El pasado 8 de marzo, con un grupo de dinámicos empresarios, que incluyó al Dr. Franklin Chang Díaz, se presentó el Costa Rica Aerospace Cluster, alianza público-privada, gestada en el sector del comercio exterior (articulada por Procomer, apoyada por Cinde y acuerpada por Comex) que, en su inicio, reúne a 25 empresas costarricenses de metalmecánica, electrónica y servicios especializados.
El objetivo de esta alianza es construir juntos, desde el mercado y desde el Estado, un robusto ecosistema productivo que integre al país dos sectores estratégicos globalizados de altísimo potencial: el espacial y el aeronáutico.
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Considerando que el cluster combina empresas de manufactura avanzada y de servicios especializados, quisiera resaltar la relación cada vez más estrecha entre ambos sectores, cómo evolucionan de la mano y cómo esta iniciativa puede convertirse, si nos lo proponemos, en un nuevo paradigma y pilar del desarrollo nacional.
Un reciente estudio de la consultora Oxford Economics, para la firma PTC, propone siete fuerzas que están revolucionando al sector de la manufactura, a saber: digitalización, personalización, globalización, uso intensivo de software , conectividad, regulación y “servitización”.
Quiero referirme con especial énfasis al último concepto.
Surgió en el mundo de la industria digital –en el sector del software – y está incursionando velozmente en el de la manufactura especializada, como servicification of manufacturing.
Consiste en un cambio fundamental en el modelo de negocio en el que los productos evolucionan hacía “paquetes integrados de servicios”, capaces de ofrecer nuevo valor de forma continua durante todo el ciclo de vida de la experiencia del cliente con aquellos.
Esto significa que productos y servicios se empaquetan para formar un único y nuevo sistema de valor, que se consumirá normalmente como un servicio bajo demanda.
El modelo se está transversalizando y verticalizando de forma incontenible y Costa Rica debe aprovecharlo con determinación y en forma temprana.
Sectores clave
Como país, hemos incursionado con éxito tanto en manufactura avanzada como en servicios especializados que, en 2015, representaron sobre 30% y 22% de las exportaciones totales, respectivamente.
En ambos, tenemos condiciones para que nuestras empresas potencien la “servitización” de sus modelos de negocio, con un abordaje innovador y pionero, capaz de estimular cadenas locales y regionales de producción y de aumentar los chances de insertarnos inteligentemente en nuevas y complejas cadenas globales de valor.
Desde una perspectiva estratégica, ambos sectores están muy bien preparados localmente y posesionados internacionalmente, para sacar provecho de esta tendencia y de convocar a otros, en especial, el sector digital, cuya sinergia en este experimento es enorme.
La alianza público-privada construida alrededor del cluster aeroespacial puede crecer muy rápido, crear profundos encadenamientos y amplio valor agregado nacional.
El modelo de “servitización” que propongo anticipa un potencial enorme para que el ecosistema eche raíces en el país y sirva de plataforma para acelerar en Costa Rica.
Se trata de lo que Joseph Stiglitz y Bruce Grenwald proponen en su último libro La creación de una sociedad del aprendizaje , que permite al país experimentar nuevos modelos –más inclusivos e integrados–, capaces de acelerar la innovación social y productiva, de vincular temprano a las empresas nacionales con las extranjeras y de convocar a muchos actores, públicos y privados, en nuevos espacios para promover nuestro desarrollo.
*Ministro de Comercio Exterior