Desde hace más de cinco décadas, se habla del tema ambiental y ya hace más de tres ocupa un lugar en la agenda de desarrollo de los países. Sin embargo, la fuerza que han tomado los temas relacionados con el medio ambiente todavía no son proporcionales a los efectos negativos que nos ocasiona el cambio climático diariamente.
Aumento en el nivel del mar, irregularidad de las estaciones, intensificación de desastres naturales, extinción de especies, propagación de enfermedades y seguridad alimentaria son solo algunos.
Bajo el liderazgo de la ONU, con la creación de Pnuma ( el programa de la ONU para el medio ambiente) y el establecimiento del grupo intergubernamental de expertos sobre cambio climático, se han venido celebrando reuniones en las que los países se han comprometido sistemáticamente a adoptar medidas para mitigar la emanación de gases de efecto invernadero.
Costa Rica ha venido asumiendo compromisos que le han permitido tener un impacto positivo en la reducción de emisiones de estos gases con la consolidación de la red de áreas protegidas, las leyes forestal y de biodiversidad, el uso de energías renovables y el pago de servicios ambientales, entre otros. Es es 2007 que Costa Rica se establece la meta de ser el primer país carbono neutral en el mundo.
En la COP21, recientemente celebrada en París, se ha firmado el acuerdo global contra el cambio climático, con el compromiso de 195 países (incluidos Estados Unidos y China, los grandes emisores globales) de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Algunas de las propuestas de decarbonización presentadas por nuestro país, en París, incluyeron el uso de energía a través de fuentes 100% renovables, transporte público eficiente y bajo en emisiones; sustitución de combustibles en calderas y gestión de residuos sólidos que promuevan el reciclaje y el compostaje, entre otros.
Ruta sin definir
La hoja de ruta del sector público está definida; no así la del sector privado.
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La realidad es que pocas empresas se han comprometido con la implementación de planes de gestión ambiental y han logrado obtener certificaciones de carbononeutralidad. En el sector gastronómico, ninguna.
Dentro del ya conocido Plan Nacional de la Gastronomía Costarricense Sostenible y Saludable (PNGCSS), se contempla un eje de trabajo específico en la carbononeutralidad por lo que va siendo hora de incluir el tema en nuestras agendas y en los planes de desarrollo del sector.
La Cámara Costarricense de Restaurantes y Afines (Cacore) quiere sentar un precedente en el apoyo a los comercios que no tienen acceso a asesorías y certificaciones de este tipo con la certeza de que la gastronomía sí tiene mucho que hacer respecto al cuidado del medio ambiente.
La certificación voluntaria de carbono neutro se encuentra en la cima de todos los esfuerzos y va mucho más allá de la eficiencia energética y el manejo de desechos. La gestión ambiental empresarial debe presentar soluciones innovadoras para enfrentar el cambio climático, justamente ahí es donde queremos llegar.
Tenemos la oportunidad de diferenciarnos como sector y a la vez contribuir con el plan país hacia la carbononeutralidad; podemos tomar acciones que promuevan la sostenibilidad y que le den una mayor rentabilidad a nuestros negocios.
Encuestas del PNUD revelan que hay un número creciente de consumidores informados y sensibles a temas ambientales. Ya existen sistemas de producción de alimentos bajos en emisiones y, como líderes del sector oferente de servicios de alimentos y bebidas, es nuestra responsabilidad trazar nuestra propia ruta hacia la carbononeutralidad.
Finalmente, adoptar medidas en favor del medio ambiente, como bien se menciona en la carta encíclica del papa Francisco, es la responsabilidad de cada uno de nosotros sobre el cuidado de la casa común.