El 2 de abril, el presidente de Estados Unidos anunció nuevas medidas arancelarias de alcance global, estableciendo un arancel mínimo del 10% para la mayoría de las importaciones y aplicando tasas más elevadas a determinados países. Para las naciones centroamericanas, esta orden entró en vigor el 5 de abril.
Ante este escenario, surge la pregunta clave: ¿cuáles serán los impactos específicos para nuestra región?

Exportaciones centroamericanas
Las exportaciones de los países centroamericanos a Estados Unidos han seguido tendencias significativas en los últimos años. En el caso de El Salvador, los principales productos exportados incluyen camisetas, suéteres, artículos de plástico para embalaje o transporte, azúcar de caña y papel higiénico. Guatemala, por su parte, exportó bienes agrícolas por un total de $1.900 millones en 2024, mientras que las exportaciones de Honduras hacia Estados Unidos alcanzaron los $3.230 millones.
Según la información disponible en la orden de Trump y sus anexos de excepciones, ninguno de estos productos ha sido excluido de la aplicación del nuevo arancel, lo que implica que estarán sujetos a un recargo del 10% al ingresar al mercado estadounidense. Aunque este costo adicional recae sobre los importadores en Estados Unidos, en muchos casos se traslada a lo largo de la cadena de suministro para minimizar su impacto en los precios finales.
Cabe destacar que Nicaragua es la excepción a este esquema, ya que sus exportaciones estarán sujetas a un arancel aún más alto del 18%.
Caso especial de Costa Rica
En el año 2024, las exportaciones de bienes de Costa Rica alcanzaron un total de $19.894 millones, lo que representó un crecimiento del 9% en comparación con el año anterior. Estados Unidos se consolidó como el principal socio comercial del país, absorbiendo el 47% de las exportaciones costarricenses, equivalentes a $9.401,9 millones de dólares.
Los principales productos exportados a Estados Unidos durante 2024 fueron los dispositivos médicos, la piña, el banano y el café.
También para Costa Rica, en este momento y con las exclusiones actuales, la piña, el banano y el café estarán sujetos a ese 10%.
El caso especial es el de los bienes industriales, dispositivos médicos u otras industrias en zona franca, que pudieran ser parte de la lista de exclusiones. Dicha lista incluye ciertos productos químicos, pigmentos, jabones, productos diversos de industrias químicas, plástico y sus manufacturas, papel y cartón, entre otros. También estos productos pudieran beneficiarse de insumos que conformen un 20% de materiales originarios de Estados Unidos, los cuales siempre deberán aplicar el 10% al producto final, pero pueden tener la exención de cero arancel a la proporción del 20% del insumo estadounidense.
Entonces por ejemplo, una zona franca que produzca un dispositivo médico utilizando un insumo de Estados Unidos en un 50%, se beneficiará de un 0% de arancel sobre ese 50% y al 50% restante se le deberá de aplicar el 10%.
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¿Puede aplicarse el CAFTA?
Sí, el CAFTA-DR, tratado entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos, sigue vigente y puede aplicarse. Sin embargo, no exime automáticamente del nuevo arancel del 10%, sino que mantiene la aplicación del arancel “normal” de Estados Unidos bajo sus términos. En caso de que un producto goce de preferencia arancelaria dentro del tratado, el 10% sigue siendo aplicable, pero no se suman aranceles adicionales.
Esto significa que, aunque los productos centroamericanos se vean afectados por la nueva tarifa, siguen siendo más competitivos en comparación con aquellos de países sin un tratado comercial con EE.UU., que enfrentan aranceles recíprocos aún más altos y no pueden beneficiarse de preferencias comerciales.
¿Qué podemos esperar a futuro?
En 2024, Estados Unidos registró un déficit comercial de bienes y servicios de aproximadamente $918.400 millones, lo que motivó la imposición de nuevos aranceles. Sin embargo, debido a su estructura productiva, condiciones climáticas y costos de manufactura, el país seguirá dependiendo de aliados estratégicos para el abastecimiento de bienes esenciales, incluyendo productos agrícolas centroamericanos.
Dada la proximidad geográfica, el clima favorable y la capacidad productiva de la región, lo ideal sería gestionar una excepción para los productos agrícolas, los cuales, además, tienen un alto potencial en otros mercados internacionales. Ante este panorama, Centroamérica debe fortalecer el diálogo y la negociación con Estados Unidos para asegurar su papel como socio comercial clave, al mismo tiempo que refuerza su estrategia de diversificación de mercados.
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Carolina Palma socia de Impuestos Indirectos y líder de Comercio Internacional de EY Centroamérica, Panamá y República Dominicana. También es profesora de la Universidad de Costa Rica.