Opinión de Leda Muñoz | “No nos engañemos. Mejorar el sistema educativo se logra mejorando estratégicamente su desempeño, un reto bastante más complejo que cortar presupuestos”.
Termina el año escolar 2024 y cerca de un millón de estudiantes se van a descansar, pero nada hace pensar que los aprendizajes alcanzados esta vez sean mejores que los de los últimos años. Nuevamente han perdido la oportunidad de desarrollar capacidades, habilidades y destrezas clave para sus vidas, en algunos casos se cierran las llamadas “ventanas” del desarrollo del cerebro, limitando las posibilidades de ciertos aprendizajes después.
La información sobre el lamentable estado de la educación nacional abunda, tenemos una radiografía cada vez más precisa. No obstante, las autoridades responsables no parecen reconocer la urgencia nacional de cambiar esa realidad, y hacerlo con celeridad y fundamentación, para recuperar el sitio digno que ocupaba, distinguido entre las naciones, columna vertebral del desarrollo nacional y tabla de salvación para las nuevas generaciones. Reducir presupuestos no es la solución, al contrario.
Señores y señoras, como ya se ha dicho, el país caminó esa ruta de reducir la inversión en educación para enfrentar crisis financieras cuatro décadas atrás, con dolorosos resultados. ¡Cuántas familias conformadas por hombres y mujeres que no terminaron la educación básica entonces, están hoy atrapadas en la pobreza con oportunidades laborales restringidas a empleos no calificados de bajos salarios! Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
Y no nos engañemos, aún en tiempos de altos presupuestos para la educación, al convertirlos en dólares por estudiante, el monto asignado es muy inferior al de cualquier país con buenos resultados de aprendizaje. Mejorar el sistema educativo se logra mejorando estratégicamente su desempeño, un reto bastante más complejo que cortar presupuestos.
Si fuera posible pedir un deseo esta Navidad para que nuestros jóvenes reciban una mejor educación en el ciclo lectivo 2025, último de esta administración; poder dar un paso significativo hacia adelante, yo pediría que fuera un paso centrado en el docente. No hay buena educación sin buenos maestros. ¡Un buen docente puede cambiar la vida de cualquier niño o niña!
Es una decisión difícil sin duda. Sin embargo, cuando un paciente ingresa en sala de emergencias con un paro cardíaco, esto es lo primero que se atiende. Luego se ocuparán los médicos de los demás males que tenga el enfermo. En el caso de la educación los males son muchos, y todos deben atenderse eventualmente, pero ya eso no será posible para el 2025. Empecemos con cosas posibles y determinantes para mejorar los resultados. ¡Qué bonito sería celebrar entonces el cierre del año lectivo!
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Leda Muñoz es catedrática de la Universidad de Costa Rica, exvicerrectora de Acción Social, investigadora en nutrición y desarrollo infantil; coordinadora del Informe Estado de la Nación y exdirectora de la Fundación Omar Dengo. Ph.D. en nutrición infantil y epidemiología.
Columna Enfoques | El Financiero | Leda Muñoz, doctora en Nutrición Infantil y Epidemiología; catedrática de la UCR
Leda Muñoz es catedrática de la Universidad de Costa Rica y cuenta con más de 35 publicaciones científicas y académicas. Es exdirectora ejecutiva de la Fundación Omar Dengo.
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