En los últimos años, las Operadoras de Pensiones Complementarias (OPC) han incrementado la exposición de los fondos administrados a las inversiones internacionales, especialmente en el Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROPC). Por ejemplo, en el último lustro, el monto absoluto de las inversiones internacionales en el ROPC casi se multiplicó por cuatro, mientras que la participación dentro del portafolio pasó de 13% a 33% en promedio para todas las OPC.
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Esta situación obedece al crecimiento exponencial de los fondos de pensiones que manejan las operadoras de pensiones y a la imposibilidad de encontrar una diversificación adecuada si los recursos se mantienen exclusivamente dentro de Costa Rica. Ante la falta de opciones locales, de no invertirse en el exterior, se tendrían que destinar los recursos a la compra de bonos de gobierno, en donde ya hoy tienen una exposición elevada si se compraran con otros países con esquemas de pensiones de capitalización individual; es decir, gestionados por empresas similares a las OPC costarricenses.
Las mayores inversiones internacionales implican que los fondos de pensiones se ven más expuestos a lo que ocurre en estos mercados. En especial el mercado estadounidense, que acapara la mayor proporción del valor de las empresas listadas en bolsas de valores en el mundo. Es por ello que resulta conveniente comprender cómo los eventos económicos internacionales pueden impactar las rentabilidades de los fondos de pensiones, las cuales a largo plazo serán lo que hagan crecer el tamaño de la pensión, muy por encima de las aportaciones regulares a la cuenta individual.
Por ejemplo, crisis internacionales como lo fue la covid-19, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, o eventos puntuales como las elecciones en los Estados Unidos, aumentan la percepción de riesgos de los inversionistas y pueden llegar a generar altas volatilidades e impactar negativamente el valor de los instrumentos internacionales, ocasionando pérdidas temporales en los fondos de pensiones.
Precisamente, durante el mes de agosto, el mercado de valores ha venido experimentando este tipo de volatilidades ante el aumento en la probabilidad de que la economía estadounidense entre en una recesión y la mayor expectativa de que la Reserva Federal de ese país ajuste las tasas de interés a la baja más pronto que tarde.
De darse este ajuste, los posibles efectos sobre los fondos de pensiones dependerán de varias fuerzas que pueden contrarrestarse.
En primer lugar, la baja en las tasas de interés provocará una revalorización positiva sobre los bonos que componen los fondos de pensiones, locales e internacionales, pues se esperaría que el Banco Central de Costa Rica emule lo hecho por la Reserva Federal para evitar un mayor deterioro del tipo de cambio.
En segundo lugar, las acciones en el mercado estadounidense podrían tener dos efectos. Por un lado, dentro de los efectos positivos, las menores tasas de interés de los bonos moverían a los inversionistas a invertir más en acciones presionando su precio al alza. Además, las menores tasas de interés estimulan la inversión y el consumo, lo que generalmente favorece las ventas y las ganancias de las empresas y así el valor de sus acciones. Por otro lado, de efectivamente ocurrir una recesión en los Estados Unidos, se genera el efecto contrario por la pérdida del empleo y los ingresos de los consumidores. Sea de una u otra forma, el resultado será mercados internacionales más volátiles a los cuales las inversiones de los fondos de pensiones gestionados por las OPC están hoy más expuestas.
Es necesario que el público general comprenda estos conceptos y los vea como situaciones recurrentes que seguirán ocurriendo. No hacerlo podría llevar a tomar decisiones equivocadas en relación con sus fondos de ahorro para la pensión, como pasarse de operadora en malos momentos que los lleven a materializar pérdidas que luego no podrán recuperarse. Esta recomendación es aun más relevante en vísperas de la implementación de la normativa de fondos generacionales, la cual va a aumentar aun más la exposición a mercados internacionales y hacer las rentabilidades más volátiles para un grupo de afiliados.
Las situaciones anteriores tampoco implican un cheque en blanco para las OPC, pues una incursión más activa e importante en mercados internacionales conlleva mayores responsabilidades en la gestión de riesgos que estaban ausentes cuando se manejan portafolios más rudimentarios, pero de menor rendimiento para los trabajadores.