GINEBRA, Project Syndicate – Hoy en día, las noticias sobre el comercio global giran en torno a los aranceles, el proteccionismo y la incertidumbre. Empresas, consumidores y funcionarios públicos sienten una gran ansiedad. Sin embargo, el mundo debe mantener la calma y concentrarse en el objetivo principal: evitar guerras comerciales improductivas.
De hecho, más allá del pesimismo provocado por los aranceles, hay algunos aspectos positivos. El comercio global de servicios, por ejemplo, está en auge. Y hay un claro ganador en este ámbito: Estados Unidos.
El comercio de servicios, en particular en los sectores financiero, legal, de entretenimiento y de alta tecnología, se ha convertido silenciosamente en una fuente clave de fortaleza económica para Estados Unidos. En 2023, las exportaciones de servicios estadounidenses superaron el billón de dólares, representando el 13% del total mundial y registrando un crecimiento adicional del 8% en 2024. El país mantiene un superávit comercial en servicios con la mayoría de las principales economías, incluidos socios clave en Europa, Asia y América, alcanzando casi $300.000 millones en 2024. Las empresas estadounidenses recibieron más de $144.000 millones de dólares en regalías y tarifas de licencias de propiedad intelectual el año pasado, mucho más que sus competidores globales.
Los trabajadores estadounidenses están cosechando los beneficios. Según la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos, las exportaciones de servicios generaron directamente 4,1 millones de empleos en 2022. Además, aproximadamente la mitad de los 5,1 millones de empleos respaldados por las exportaciones manufactureras en Estados Unidos están relacionados con servicios. Es importante destacar que los empleos en servicios comercializables son empleos de alta calidad. En febrero de 2025, los empleos en servicios profesionales y empresariales pagaban un salario promedio por hora de $43,60, en comparación con los $34,83 en manufactura, según datos preliminares de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos.
Además, estas oportunidades de empleo bien remuneradas se están expandiendo por todo el país y en una variedad de sectores, desde finanzas y consultoría hasta salud e industrias creativas. Los servicios también son insumos esenciales para una manufactura y producción agrícola eficientes.
A pesar de representar aproximadamente el 80% del PIB y del empleo en Estados Unidos, los servicios son más difíciles de concebir como una parte comercializable de la economía global en comparación con bienes tangibles como la ropa o los productos químicos. Los economistas suelen bromear diciendo que la diferencia entre bienes y servicios es que los primeros pueden caerse sobre tu pie.
A diferencia de los servicios no comercializables, como los restaurantes de comida rápida y la atención médica domiciliaria, los servicios comercializables son a menudo invisibles. No se percibe cuando firmas de abogados estadounidenses venden sus servicios a empresas en Europa, cuando fanáticos en Bombay transmiten una canción de un artista estadounidense en Spotify o cuando miles de millones de personas en todo el mundo usan la App Store de Apple, pero todo esto es comercio igualmente.

Mientras que el comercio de bienes manufacturados ha perdido impulso desde la crisis financiera global de 2008-09, el comercio de servicios sigue siendo sólido, generando importantes beneficios para el gobierno de Estados Unidos, las empresas del país y sus socios comerciales. Además, está en camino de expandirse. Aunque los bienes representaron tres cuartas partes de los 30.5 billones de dólares del comercio global en 2023, el comercio de servicios está creciendo más rápido que el de bienes. Los nuevos datos de la Organización Mundial del Comercio indican que el comercio de servicios creció un 10% interanual en valor en el tercer trimestre de 2024, en comparación con un 4% de crecimiento en el comercio de bienes.
Mientras tanto, las nuevas tecnologías están facilitando la oferta y el consumo de una mayor variedad de servicios transfronterizos. Los economistas de la OMC estiman que la digitalización aumentará la participación de los servicios en el comercio mundial total al 37,2% para 2040. Los servicios entregados digitalmente – desde la consultoría remota hasta la transmisión de video– ya son el segmento de más rápido crecimiento en el comercio global, cuadruplicando su valor entre 2005 y 2023, alcanzando los $4,25 billones. Estados Unidos representa más del 15% de estas exportaciones.
Para elevar los niveles de vida en el futuro, Estados Unidos debe apostar tanto por los servicios como por la manufactura. La proporción de empleo en servicios comercializables está destinada a aumentar, ya que la manufactura –al igual que la agricultura antes de ella– se vuelve cada vez más intensiva en maquinaria. Además, la productividad por trabajador en Estados Unidos está creciendo más rápido en los servicios, especialmente en aquellos comercializables, y la inteligencia artificial promete aumentar aún más esa productividad (aunque todavía no está claro su impacto en el empleo). Fomentar la inversión en estos sectores de alta productividad es, por lo tanto, una estrategia beneficiosa para todos.
Por supuesto, revitalizar la manufactura en todo el mundo ayudaría a reducir las vulnerabilidades asociadas con una concentración excesiva de la oferta y a abordar preocupaciones de seguridad nacional. Es por ello que la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha estado promoviendo la “re-globalización”, es decir, diversificar y descentralizar las cadenas de suministro para fortalecer la resiliencia y apoyar a las personas y regiones, tanto en países pobres como en economías avanzadas como Estados Unidos, que han quedado rezagadas debido a la integración económica global.
Para adoptar políticas que maximicen la innovación, el crecimiento y la creación de empleo, la nueva narrativa comercial de Estados Unidos debería integrar su innegable éxito en el ámbito de los servicios comercializables. Su impresionante desempeño en este sector es una victoria clara sobre la que se debe seguir construyendo.
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Ngozi Okonjo-Iweala es Directora General de la Organización Mundial de Comercio.