imperativo. La estrategia de país debe coordinarse desde los niveles nacionales, hasta los niveles regionales (provincias, regiones), y municipales, para que las implementaciones tecnológicas se den de manera armonizada y extensa. La coordinación de esfuerzos entre las autoridades reguladoras y las autoridades de políticas públicas también es extremadamente importante.
Sin un cambio drástico en la política pública que no sea solo teórico, sino que incluya la implementación, las grandiosas promesas del impacto de 5G serán solo palabras.
El autor es director de Ingeniería Eléctrica, Mecatrónica e Ingeniería en Telecomunicaciones de la Universidad Fidélitas.