En los dos años de pandemia el tema de la cadena de suministro ha estado presente más que nunca en la mente y el enfoque de los tomadores de decisiones de las empresas, no es que sea algo nuevo que se derivó de esta crisis mundial, lo que pasa es que en este contexto se han hecho más visibles los distintos problemas que se experimentan en este campo.
En el contexto actual, las empresas que menos se han visto impactadas por las distintas circunstancias que hemos vivido, son aquellas que habían recorrido camino en fortalecer los pilares de sus cadena de suministro, donde estas han alcanzado un nivel de madurez importante que les ha permitido sobrellevar mejor los problemas actuales.
Cuando se tienen cadenas de suministro maduras, se tienen los siguientes beneficios:
⇒ Medir la relación de cada área con los resultados del negocio.
⇒ Evaluar cuantitativamente las decisiones a través de indicadores individuales y globales.
⇒ Calibrar continuamente la gestión logística según los objetivos estratégicos.
⇒ Promover la medición y gestión de oportunidades por medio de hallazgos de incongruencias, fortalezas y debilidades.
⇒ Impulsar la sincronía colaborativa.
⇒ Mejorar la competitividad y la productividad.
Las fallas originadas por un bajo grado de madurez logística ocasionan pérdidas en toda la cadena de suministro, desde proveedores, distribuidores y cliente final. Para empezar a medir que la madurez se debe alinear con los objetivos, modelos de negocio, cultura organizacional, sistemas y procesos, la cadena de suministro no es un resultado en sí mismo, es parte esencial de un engranaje más amplio que es la empresa como un todo.
El nivel de madurez para una cadena de suministro se mide por sus resultados y su ejecución, se pueden distinguir 4 niveles de madurez, de menor nivel al mayor son los siguientes:
Nivel #1
Frecuentemente incumplen su promesa de entrega.
No se tiene visibilidad de entregas.
No hay mediciones integrales de los procesos.
Baja cooperación entre áreas.
No existen métodos adecuados de planeación de demanda.
Son recurrentes las compras de urgencia, los turnos de producción extendidos y los excesos de inventario.
Inadecuados sistemas de información.
En este nivel de madurez no se tiene ninguna posibilidad de enfrentar con éxito los problemas originados por la crisis de la pandemia, de ahí los resultados nefastos de muchas empresas. Si un operación se identifica con las características de este nivel, es urgente tomar acciones para mejorar la cadena de suministro en la organización.
Nivel #2
Procesos estables con métodos flexibles que permiten una acción ordenada de los pedidos de los clientes.
Capacidad de entrega de órdenes en las condiciones comprometidas, de la mano de proveedores estratégicos.
Conocimiento de las capacidades operativas de la cadena de suministro.
Proceso de planeación de la demanda basado en métodos estadísticos.
Sistemas de información de acuerdo a procesos horizontales que permiten capturar datos durante la ejecución.
Indicadores para evaluar cuánto de lo planificado ha sido cumplido y la precisión de los pronósticos de la demanda.
Se miden tiempos e inventarios en toda la cadena de suministro con el fin de planear y automatizar abastecimientos.
Ya en este nivel se tiene una cadena de suministro con un norte definido y capaz de tener implementar programas de mejora continua.
Para llegar a este nivel se debió trabajar previamente en los procesos, a enfocarse a trabajar en planeación de la demanda y las operaciones con un proceso claro y continuo. Estar en este nivel ya es un avance importante donde muchas veces le cuesta llegar a las empresas.
Nivel #3
Cambio de mentalidad de trabajo en silos por enfoque dinámico en procesos interfuncionales horizontales.
Gestión de prioridades y coordinación del trabajo de forma funcional: procesos conformados por representantes de las funciones.
Indicadores de gestión de amplio alcance, actualizados y monitoreados.
Cultura colaborativa de alto desempeño.
En este nivel el involucramiento de la Cadena de Suministro con las demás áreas de la empresa es total, esto hace que se busque un objetivo común y único en toda la organización.
Al llegar a este nivel, la organización trabaja con una orientación al resultado de una manera unida, todas las áreas trabajando en sintonía y maximizando las sinergias internas.
Nivel # 4
Integración de la cadena interna de procesos con los de sus proveedores y clientes en una plataforma colaborativa.
Los pronósticos de la demanda consideran requerimientos y planeaciones de cada cliente.
Los proveedores tienen acceso a los datos de inventario y producción y a la planeación operativa.
Se utilizan herramientas analíticas avanzadas e indicadores de desempeño para identificar soluciones.
Respuesta rápida y coordinada de toda la cadena de suministro ante las tendencias de la demanda.
Los indicadores aplican también para evaluar el desempeño de los socios comerciales, sean proveedores, clientes y servicios.
Se conoce la rentabilidad de cada cliente.
Llegar a este punto de madurez es donde logran los objetivos de una manera integral, desde el proveedor hasta el cliente, donde se conocen todas las repercusiones posibles y se tiene la información correcta para actuar de la mejor manera en tiempos de crisis.
La empresas que están en este nivel, son las que han podido manejar mejor desde los desabastecimientos hasta la actual crisis de los contenedores, esto debido a la integración y comunicación de punta a punta de su cadena de abasto.
Según el nivel en el que se encuentre, la compañía puede emprender tareas y adquirir capacidades con el fin de consolidar procesos con calidad y asegurarse de una mejora continua.
Buscar la madurez de la cadena de abastecimiento representa romper paradigmas de gestión; sin embargo, representa una oportunidad de desarrollar ventajas competitivas. Sin duda, la colaboración dentro de la cadena de suministro sugiere una evolución que no debería limitarse al uso de herramientas sino a la manera en que estas herramientas ayudan al cumplimiento de estrategias.