Los inversionistas de renta variable han disfrutado de un excelente inicio de año. Los principales índices de acciones han subido más de 7% en muy poco tiempo. Estamos viendo el mejor inicio en más de 30 años. Es evidente que las altas valoraciones, subidas de tasas y ruidos políticos (aún) no son frenos relevantes. Por ahora, el impulso más importante sigue siendo la dinámica bastante positiva que estamos viendo en los datos económicos y los resultados de las empresas.
El año pasado vimos un crecimiento económico globalmente sincronizado, por primera vez en muchos años, principalmente por la mejoría en algunos mercados emergentes como Rusia y Brasil y una aceleración importante en la Eurozona. Parece que al menos en los primeros meses del 2018, esta tendencia positiva continuará. Hay muchos indicadores líderes que evidencian este entorno.
Por ejemplo, el 24 de enero se publicó el índice de gestores de compras (“PMI” por sus siglas en inglés) que mostró una subida de 58,1 en diciembre a 58,6 en enero, que es el nivel más alto en más de 11 años. Este nivel de confianza señala a un crecimiento económico anualizado de más de 3% en los primeros dos trimestres del 2018.
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En Estados Unidos, el crecimiento económico sigue siendo muy sólido (cerca de 3%) con buenos indicadores, sobre todo con un nivel de confianza de los consumidores muy alto. Más importante, el crecimiento de las utilidades corporativas debería de acelerar aún más, gracias a la reforma fiscal y la debilidad del dólar. Es probable llegar a un crecimiento entre 15% y 20%.
Sin embargo, dada la alta valoración, los índices de renta variable deberían de tener un crecimiento más moderado este año, tal vez más cerca de 10%. Por lo tanto, después del fuerte inicio del año, recomendamos reducir la exposición a la renta variable estadounidense. Seguimos más positivos sobre las acciones europeas y los mercados emergentes, donde tenemos un buen momentum económico combinado con una valoración más atractiva.
Es importante resaltar que la reducción en la renta variable se basa principalmente en la alta valoración y porque el potencial alcista parece más limitado a partir de ahora. Sin embargo, siempre hay que mantener un pie en el mercado. No estamos esperando una corrección, pero si se materializa sería una oportunidad de compra. Por ahora, hay muy pocos riesgos conocidos. La mayoría de los economistas mencionan el riesgo de inflación y las subidas de tasas.
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El análisis de la inflación complejo y actualmente hay impulsos contrarios. Por un lado, la subida de los precios de las materias primas y el fuerte mercado laboral deberían de causar presiones inflacionarias. Por otro lado, los avances tecnológicos, la automatización y la demografía son deflacionarias. Hay que estar pendiente, pero por ahora no esperamos un shock inflacionario y por lo tanto las subidas de tasas van a ser moderadas, tal cual como el mercado lo está esperando con 3 subidas de tasas en este año. Es un escenario base, pero estamos conscientes que puede haber sorpresas positivas o negativas.
Tenemos que recordar que lo que mueve los precios del mercado no es el crecimiento económico o los cambios en la política monetaria, sino las sorpresas. Esto se ilustra muy bien con la fuerte apreciación del euro que estamos viendo desde el año pasado. En Europa, las tasas siguen siendo negativas y el banco central sigue comprando bonos en el mercado. Pero los economistas, estrategas e inversionistas tenían la opinión que la política muy expansiva iba a durar años.
No obstante, la aceleración del crecimiento económico del año pasado nos mostró que nos acercamos mucho más al final de la flexibilización cuantitativa y que probablemente en el 2019 vayamos a ver subidas de tasas. El cambio en las expectativas impulsó el euro. El euro estaba deprimido por 3 años y finalmente llegó a un nivel más justo con una valoración razonable.
Se ha apreciado, pero no es caro. Dependiendo de las sorpresas económicas en los próximos meses, se puede apreciar más, pero es muy poco probable que el 2017 se repita. Lo más probable es que el euro encuentre un nuevo equilibrio entre 1,20 y 1,30.
En resumen, es bien probable que el rally en las bolsas se extienda, pero con más potencial en los mercados internacionales versus EE.UU. Los inversionistas no deberían de preocuparse demasiado por las recientes subidas, pero tampoco deberían de entrar en euforia. La diversificación de acuerdo con el perfil de riesgo personal sigue siendo clave.
En lugar de tratar de acertar el momento de correcciones, es mucho más importante buscar alternativos para la renta fija tradicional, que probablemente tengo un año sin retornos reales. Por ahora, sobreponderamos nichos como los bonos convertibles, hipotecas y bonos subordinados. Pero sobre todo buscamos retornos más interesantes y menos vulnerables en mercados de deuda privada con corta duración.
El autor es director de Inversiones Panamá