En el último editorial del año pasado hicimos un recuento sobre la economía de 2019 y planteamos las perspectivas para 2020. Principalmente, señalamos las dificultades fiscales que afronta la economía desde 2009, la reforma fiscal del 2018 y la necesidad imperiosa de seguir en el nuevo año por la ruta de la consolidación del equilibrio de las finanzas públicas como requisito para lograr la estabilidad, el crecimiento y la equidad.
En la edición de la semana pasada publicamos un artículo del economista Fernando E. Naranjo, donde nos dice que con respecto al editorial le “preocupó sobremanera que no se comentó uno de los problemas más delicados que enfrenta la economía nacional y, concretamente, el debilitamiento del crecimiento de la producción interna debido a la apreciación que ha experimentado, en los últimos años, nuestra moneda de curso legal, el colón”.
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Nos complace que un lector de la trayectoria de don Fernando se tome el trabajo de comentar nuestros editoriales. Sus observaciones son bienvenidas.
En los últimos años, en particular después de la crisis de 2008 y 2009, ha existido en Costa Rica una apreciación real del colón con respecto al dólar. ¿Qué significa lo anterior? Para tratar de decirlo en simple: el diferencial de inflación de Costa Rica con respecto a la inflación de Estados Unidos no ha sido compensado por los aumentos en el tipo de cambio.
Esto indica que Costa Rica se ha hecho un país relativamente caro en comparación con Estados Unidos. El mismo cálculo se puede realizar para una canasta de monedas de diferentes países con quienes realizamos comercio internacional, pero para mantener la simplicidad vamos a analizar solo el tipo de cambio del colón con respecto al dólar.
Compartimos con don Fernando que la apreciación real del colón (el encarecimiento del país) tiene consecuencias importantes: nuestros exportadores y los productores locales de bienes y servicios que compiten con las importaciones pierden competitividad con respecto a sus similares del resto del mundo. En estas circunstancias, resulta difícil reactivar la producción y el empleo.
¿Cuál es la causa?
Sin embargo, debemos hacer algunas aclaraciones importantes sobre la relación entre el tipo de cambio real y el crecimiento de la economía.
Primero, tenemos que recordar que hay otro tipo de vinculaciones entre el tipo de cambio real y el crecimiento, no mencionadas en el artículo de don Fernando. En particular, la literatura económica reciente señala que en el caso de países con su sistema financiero parcialmente dolarizados hay un canal financiero entre el tipo de cambio real y el crecimiento de la economía.
Si hay empresarios y hogares que tienen sus ingresos en moneda local, pero que están endeudados en dólares, una devaluación reduce el poder de compra de estas unidades económicas y deteriora el crecimiento de la economía. En este aspecto no estamos proponiendo evitar la devaluación para no afectar a estos grupos, estamos simplemente señalando que en el caso de Costa Rica, con un sistema financiero parcialmente dolarizado, la relación entre tipo de cambio real y crecimiento es más compleja que la señalada por Naranjo en su artículo.
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Segundo, debemos preguntarnos cuál es la causa generadora de la apreciación del colón frente al dólar y otras monedas. Hay una causa externa relacionada con la abundancia mundial de los dólares y de las bajas tasas de interés resultantes de la política monetaria de los Estados Unidos que ha llevado a la apreciación real de las monedas de varios países en los últimos años. Frente a este fenómeno es poco lo que puede hacer una economía pequeña, como la costarricense.
No obstante, en el caso de la economía costarricense hay una causa interna que ha profundizado la apreciación real del colón. Esta causa es el déficit fiscal que incentiva la entrada de capitales del exterior para su financiamiento. Esta entrada puede ocurrir por la vía directa mediante la contratación de empréstitos o colocación de bonos por parte del Gobierno costarricense en el exterior o por una vía indirecta: el Gobierno se financia localmente, lo cual sube las tasas de interés internas y esto atrae como un imán a los capitales privados del exterior. En ambos casos el resultado es la entrada de mayor cantidad de divisas al mercado cambiario y la apreciación del colón.
Por lo anterior, en nuestro editorial de finales del año pasado insistimos en la importancia de seguir la ruta de la reducción del déficit fiscal. Si esto se logra, podríamos reducir el fenómeno de la apreciación cambiaria, porque habríamos atacado la causa del fenómeno.
En resumen, dos ideas. Primero, la corrección de la apreciación del colón puede llevar a un mayor crecimiento como plantea don Fernando, pero esa misma corrección por el canal financiero puede reducir el crecimiento. Es decir, hay dos canales que pueden tener comportamientos opuestos. Segundo, la mejor forma de enfrentar la apreciación cambiaria es por la vía del equilibrio fiscal.