La imposición (del ego) del cero a la izquierda

Siendo así, me llama la atención lo difundida que esté la práctica de anotar ciertas cifras anteponiendo un cero: “la reunión será el 02 de abril”, o “estamos abriendo 05 cupos nuevos en la matrícula”.

Un par de veces me he preguntado cuál es el fin de ese elemento decorativo, tan poco útil. Una primera razón es por desconocimiento. Una segunda sería porque luce “elegante”. O una tercera porque muchos lo hacen, por lo que debe ser necesario.

La del desconocimiento me deja la sensación de que alguna gente está saliendo mal formada de la educación básica, pues no reconocen que el cero no suma, y por un problema de lógica, pues esa fecha se tendrá que leer como el cero siete de abril. Hasta raro suena.

Si un aditamento que aporta elegancia, el tema se torna estético, más complicado. Ahora, si aceptamos que aporta estilo, por qué no decimos que el “peaje cuesta 0100 colones”, o “se recibieron 0285 mociones al proyecto de ley”. Ya no es tan elegante, y ya que nunca se hace, nos hace poco consistentes.

Finalmente, podría ser el efecto imitación. Los programadores de computadora lo hacen, así se muestra en el reloj despertador. Ergo, esa es la forma correcta. Así, sin más ni más. Esta explicación se me hace que mezcla las dos anteriores: es terminar de otorgarle de repente personalidad a ese guarismo tan peculiar, que lo único que reclama es que se le reconozca un ego cuya importancia se impone por su mera aparición, aunque no solo sea molesta, sino de aporte despreciable.

Y hablando de ceros a la izquierda, no podemos evitar pensar en algunos políticos que reclaman presencia en plena primavera. Algunos, eternos acompañantes de las papeletas y demás hierbas; otros, venidos de lejanos parajes, ungidos por el mero desconsuelo de los votantes; y otros que se especializan en alimentar su ego. Igual que ese molesto cero, que ahora se nos aparece en una fecha tan digna como un 2 de abril.