Las restricciones y medidas adoptadas para enfrentar la pandemia del COVID-19, están teniendo un impacto grave y generalizado en la economía mundial.
Las compañías locales y transnacionales que operan en Costa Rica y Centroamérica están buscando formas de mejorar su flujo de caja, mantener capacidades de producción y distribución, y tomar medidas para enfrentar esta pandemia histórica. Los impuestos tienen un rol importante en este contexto.
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A continuación, algunas recomendaciones en temas fiscales para el ‘ahora, después y más allá' del COVID-19.
Ahora - Aproveche cada oportunidad
Casi todos los gobiernos de Centroamérica han promulgado algún tipo de medida fiscal para mitigar el impacto del COVID-19.
En Costa Rica, estas medidas de emergencia han incluido aplazamiento del pago de varios impuestos, la ampliación de plazos para exoneraciones en los sectores inmobiliario y turismo, la reducción de aportes mínimos a la seguridad social, entre otros.
Por su parte, en Panamá se han introducido medias como moratorias en tributos municipales, y prorroga de plazos para el cumplimiento de ciertas obligaciones. En Guatemala y Honduras, algunos ejemplos incluyen la suspensión de ciertos aportes a la seguridad social, y el aplazamiento de varias obligaciones fiscales. El Salvador también ha extendido plazos para el cumplimiento de obligaciones fiscales, y autorizado facilidades de pago para varios tributos.
Asegúrese de que su compañía:
- Realice un seguimiento constante de estos cambios y medidas, ya que se proponen e implementan en la región semanalmente.
- Entienda los requerimientos y fechas límite de cada medida.
- Aproveche cada oportunidad.
Después – Periodo de recuperación
Con las restricciones al comercio lentamente levantándose, las compañías comenzarán a adaptarse al nuevo panorama económico. Durante el período de recuperación, las empresas deben considerar las reglas fiscales que pueden ayudar a mitigar el impacto financiero negativo producto de la pandemia. En Costa Rica, algunos temas relevantes son los siguientes:
- Anticipos al impuesto sobre la renta: Los pagos parciales del Impuesto sobre la Renta podrían reducirse o eliminarse demostrando el impacto financiero negativo.
- Pérdidas fiscales: Con la entrada en vigor de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, todas las empresas tienen la posibilidad de diferir sus pérdidas fiscales para reducir su utilidad fiscal en los años siguientes.
- Transacciones con entidades relacionadas: las transacciones entre empresas del mismo grupo económico deben revisarse con su asesor de precios de transferencia, para identificar ajustes necesarios en este contexto económico excepcional. Especial atención debe dársele a los ajustes que representen oportunidades para mejorar el flujo de caja, como menores tasas de interés en financiamientos intragrupo y modificación de precios entre compañías relacionadas.
- Gastos por deudas incobrables. Las empresas deben considerar el impacto de la crisis económica en sus estimaciones y reservas de deudas incobrables, y particularmente en las reglas fiscales para su deducibilidad del Impuesto sobre la Renta. La solvencia y capacidad de pago de deudores deben considerarse en el análisis y justificación de incobrabilidad de estas deudas.
Es fundamental tener claros los plazos y requisitos específicos relacionados con éstas y otras disposiciones fiscales.
Más Allá – Anticípese
Con limitaciones a empresas, congregaciones y al tránsito de personas, el comercio electrónico está asumiendo un papel protagónico en esta nueva economía de distanciamiento social y reuniones virtuales.
Para enfrentar estas circunstancias inéditas, incluso las empresas más tradicionales están encontrando en el comercio electrónico una solución temporal, y probablemente permanente.
Las empresas que realizan transacciones electrónicas deben anticipar los desafíos y oportunidades fiscales específicas para este tipo de negocio, ya que es probable que varíen de las del comercio convencional.
Costa Rica y la mayoría de los países centroamericanos aún no han publicado reglas tributarias integrales específicas para el comercio electrónico, y muchas regulaciones y criterios de sujeción, se basan- por ejemplo- en una presencia física.
La ausencia de reglas específicas para el comercio electrónico puede presentar desafíos en la interpretación de las normas fiscales y, por lo tanto, la planificación y la búsqueda de asesoramiento fiscal son clave al establecer una operación en línea.
Lo más importante es que el comercio electrónico presenta oportunidades para las empresas que estén dispuestas y preparadas para explorar nuevas operaciones, estructuras de cadena de suministro y modelos de negocio, para enfrentar la era post COVID-19. ¿Está preparada su empresa?
Gerente de Servicios de Impuestos Internacionales de EY.