Nos hemos puesto a pensar lo que representa la comunicación en nuestra vida cotidiana. En cuántos espacios y realidades necesitamos comunicarnos, para resolver situaciones, compartir opiniones, para movilizarnos y trabajar. La comunicación es una necesidad inherente al ser humano, presente en todas sus actividades cotidianas, y a través de la cual se puede dar el desarrollo de las relaciones interpersonales, el crecimiento personal y profesional.
La palabra comunicación viene de “comunión”, una común-unión entre personas, sus valores, y perspectivas. Uno de los mayores retos que tiene el ser humano es precisamente lograr una buena comunicación en su vida. Cuando se alcanzan buenas competencias para la comunicación se mejora el estado de ánimo, pero además se da una mejor vinculación con los demás.
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Ahora bien, una buena comunicación interpersonal se manifiesta cuando preexiste una adecuada comunicación intrapersonal, donde el individuo es capaz de desarrollar procesos de autoconocimiento profundos. A través de dicho proceso la persona es el emisor y el receptor de su propio mensaje; dándose una introspección, identificando sus emociones, situaciones específicas, percepciones, opiniones, temores, alegrías, afinidades, gustos, entre otras cosas; desplegando un proceso de autoanálisis y conexión con la propia conciencia.
De manera que, no basta con tener la buena intención de comunicarnos adecuadamente con las personas, sino que es preciso profundizar en la identificación de nuestros propios procesos de comunicación y diálogo interno. Algunas de las preguntas que favorecen una buena comunicación intrapersonal son: ¿cómo me siento?, ¿qué me genera esta situación?, ¿qué necesito y deseo expresar?, ¿qué me digo frente a esta situación?
Cuando somos capaces de sentirnos y conocernos a nosotros mismos, también lograremos ser más competentes para conectar con los demás, identificando sus emociones, sentimientos, experiencias, anhelos y expectativas; desarrollando una comunicación efectiva y afectiva.
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La comunicación efectiva se basa en tener claridad en el contenido de lo que se desea transmitir y buscando las mejores circunstancias. Karen Friedman, reconocida escritora y comunicadora internacional, menciona algunas recomendaciones para la comunicación efectiva:
- Editarse a sí mismo.
- Ser lo más directo y conciso como sea posible.
- Hablar con una voz animada y contundente, evitando la vaguedad.
- Seguir la guía de los presentadores de noticias y detallar quién, qué, dónde, cuándo y por qué.
Por otra parte, Tony Robbins menciona que “para comunicarnos efectivamente, debemos darnos cuenta de que todos somos diferentes en la forma en que percibimos el mundo y usar ese conocimiento como guía para comunicarnos con otros.”
En nuestros lugares de trabajo es fundamental tomar en cuenta estos principios, saber que a pesar de que formamos parte de un mismo equipo, somos personas diferentes, que percibimos la vida según nuestros paradigmas y creencias. Para comunicarnos con efectividad debemos ser conscientes de esa realidad.
Algunas preguntas que podemos hacernos para una comunicación más efectiva en el trabajo son: ¿tengo claridad de lo que deseo comunicar a mi compañero (a) y tengo puntualizados los puntos que deseo comunicar?, ¿qué espero después de esa comunicación?, ¿qué canales voy a utilizar? Al hacernos estas preguntas potencializaremos la efectividad de nuestra comunicación interpersonal.
Ahora, para comunicarnos con efectividad, también es importante poner una dosis de afectividad, tratando de que el mensaje sea lo más cálido y emotivo.
La comunicación afectiva se ha vuelto aún más importante en este tiempo donde los procesos comunicativos se han virtualizado de manera vertiginosa. En nuestras organizaciones es importante alimentar la afectividad, para hacer sentir al personal que estamos unidos y que nos importamos. Que la situación que estamos viviendo ha generado un distanciamiento físico pero no emocional, que este definitivamente es un momento para cultivar y fortalecer los vínculos afectivos laborales, fomentando un ambiente de trabajo receptivo y armonioso.
Según Elupina Tirado, “la función afectiva de la comunicación hace referencia a toda la gama de emociones, sentimientos y vivencias que se generan y se desarrollan a través de la comunicación y que permiten la satisfacción de la imperiosa necesidad que todos tenemos de compartir nuestras impresiones, nuestros sentimientos y sentirnos comprendidos, aceptados y amados por las personas que nos son afectivamente significativas”.
Si usted desea promover la afectividad en el trabajo, estas son algunas recomendaciones para llevarlas a cabo:
- Practique la escucha empática, mostrando disposición para la otra persona, reconociendo y validando sus propias emociones, sin hacer juicios de valor.
- Cada vez que brinde feedback, hágalo de una forma positiva. Siempre reconozca los aspectos positivos de su compañero y/o colaborador y posteriormente planteé en forma propositiva lo que puede mejorar. Por ejemplo: “Haz hecho un excelente trabajo en este sentido, sin embargo, esta otra parte la puedes mejorar a través de las siguientes recomendaciones”.
- Cuide su lenguaje corporal, de manera que demuestre ser receptivo y atento. En los procesos de comunicación el 93% es por lenguaje gestual y únicamente el 7% de lenguaje verbal; por lo tanto es fundamental cuidar de nuestros gestos, tono de voz y movimientos corporales.
El tener una comunicación efectiva y afectiva potencializará procesos motivacionales significativos en nuestra organización. Fomentará un personal con mayor disposición, receptividad, autoconocimiento y conocimiento interpersonal. Se podrán afianzar los vínculos, mostrar la estima interpersonal y fortalecernos, sabiendo que somos parte de un equipo y que, precisamente, si estamos bien como equipo y mantenemos vínculos comunicativos sanos, podremos sobrepasar las pruebas y llegar muy alto en nuestras metas, objetivos y sueños.