Al finalizar el año 2017 la economía costarricense da señales de una desaceleración del crecimiento económico y muestra una estabilidad económica amenazada por el desbalance en las cuentas fiscales que nos coloca en una zona de riesgo.
La economía mundial en 2017 ha mostrado importantes signos de recuperación del crecimiento económico. En Estados Unidos la Reserva Federal ha estado en un proceso lento de detener o reversar su política monetaria expansiva.
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En otras palabras, el crecimiento económico mundial le ha dado a Costa Rica buenas oportunidades para ampliar las exportaciones de bienes y servicios. La lentitud en los cambios de la política monetaria en Estados Unidos no ha representado para Costa Rica un cambio abrupto en las condiciones financieras externas.
A pesar de lo anterior, la economía costarricense ha mostrado una desaceleración de su crecimiento a lo largo de este año. El Indicador Mensual de la Actividad Económica (IMAE) ha venido creciendo cada vez menos durante 2017. Todavía la desaceleración es mayor cuando se calcula el IMAE sin la producción de las Zonas Francas.
El crecimiento de las exportaciones, tanto en las Zonas Francas como en el Régimen Definitivo, durante 2017 indica que el motor externo de la economía ha estado dinámico. La desaceleración de la actividad económica está principalmente en las actividades productivas destinadas al mercado interno.
La desaceleración del mercado interno se aprecia muy claramente en una caída en el sector de construcción privada, en un estancamiento de la producción del sector industrial que no está en Zonas Francas y en una desaceleración en la mayoría de los otros sectores productivos asociados al mercado interno. También se ha desacelerado el crecimiento del gasto de los consumidores.
¿Por qué tenemos una desaceleración económica originada en el componente interno de la economía? Hay varias razones. Primero, en 2017 no tuvimos la bonanza de la caída de precios del petróleo experimentada a inicios de 2016 que permitió aumentar la capacidad de gasto de la economía. Esta bonanza permitió que el Banco Central tuviera una política monetaria expansiva en 2017 con la cual había espacio para financiar al sector privado y al déficit fiscal sin presiones de tasas de interés. Segundo, ante la ausencia de recursos externos, el déficit fiscal en 2017 se financió principalmente con recursos internos que en un ambiente de política monetaria menos expansiva se reflejó en un aumento de las tasas de interés.
Efectivamente, 2017 fue un año de ascenso en las tasas de interés y en el segundo semestre fue un año de estancamiento en el crédito del sector financiero destinado al sector privado. El financiamiento del déficit fiscal ha “estrujado” al sector privado en las carteras crediticias. Indudablemente, este fenómeno ha repercutido en la desaceleración del motor interno de la economía.
El déficit fiscal no tuvo consecuencias observables en forma inmediata (del futuro pocos se preocupan) mientras fue financiado con recursos externos o mientras la política monetaria fue expansiva. Pero esto se terminó en 2017 y buena parte de la desaceleración económica está asociada al “estrujamiento” causado por el déficit fiscal.
Al terminar el año 2017 hay incertidumbre sobre si el Ministerio de Hacienda podrá concretar una colocación de 1.500 millones de dólares en bonos denominados en esa moneda y destinados al mercado financiero externo, pero que podría ser considerada como emisión local mediante algún artilugio legal para evadir la norma constitucional que obliga la aprobación legislativa del endeudamiento externo.
Si esta colocación se realiza, se habrá comprado un poco más de tiempo para “patear la bola” por unos cuantos meses. En caso contrario, el financiamiento local del déficit se sentirá en forma más inmediata sobre las tasas de interés y el tipo de cambio.
En conclusión, se termina el año 2017 en forma poco gloriosa: una economía desacelerada y con mayores riesgos para sostener la estabilidad. Todo esto no es culpa de las condiciones externas de la economía, es el resultado de nuestros errores para tomar decisiones oportunas.